Por Pedro Secci
A diferencia de los primeros pasos escolares (la primaria) y de la etapa universitaria, el secundario es el momento en el que se viven un montón de cuestiones y obstáculos que terminan repercutiendo en otras cosas. La “famosa edad del pavo”, los campamentos, las peleas con profesores, el viaje a Bariloche, la graduación. Pero una de las cosas a superar es la clase densa, la aburrida, la que nunca te va atraer. Esa en la que te preguntas “¿De que me sirve saber esto si cuando voy a la verdulería no le digo al que me atiende dame el binomio cuadrado perfecto de un kilo de bananas?”.
Esa clase no existe en la primaria porque todavía no estamos “revelados” contra todo y no hay demasiada carga horaria y en la universidad supuestamente se está estudiando lo que le gusta a cada uno. Obviamente que hay veces que el cansancio puede más que el gusto pero en la mayoría de los casos no sucede.
En definitiva para sobrevivir a esa terrorífica clase ¿Qué hay que hacer?
Hay diferentes cuestiones que hay que tener muy en cuenta:
– Para comenzar desde un principio hay que ubicarse en un lugar del aula donde no se llame mucho la atención y se pase desapercibido.
– A continuación es fundamental conocer la personalidad del profesor, porque hay dos posibilidades: O es una persona a la cual “en la primera de cambio” que te ve hablando te pone amonestaciones o directamente ni te registra pero después el mal comportamiento se refleja en la nota. En cualquiera de los dos casos hay que tener cuidado, pero en el segundo hay un poquito más de libertad para “molestar”.
– Seria bueno que además de vos, halla otro que no se banca esa clase entonces son dos y se reparten el trabajo (esto facilita mucho las cosas o las empeora hasta llegar a un extremo aterrador).
– Otro aspecto a tener en cuenta es saber distribuir el tiempo: Tener claro en que momento de la clase se puede hablar, en cual se puede cerrar algún ojo para dormir.
– Pero lo más importante para sobrevivir es saber cual es el momento para ir al baño. Es importantísimo porque ese viaje al baño es el único instante de descanso que hay, entonces se debe aprovechar.
– Es fundamental tener el libro abierto arriba del banco en la hoja que se está dando por cualquier eventualidad que pueda surgir. ¡Hay que estar muy atento!
– Para los fumadores, no puede faltar el cigarrillo en el recreo anterior porque sino es imposible sobrevivir (está la posibilidad de usar el viaje al baño del medio de la clase para fumar pero seria muy sospechoso porque se tardaría demasiado).
– Para finalizar, o sea, “la frutillita del postre”, es escuchar, aunque cueste, los últimos cinco minutos de la clase en donde el profesor/a dicta las consignas para la próxima clase. Ese es el momento en que parece que estuviste atento toda la clase porque levantas la mano y preguntas algo referido a la tarea. Ahí es cuando el maestro/a se queda asombrado de tu atención en clase.
Esas son algunas de las consignas a tener en cuenta para no aburrirse demasiado en la peor clase de la secundaria. Lo más cómico de todo esto es que es más complicado realizar todos estos pasos para no aguantar la clase que realmente prestar atención durante una hora y media.
Igualmente… ¡pruébenlo! No importa si están en la universidad o en una reunión de trabajo, en estos casos hay que retocar algunos pasos pero de todas maneras sirve.