Por Jeremías Walter
Andrea Solari es la psicóloga de GIEMI (Grupo de Investigación en Enfermedades Moleculares e Inmunológicas), un grupo de profesionales que se desenvuelven dentro de la Psiconeuroinmunocrinología (PNIE), parte de la medicina que se encarga de estudiar los cuatro sistemas de control del organismo: el psicológico, el neurológico, el inmunológico y el endocrinológico.
En este reportaje nos cuenta todo sobre su trabajo y sobre el tratamiento de pacientes con enfermedades autoinmunes. Y además, también hubo tiempo para hablar sobre la situación de los pacientes durante crisis políticass y económicas y el lugar que ocupan los medios en esta situación. Todo desde el punto de vista de una profesional que, mejor que nadie, puede acercarnos al mundo de las personas corrientes, de los que caminan por la calle, de la enorme multitud anónima.
De qué se trata su trabajo dentro de la psiconeuroinmunoendocrinología?
Yo soy psicóloga, trabajo con un grupo de médicos: inmunólogos e infectólogos, todos en equipo y mi parte es la psicológica, valga la redundancia. Mi trabajo consiste en, después que hay un diagnóstico y un tratamiento, ayudar a los pacientes a afrontar su enfermedad, a nombrar su enfermedad y a dar cuenta de lo que es una enfermedad crónica como es el tipo de los autoinmunes.
¿El tratamiento que vos le das a estos pacientes es especial? ¿Se diferencia de los demás pacientes?
No, a los pacientes los trato por igual. No tiene que ver el que tengan una patología especial. Acá se trata de una persona enferma que padece como cualquier otra.
Pero al saber que de por vida vas a convivir con una enfermedad…
Si, pero el hecho de que tenga tal enfermedad, no lo distingue de otros que sufren, los seres humanos sufrimos todos de igual manera.
Bueno, lo esencial de la PNIE es que todos los sistemas influyen el uno sobre el otro. Por dar un ejemplo, un problema hormonal influye en lo psicológico…
Bueno hay muchos estudios. Pero, por lo menos en el grupo de trabajo que formo, no los consideramos sistemas, porque eso parecería como que estuvieran separados. Nosotros tratamos a los seres humanos de manera integral, cuando hay un paciente con una enfermedad, está todo afectado.
Eso implica que por ejemplo si tengo estrés, me va a traer problemas de tipo hormonal.
Hay estudios que determinan que el estrés hace una disminución de la serotonina por lo cuanto hay también índices de depresión, está estudiado y estadísticamente comprobado. Pero como seres humanos que somos, somos únicos y singulares y el sistema hormonal por ejemplo, puede incidir en una persona de una manera y la otra de otra manera. Por eso es que es tan específico este trabajo.
Todos casos aparte…
Todos casos singulares, y esto es lo bueno de trabajar así. Porque primero, lo llamativo es que nunca vas a tener una rutina de trabajo, ni como médico, ni como psicólogo, porque rescatando la singularidad del paciente es más atractivo así trabajar. Porque en este tipo de enfermedades depende de los medios, si trabaja, si no trabaja, si es mujer, si es hombre, la edad. Entonces todo es a tener en cuenta…
¿Todos los casos sorprenden de algún modo?
Todos, todos sorprenden, y esto es lo bueno, este tipo de medicina que rescata la singularidad, por eso trabajamos en equipo.
¿Como está formado este equipo?
En este equipo trabajan, entre otros, el Dr. Guillermo Baez, inmunólogo, el Doctor Javier Grande, que es el infectólogo. Baez es también docente de la Facultad, y coordinador de nuestro grupo de Trabajo que es el GIEMI
¿Cuánto hace que está conformado? ¿Como surge?
Y el grupo tiene varios años, yo con ellos me incorporé el año pasado. El Doctor Guillermo Baez decidió formar este grupo, formando gente también. Es una iniciativa privada.
Es muy interesante como se unen los distintos profesionales para trabajar…
Es que estas enfermedades si no las trabajas en equipo, no se pueden trabajar.
¿Los pacientes cómo llegan a ustedes, por obra social?…
Pueden llegar por obra social o de manera particular. Hay que tener en cuenta que cuando llegan al inmunólogo, lamentablemente, han hecho un recorrido médico… pero por años, hay gente que ha ido desde al médico clínico, al cardiólogo – porque depende de la enfermedad – entonces han recorrido todos los especialistas, todo…
Curanderos…
Curanderos, Padre Ignacio, metafísica, lo que se te ocurra de quienes puedan trabajar con este tipo de enfermedades, esta gente la conoce…
¿Tiene el grupo en conocimiento público necesario como para que la gente pueda llegar?
