por Pablo Botteri
Muchas veces creemos que aquello que nos es cotidiano es simple, pero en realidad requiere un gran esfuerzo por parte del humano ejecutor de la acción para que ésta sea llevada a cabo correctamente. Tal es el caso de cepillarnos los dientes. Desde mi perspectiva, limpiar los integrantes fundamentales de nuestra mandíbula es algo que todos creemos fácil y básico, pero apuesto que al finalizar la lectura de este texto, no todos podrán decir lo mismo.
Primero que nada, para poder seguir leyendo estas palabras es necesario que haya leído con anterioridad las instrucciones de cómo poner el dentífrico sobre el cepillo.
En segundo lugar, para que el cepillado de los dientes cumpla eficazmente su cometido, es preciso e indispensable que esta acción se vuelva rutinaria cotidiana en su vida al levantarse, después de cada comida y, nuevamente, antes de acostarse. No deje de hacerlo sino sus encías se inflamarán al punto tal de convertir su boca en una parte inutilizable de su cuerpo a causa de dolor.
También debe saber que tan importante como la constancia es la forma de cepillarnos los dientes. El cepillado correcto lleva al menos dos minutos. Así es, 120 segundos o 7200 milésimas de segundo. Antes de pasar a las técnicas resulta preciso aclarar que la información detallada a continuación vale tanto para diestros, zurdos o ambidiestros; elija la mano que le quede más cómoda.
Existen dos técnicas básicas para limpiar nuestros dientes, la de cepillado circular y la de cepillado vertical. En ambas se recomiendan los movimientos cortos y debe cepillarse primero la cara externa y luego la cara interna.
A) Técnica de cepillado circular: Se recomienda para niños pequeños o personas de poca destreza manual. Sea humilde y si no es lo suficientemente hábil con las manos elija esta opción, de lo contrario sus dientes se llenarán de caries (Si no sabe definir cuán hábil es vaya a las instrucciones de “cómo darme cuenta de mis habilidades”). Lo que debe hacer es mover el cepillo en forma circular, como las paletas de un molino y la forma de la naranja.
B) Técnica de cepillado vertical: Es la que se recomienda porque es mucho más eficaz, pero vuelvo a repetir que si usted es limitado manualmente por favor regrese al punto anterior. Son cepilladas que van desde la parte superior de la boca a la inferior; ida y vuelta, ida y vuelta.
Luego de higienizarte la boca, si siente alguna incomodidad puede ser que algún resto de comida haya quedado camuflado y su cepillo no lo haya extinguido. Para eso no debe usar la lengua, ya que puede dañarse y además, quedar mal en público. Lo correcto es utilizar un hilo dental. Debe pasarlo por el lugar donde se encuentra la comida atascada y lo eliminará.
Otro punto a tener en cuenta es que existen diferentes tipos de cepillo: los suaves, los medios y los duros. Le recomiendo preferentemente los suaves y los medios, ya que los duros desgastan mucho más los esmaltes de los dientes. Los cepillos de cabeza pequeña también son los recomendables ya que pueden llegar a todas las partes de la boca.
Ahora sí le propongo que vuelva a leer la afirmación del principio y se replantee sobre la facilidad de las acciones cotidianas. Cualquier duda consulte a su odontólogo de confianza.