Por Alejandro Sambrana
En el comienzo de la clase realizamos un repaso gramatical a partir de una serie de errores que se manifestaron en los trabajos prácticos.
En primer lugar se resaltó la obligatoriedad del uso de las tildes. Obviar este aspecto de nuestra lengua es tan grave como olvidar una “h” o cambiar “b” por “v”. Así también se recordaron las reglas de acentuación: llevan tilde las palabras agudas terminadas en “n”, “s” o vocal; las graves NO terminadas en “n”, “s” o vocal; y todas las esdrújulas.
La siguiente cuestión gramatical abordada fue la cuestión de las comas: nunca se usan para separar sujetos de predicados, a no ser que haya una aposición. Considerando esto, la regla sería que nunca el núcleo del sujeto se separa del núcleo del predicado con una coma.
Finalmente se resaltó el uso del orden lógico en las oraciones: Sujeto + Predicado. Orden solo alterado cuando se incluye al principio de la oración un condicional (que sería parte del predicado).
En seguida se continuó con lo esencial de la clase: la dimensión estratégica de la escritura. ¿Qué implica una redacción estratégica?: buscar la mejor manera de comunicar algo en una situación dada. Como toda estrategia, implica tomar un conjunto de decisiones para lograr un objetivo, tratándose en este caso de un objetivo de comunicación mediante la producción de un texto. Alcanzar dicha meta requiere de dos cosas: a) de la memoria: para recordar todas las reglas básicas que rigen la producción textual; b) inventiva: para elegir qué reglas aplicar, cómo aplicarlas, etc. Vale aclarar también que estas decisiones adoptadas son SIEMPRE conscientes, NUNCA azarosas.
El término estrategia tiene su origen en lo bélico. Al respecto Teun Van Dijk hace una analogía entre los principios de la estrategia y los principios lingüísticos:
– El principio estratégico cooperación tiene su correlato en los principios lingüísticos en la subordinación de las partes de un texto al texto como un todo, esto es, a un objetivo final.
– El principio estratégico maniobra (o acciones indirectas) tiene su correlato en los principios lingüísticos en la construcción paulatina del punto de vista.
– El principio estratégico economía de fuerza tiene su correlato en los principios lingüísticos en el ahorro de aquellas palabras innecesarias, que sobran en el texto.
– El principio estratégico triunfo de la batalla tiene su correlato en los principios lingüísticos en el logro de la coherencia textual (aspecto de la redacción que se abordará más adelante)
Continuando con Van Dijk, se vieron en la clase los tres tipos de estrategia que existen en el plano de la redacción:
– Estrategias interactivas y pragmáticas: se abocan a la relación texto-audiencia-contexto.
– Estrategias de producción semántica: trabajan sobre el sentido, los significados, cómo el texto construye el objeto del que habla.
– Estrategias para establecer coherencia local.
Se ahondó, entonces, en las primeras, las estrategias interactivas y pragmáticas.
Éstas establecen que debe pensarse al discurso como una interacción social, lo cual implica:
– que el discurso es un fenómeno práctico, social y cultural;
– que los usuarios del lenguaje realizamos acciones sociales a partir del discurso, y mediante éste participamos de la interacción social;
– que la mencionada interacción está enclavada en contextos sociales determinados.
Bien vale desmenuzar el concepto propio de este tipo de estrategia.
Por un lado aparece el aspecto pragmático. Esto remite a la pragmática, aquella corriente del lenguaje que estudia la relación entre el texto y su contexto, así como las condiciones según las cuales un discurso es apropiado o inapropiado en una situación comunicativa determinada.
Por otro lado está el aspecto interactivo: usar la lengua supone no sólo producir un enunciado sino también ejecutar una acción social. Estas acciones ejecutadas desde el lenguaje – y distintas a la acción del decir – son las que John Austin llamó actos de habla, que, como toda acción, han de ser conscientes, voluntarios e intencionales.
Finalmente revisamos dos tipos de enunciados:
– Los descriptivos/constatativos: que pueden ser verdaderos o falsos, es decir, pueden constatarse (ej. “Yo juego” es un enunciado cuya veracidad puede comprobarse).
– Los preformativos/realizativos: que no son verdaderos ni falsos, sino que son una acción (“Te prometo que voy” es en sí la acción de prometer. La veracidad de la promesa no importa, ya fue hecha).
Esta semana no hay prácticos nuevos para realizar así que quienes deben TP pueden ponerse al día.
La clase que viene, seguiremos trabajando sobre el mismo tema. Por lo tanto, sería bueno que pudieran repasar los textos que abordan el tema, sobre todo el Texto Base 10 “Estrategias interactivas y pragmáticas” y todos sus textos fuente.