Clase 17 del 3 de setiembre

por Fiama Valdez

Un martes frío, en el que a más de uno nos costó salir de la cama, arrancamos la clase con pocos alumnos, y así se desarrolló.
Primero, los anuncios: todos los tps 14 fueron corregidos y entregados el día lunes 2 de septiembre, siguen publicadas las consignas del tp 15 (que tenía el día de la fecha como plazo de entrega) y la del tp 16, que leímos en clase y para la que hay dos semanas de plazo porque el próximo martes no hay clases.
También está publicada la consigna del Trabajo Final, con su respectivo cronograma de entrega, hablamos de algunas cuestiones de la elección de los temas.
El tema central de la clase fue NARRATIVA, para cerrar una parte de la unidad 6.
Desarrollamos los momentos en el estudio de la narración, principalmente fueron los griegos, en el 400 a.c, con Aristóteles. Él se encargó de hacer un análisis sobre dos tipos de poesía, la poesía dramática (tragedias griegas) y poesía narrativa (narración poética, ej: Odisea).
Aristóteles introduce conceptos:
– Personaje
-Acción
-Ambiente (escena, unidad espacio-tiempo)
También introduce un esquema:
-Principio: eso que no viene detrás de otro.
-Medio: el que si viene detrás de otro y hay otro que lo espera.
-Fin: viene detrás de otro, pero nada lo sigue ni lo espera.
Diferencia al poeta del historiador, porque el historiador cuenta lo ocurrido tal cual, el poeta puede inventar. Los primeros cronistas fueron los acompañantes de los reyes.
El segundo momento fue al inicio del siglo xx, en Rusia. En 1915 con los FORMALISTAS RUSOS.
Ellos querían fundar una ciencia cuyo estudio sea la literatura, y diferenciaban historia de discurso, historia como hechos que pasaron y discurso como lo que cuento de lo ocurrido.
Porque el sentido está en la narración, en como esta contado lo ocurrido.
El tercer momento, es llegado a los 50 en Europa. Es el ESTRUCTURALISMO FRANCÉS, que se define como un movimiento, conjunto de los 2 anteriores.
Ellos desarrollan la noción de estructura para todos los relatos. Se guían por la lingüística y estudian el relato como una gran frase. Se trata de que todo lo contado sea de interés.
Y es fundamentar recordar que hay relatos en cualquier lenguaje, en una obra de arte, como en un baile o en una canción.
El relato cuenta con 3 elementos fundamentales: Acciones de los personajes (funciones), roles de los personajes (acciones) y narración, que es la puesta en discurso de las 2 anteriores desde un punto de vista.
Después, trabajamos la superestructura narrativa de Teun Van Dijk y analizamos las categorías en los relatos de Eduardo Galenano, Crónicas en la ciudad de Buenos Aires y La frontera del arte.

Sobre el final de la clase leímos un texto de Jorge Luis Borges donde en cuenta cómo construye un cuento (que copio abajo).
La clase fue corta, algunos compañeros se quedaron a resolver cuestiones sobre los trabajos y otros dimos por finalizada la clase.

Fragmento de “Diálogos” entre Jorge Luis Borges y Osvaldo Ferrari, Seix Barral, Barcelona,1992, publicado en el suplemento Cultura y Nación del diario Clarín, el 13 de junio de 1996, como edición de homenaje a Borges en el décimo aniversario de su muerte.

CÓMO NACE UN TEXTO
Jorge Luis Borges

Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder. En el caso de un cuento, por ejemplo, bueno, yo conozco el principio, el punto de partida, conozco el fin, conozco la meta. Pero luego tengo que descubrir, mediante mis muy limitados medios, qué sucede entre el principio y el fin. Y luego hay otros problemas a resolver; por ejemplo, si conviene que el hecho sea contado en primera persona o en tercera persona. Luego, hay que buscar la época; ahora, en cuanto a mí –eso es una solución personal mía-, creo que para mí lo más cómodo viene a ser la última década del siglo XIX. Elijo –si se trata de un cuento porteño-, lugares de las orillas, digamos, de Palermo, digamos de Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi nacimiento, por ejemplo. ¿Porque quién puede saber, exactamente cómo hablaban aquellos orilleros muertos? Nadie. Es decir, que yo puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un inspector y resuelve: “No, en tal barrio no se habla así; la gente de tal clase no usaría tal o cual expresión”.
El escritor prevé todo esto y se siente trabado. En cambio, yo elijo una época un poco lejana, un lugar un poco lejano; y eso me da libertad, y ya puedo fantasear o falsificar, incluso. Puedo mentir sin que nadie se dé cuenta, ya que es necesario que el escritor que escribe una fábula –por fantástica que sea- crea, por el momento, en la realidad de la fábula.