Por Nadia Castillo
Mientras que no tenía redacción me dediqué a buscar departamento con mis amigas ya que el lugar donde vivo cierra a fin de año.
Como fue una semana repleta de paros, aprovechamos al máximo para movernos de punta a punta. Nos recorrimos aproximadamente 25 departamentos pero llegamos a la conclusión de quedarnos con el primero que vimos, cabe decir que esa búsqueda nos permitió ver cada opción y elegir sabiendo que buscamos incansablemente.
Después de eso los proyectos no tardaron en llegar, la imaginación transcurría a lo largo de las horas y lo sueños relacionados con el nuevo hogar que la vida nos proponía se acercaba cada vez más en tanto y cuanto todo salía de acuerdo a lo planeado.
Por mi parte me encargué de avisarle a mis papas lo que nos estaba sucediendo y al vivir tan lejos lo primero que se nos ocurrió fue que podía venir a visitarme cuando gustasen, por lo cual la emoción y la sensación de felicidad y ansiedad no se hicieron esperar.
También retomando el tema anterior me propuse a leer un libro de Paulo Coelho llamado verónica decide morir. Pero definitivamente lo más lindo, era sentarme a leer los apuntes con los mates acompañados por algo rico con mis amigas, las charlas se hacían interminables y de vez en cuando surgían temas polémicos a causa de que cada una estudia una carrera distinta a la otra.
La actividad fue importante en esos días de suspenso de clases, primeramente por la búsqueda de departamentos, y segundo porque me pareció una buena oportunidad para salir a caminar. Todo esto nos sirvió para comenzar con la tan retrasada dieta y perder lo kilos que estaban sobrando a causa del invierno. El hecho de no tener redacción nos daba la oportunidad de mirar las típicas novelas de la tarde y noche.
Pero la semana se pasó, volando y ahora de nuevo a comenzar con entusiasmo este último tramo del año.