El grupo ha salido en varios reportajes, hace poco en La Capital. Como grupo no hemos viajado, pero el director, que es Baez, está siempre invitado a congresos, hace poco estuvo en México presentando una de las investigaciones sobre artritis reumatoidea.
¿Cómo es el trabajo dentro del grupo?
Lo que hay que destacar de este grupo es, primero, el respeto que existe entre los profesionales, y después, la singularidad del paciente, eso es fundamental.
El trabajo es multidiciplinario, todos tienen la misma meta que es mejorar la calidad de vida del paciente. No es fácil encontrar gente con tantas ganas de trabajar juntos para poder llegar a algún lado. Además lo nuestro es ad honorem.
¿Cómo es eso?
Claro, nosotros no cobramos por trabajar en el grupo, ni tenemos ninguna entidad, el Estado no nos paga, ni las investigaciones son pagadas por nadie, excepto que se pueda conseguir algún subsidio. Todo el tiempo estamos investigando.
¿Los tratamientos son costosos?
Acá cuando vos trabajas con este tipo de pacientes, rogá que tengan obra social. Porque los análisis para hacer este tipo de especificaciones son carísimos, y si no tenés obra social, los medicamentos… te enfermás en este país, y es terrible.
Hay que tener una salud de fierro…
O tener plata. Pero no es sólo en ente país, la salud a nivel mundial es algo comprometido. Pero en este país… Baez, pongo las manos en el fuego, si no tenés plata para atenderte, te va a atender igual…
El oficio…
Es que nosotros trabajamos así. Mucha gente no tiene para pagarme a mi, ¿y que le voy a decir: “No a vos no te atiendo”? No, esto es trabajar con el corazón.
Bueno, cambiando de tema, también trabaja con pacientes “de consultorio” no se como denominarlos…
Pero lo que pasa es que no hay, uno como profesional, sobretodo en mi rama, tiene que darse cuenta que no hay un paciente con una enfermedad autoinmune, o un paciente con sida o…
Un paciente con complejo de Edipo…
Bueno si el tuyo es un complejo de Edipo… (Risas)
A lo que iba, con este problema denominado “Gobierno versus campo”, ¿aumentaron las visitas, los pacientes preocupados, estresados?
Desde el consultorio si se ve que afecta mucho el medio, el ser humano que es afectado constantemente por la realidad. Igual no aumentaron mucho las visitas, porque generalmente la gente, a no ser que sea una crisis muy grave como la del 2001, con estas situaciones no dispone de mucho dinero, y la gente lo primero que deja es el psicólogo y a lo último que va es al psicólogo. Porque cree que es un artículo de lujo, todavía no está incorporado en nuestra sociedad que el psicólogo es alguien a quien uno necesita visitar de vez en cuando…
Es la salud mental…
¡Es la salud! No es la salud mental o no, es salud, es calidad de vida.
Pero bueno, a todos nos afectó la crisis, lo que pasa que esta es menor, y porque fue sobretodo una cuestión imaginaria porque fueron dos lugares donde los del medio, que somos los giles como nosotros, nos vimos realmente afectados. Pero no es que fuimos afectados en esta crisis, nosotros ya veníamos afectados, lo que se hizo con esta crisis, como en todas, es registrar una realidad, porque la inflación estaba altísima, nadie mantenía los precios… Que era lo que nadie decía, pero que los giles como nosotros que somos los que vamos, compramos y estamos en la calle, sabíamos.
Lo bueno es que hay que reconocer que la gente se informó más, está más al tanto. De todas estas crisis sacás buenas cosas…
A que precio…
Al precio que tenemos que pagar los argentinos por no madurar. Porque acá nadie hace lo que tiene que hacer. No es sólo el gobierno, todos somos.
¿Pero esta crisis fue especial tomada desde los medios, influyeron mucho?
El medio lo fabricó. Los medios, el gobierno, que son los dueños de los medios, y la contra del gobierno que también son dueños de otros medios… Pero estuvo bueno porque la gente se informó, la gente se empezó a enterar de estas cuestiones que no sabía.
¿Se noto manipulación por parte de los medios?
Si, pero la gente común no se enganchó esta vez, excepto el primer cacerolazo que hubo, pero la gente común fue la que iba a comprar el aceite y no había…
Y al vislumbrarse una salida a la crisis, ¿la gente queda aún de algún modo sentida?
La gente, como dije al principio, es la que viaja en colectivo, es la que va al supermercado y sólo se puede llevar dos aceites… no, la gente sigue…
Este texto pertenece al trabajo práctico “Entrevista”