Padres vs. Hijo: Como conseguir una discusión digna en menos de un minuto

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Por Violeta Paulini
El título de este instructivo puede resultarle a ciertas personas un tanto “irónico”, por lo que, si tiene la suerte de gozar de un tiempo libre, reléalo reflexivamente volviendo a comenzar, y de otro modo, si no tiene tiempo libre (y no es para menospreciar el escrito) deje el texto a un lado y retómelo en otro momento con calma. (El subrayado no es un error de impresión).


A este punto, año 2009, estamos hiper modernizados. Encontramos tecnología y entretenimiento en todos lados, lo que debería suponer una mejora en cuanto a calmar nervios, ansias, aburrimiento y molestias de la gente. Creo que ese es el fin que las empresas se plantean. Sin embargo las estadísticas lo dicen: nada supera el gustito de una pelea casera, sin lugar a dudas la mejor manera de pasar la hora, sobretodo cuando la temática da a debate. Las siguientes frases amplían y explican el tema:
-¿Por qué no me avisaron que la tarta se quemaba? ¿Es que no sienten el olor? (estando a la misma distancia que uno del horno)
-¿Por qué llegas a casa caminando de un lado de la calle si cuando saliste ibas para el otro?
-¿Por que no le pones las plantillas a la zapatilla?
-¿Cómo no te da vergüenza salir así vestido? ¿es que te gusta dar lastima?
-¿Cuándo van a limpiar la casa por voluntad propia sin necesidad de que se los “pida”?
Y luego se llega típicamente a la conclusión de que la esclavitud todavía no se abolió y que el claro ejemplo de este trágico descubrimiento está frente a nuestros ojos: la madre, sirvienta de la familia.
Ahora cabe diferenciar dos tipos de familias (prestar su debida atención porque el punto define y modifica al título del instructivo, perfilando su futura discusión hacia un lado u otro, lo que lleva sus modificaciones en cuanto al accionar.)
Variados censos, encuestas y entrevistas realizadas por el ERIF (ente regulador de injusticias familiares) ponen en evidencia dos clases de familias. Las siguientes definiciones fueron extraídas del libro “Sentate que yo te explico”. Las comillas se corresponden con la subjetividad de las declaraciones:
-La madre “coherente y responsable” acompañada del padre “sin autoridad”, comúnmente un tanto más tranquilo o con un tono de voz más suave.

Aquí ella se define como “la mala de la película” dejándole el puesto del “guacho” o “injusto que nunca dice que no” al señor que la acompaña en la vida como esposo, pero que sin embargo por momentos solo parece ser “tu padre”.Parece que él claramente se lava las manos frente a los momentos de tensión y normalmente ella intenta agredirlo con los siguientes adjetivos que definirían su perfil: paspado, aburrido, impuntual, irresponsable, etc.
(En estos casos el padre aparenta ser el cómplice de los niños. Hay ocasiones en las que se complotan y hasta se ríen de las reacciones impredecibles de la madre).
-El padre “rápido e inteligente” es un hombre que sabe por donde camina la vida. Él pone los límites en la casa y la madre… lo mira.
Ella es “dulce y cariñosa con los chicos” pero nunca contradice a su marido. (Existe una especie de fascinación en cuanto a la imagen del padre y lo que opine sobre los estudios, salidas, novios, etc. Él casi siempre lleva bigotes y unos kilitos de más.)
En este tipo de familias no existen demasiados complots ya que el padre y la madre parecen ir de acuerdo en todas las decisiones que se toman. Los pocos casos que se dan responden a variaciones en el precio de las compras de ropa, acordado entre la madre y las hijas mujeres.
El “preguntale a papá” responde a todo o corta la duda de manera seca y tajante.
Una vez definido el panorama de las dos clases de familia posibles se llega a la conclusión de que en el caso 1 es más divertido pelear con la mamá, y en el caso 2 no existe demasiada diversión porque el padre no se presta y la madre no ataca.
Por lo siguiente, y retomando el objetivo central de este texto: si su entorno hogareño se asemeja más al segundo caso intente modificar los pilares familiares y sino tome los siguientes tips como posibles fuentes de pelea y disturbio entretenido:
– Vístase tal cual croto de la playa o peatonal (escoja según su contexto) antes de ir al cumpleaños de la abuela y luego asegúrese de pasear unas dos o tres veces delante del oponente para que lo vea.
– Ríase mucho de todo. Eso suele molestarles.
– Manéjese con un vocabulario o una terminología que no conozca. Charle con sus amigos y hermanos usando en exceso esas palabras y notará como le irrita quedarse afuera de la conversación.
– Demande todo el tiempo que las tareas del hogar sean pedidas y no exigidas. Luego de que el mayor repita el pedido exagerando la sutileza, hágale notar lo ridículo de sus burlas, tonos y gestos.
– Tomarse el tiempo necesario para levantarse, bajar la ropa sucia, ir al supermercado, etc. (bostezar si es necesario).
Usted ya conoce sus derechos y posibilidades, sólo póngalos a funcionar con un toque de diversión.