Instrucciones para no desesperar en los tiempos que corren

Por Marcia Abramovich
Embotellamientos en la calle, largas horas en salas de esperas de médicos, interminables colas para hacer trámites, esperas de colectivos eternas……son algunas de los momentos que vivimos a diario en los que, suele pasar, que de tanto esperar desesperamos.
Para vivir más tranquilo, y no alterarse en estas situaciones que, lamentablemente, ocurren a diario en la vida de todos, te proponemos una serie de consejos para no peder la calma y que estos inconvenientes no afecten el curso de tu día.


• Lo primero es cargarse de paciencia. Claro que también es lo más difícil, sobretodo cuando estamos apurados, o llegando tarde a algún lado, pero una buena táctica es respirar hondo y contar hasta diez (o hasta lo que sea necesario) en los casos en que la espera es, valga la redundancia, inesperada. Por el contrario, cuando ya sabíamos que teníamos por delante un largo rato de espera, lo ideal es concientizarse de que no tenemos otra opción que estar donde estamos y esperar el tiempo que sea necesario. De más está decir que si hay otra opción, ¡La implementamos!
• Luego, es de mucha utilidad tener siempre en la mochila algo que evite que desesperemos en momentos de aguardar mucho tiempo, algo que nos mantenga con la cabeza en otro lado y con la vista lejos del reloj, léase reproductor de mp3, algún libro entretenido, un apunte de la facultad o el colegio, un librito de crucigramas, etcétera.
• Para continuar, es importante salir siempre de casa con un tiempito de sobra. Esto va a permitir que, al mal humor que estas esperas nos generan, no se sume la preocupación de estar llegando tarde a algún lado. Si bien es cierto que muchas veces nos aparecen imprevistos, si siempre salimos cinco o diez minutos antes de casa, podremos manejar mejor el tiempo en caso de que aparezca uno.
• Para los impuntuales, sobretodo para aquellos que por más que lo intentan no logran llegar a horario a los compromisos u obligaciones, recomendamos atrasar cinco o diez minutos el reloj.
Así que bueno, a no desesperar, y a no preocuparse, mejor: ocuparse y seguir estos consejos para que sea todo más leve y para que, como sabiamente dijo Benedetti, “Que la espera no desgaste los sueños”.
Este texto pertenece al trabajo práctico “Algo de lo que sabés hacer”