Este regalo de Luciana Boero viene con Yapa, ya que ella eligió dos textos para reglarlos…
Que los disfruten….
El tiempo. de Alexis
El tiempo no corre al revés. No tendría sentido vivir la vida hacia un recuerdo.
El tiempo no se puede volver atrás para reforjar todo.
El tiempo nos ayuda a olvidar que no hay que olvidar.
El tiempo tiene un sentido, y un segundo después no significa un segundo tarde.
El tiempo corre hacia un final que no tiene. No necesita amanecer, porque tampoco tiene un principio. Somos nosotros los que lo tenemos, lo que no quiere decir que el tiempo está siempre mas cerca de nuestro final. Ni siquiera él sabe cuál es, dónde se encuentra.
El tiempo no quiere conducirnos, pero lo hace. Y está en constante movimiento a nuestro lado. Es por eso que algunos recuerdos nos ponen tristes, porque nuestro movimiento en el tiempo es hacia adelante, totalmente a la inversa de aquellos momentos que quedaon atrás.
Quizás las cosas que creemos irreparables en verdad lo sean. El tiempo tal vez las arrastre con él para hacerlas aparecer en nuestros corazones en esos momentos en los que necesitamos sentir. Y a pesar de que en ese instante tratemos de frenarlo, no podemos hacerlo.
Pero el tiempo nos hace comprender que esas cosas irreparables nos ayudan a construir nuestro futuro. Ése es el punto en el que él no puede hacer nada. En ese momento podemos sacarle ventajas. Podemos detenernos, armar, rearmar, alabarnos, humillarnos…pero el tiempo no. El tiempo sólo puede seguir.
Debemos aprovecharlo porque nos marca un ritmo, es importante equilibrarnos y aprender a manejarnos dentro de él. Sólo así conspiraremos contra nuestros pasados…
El viaje de Eduardo Galeano
Oriol Vall, que se ocupa de los recién nacidos en un hospital de barcelona, dice que el primer gesto humano es el abrazo. Después de salir al mundo, al principio de sus días, los bebés manotean, como buscando a alguien.
Otros médicos, que se ocupan de los ya vividos, dicen que los viejos, al fin de sus días, mueren queriendo alzar los brazos.
Y así es la cosa, por muchas vueltas que le demos al asunto, y por muchas palabras que le pongamos. A eso, así de simple, se reduce todo: entre dos aleteos, sin más explicación, transcurre el viaje.
Publicado en “Bocas del tiempo” . Argentina. Editoral Catálogos. Año 2004