Por hipertexto se entiende un texto no lineal e interactivo que tiene por soporte el ordenador (Nelson, 1980). Una definición posterior lo concibe como un conjunto de documentos presentados en una pantalla de ordenador que están conectados a objetos de una base de datos a través de conexiones activadas por el ratón (Conklin, 1987). Esta definición se acerca al concepto de documento hipermedia entendido como un hipertexto que conecta nodos cuyo contenido es diferentes contenidos mediáticos (Hardman y Sharrat, 1990; Nielsen, 1995).
El hipertexto es, así, un concepto clave en la investigación desarrollada acerca del webperiodismo. Su influencia alcanza todas las grandes áreas de investigación en periodismo porque tiene implicaciones en el lenguaje, en los géneros y en el proceso de recepción, al demandar la actuación del receptor. Esta particularidad es sumamente importante porque marca una diferencia fundamental con relación a las noticias textuales. No es el hecho de que la noticia sea hipertextual lo que marca la diferencia; lo que realmente cambia la naturaleza de la noticia es que esa hipertextualidad desencadene una acción, el clic en un enlace.
Desde ese momento, cambia el sentido de la noticia porque el usuario reacciona, toma una decisión en función de una percepción y opta por una ruta de lectura diferente de la que han tomado otros usuarios. Cuando un usuario ignora los enlaces de una noticia hipertextual, esa noticia es un contenido estático absolutamente igual a un contenido de los medios tradicionales y, como tal, la investigación sobre su recepción nada tiene de novedoso. Por ejemplo, para analizar el impacto de diferentes contenidos en la percepción de la comprensión y satisfacción, como ocurre en este estudio, es necesario que el usuario interactúe con el contenido y para eso es necesario que el contenido le permita un alto grado de participación.
La escritura hipertextual -texto con enlaces- se presenta como liberadora de todos los supuestos sobre la lectura y a la escritura.
“El hipertexto fragmenta, dispersa y atomiza el texto de dos maneras afines. Primero, suprimiendo la linealidad de lo impreso, libera los pasajes individuales de un único principio ordenador: la secuencia (. . . ). Luego, destruye la noción de texto unitario y permanente. El considerar el texto “entero” en términos de sus componentes produce la primera forma de fragmentación; el considerarlo en función de sus diferentes lecturas y versiones produce la segunda” (Landow, 1992, p. 75).
Esta definición destaca la necesidad de una participación activa del lector que, al seguir su propio recorrido de lectura, crea sucesiones temporales, altera el curso de la historia y, por eso, habrá de considerarse a sí mismo como autor de un texto sin principio ni fin definido. Esta definición coincide con la definición de texto ideal de Barthes (1970), reforzada por Lévy. “Conjunto de nodos conectados por enlaces. Los nodos pueden ser palabras, páginas, imágenes, gráficos, secuencias sonoras, documentos complejos que pueden ser ellos propios, hipertextos. Navegar en un hipertexto significa diseñar un recorrido en una red que puede ser tan compleja cuanto posible. Porque, cada nodo puede incluir una red completa” (Lévy, 1993, p. 33)
Este concepto de hipertexto es retomado por otros autores (Hall, 2001; Diáz Noci y Salaverria, 2003), pero ya en su aplicación práctica al periodismo.
En la Web, la conexión entre textos (nodos) se hace por enlaces que conectan diferentes planos de información. La disposición de los planos de información en el mapa de la noticia sigue diferentes modelos que pueden sacar partido de la flexibilidad del medio y de la posibilidad de integrar diferentes elementos multimedia, como sonidos o vídeos, por ejemplo. El tipo de noticia y de los elementos integrados condicionará la estructura hipertextual que Salaverria (2005) encuadra en dos grandes grupos: estructuras lineales y estructuras reticulares. Las estructuras lineales, se dividen en unilineales, un solo eje de desarrollo y un solo enlace por texto, y multilineales, con varios ejes de desarrollo pero con navegación condicionada por inexistencia de enlaces entre ejes. Por su parte, las estructuras reticulares no tienen ejes predefinidos: se trata de una red de navegación libre que permite varias rutinas de lectura.
Díaz Noci y Salaverria (2003) identifican también un tercer tipo de estructura hipertextual que resulta de la combinación de las dos anteriores, las llamadas estructuras mixtas. El análisis del tipo de estructuras hipertextuales en el periodismo es importante porque tiene relación con un tema importante, la arquitectura de una webnoticia, algo que a su vez se relaciona con las técnicas de redacción. Y es justo en este campo donde ocurre una de las polémicas más debatidas entre los investigadores en webperiodismo:
¿La técnica de la pirámide invertida sigue siendo válida en el weperiodismo?
Autores como Nielsen (1996), Rosental Alves (2005)6 o Zamith (2005), han insistido en la importancia de la pirámide invertida en los medios on line. Otros, como Salaverria (2005) y Canavilhas (2004b; 2006) reconocen la importancia de esta técnica en las noticias de última hora, sin embargo la consideran algo limitadora en otros géneros.
La polémica nace del hecho de que la inclusión del hipertexto en la noticia abre todo un mundo de nuevas posibilidades de recorridos de lectura. El lector ya no tiene que seguir una lectura que evoluciona de lo más importante a lo menos importante -en la perspectiva del periodistay pasa a tener la oportunidad de seguir un recorrido propio, saltando de enlace en enlace de acuerdo con sus intereses.
Esto implica el recurso a nuevas técnicas de redacción adaptadas a una nueva realidad técnica que permite el enlazamiento entre textos y elementos multimedia en diferentes capas de información. Hablamos de una nueva arquitectura de la noticia, una forma diferente de organizar nodos de información que se adapte a las características de la Web.
Para la propuesta de una nueva arquitectura de la noticia utilizada en este trabajo se tomó como referencia la idea de Darnton (1999) para organización de publicaciones académicas. En realidad, el problema fundamental es el mismo: organizar la información de tal forma que los usuarios sepan lo esencial con una lectura breve, pero que, simultáneamente, deje pistas a los lectores que quieren ir más al fondo del problema. El autor propone una estructura piramidal por capas de información, con una evolución en seis niveles: el primer nivel resume el asunto; el segundo presenta versiones alargadas de los elementos dominantes en el nivel anterior, sin embargo organizadas como elementos autónomos; un tercer nivel con el desarrollo y más documentación sobre el tema en investigación; un cuarto nivel con otras investigaciones sobre el asunto; un quinto nivel con propuestas para discusión y, por fin, un sexto con las reacciones de los lectores y su debate con el autor.
De acuerdo con Darnton (1999), un libro con estas características podría originar nuevas formas de lectura, con receptores leyendo solamente los niveles iniciales y otros profundizando más el tema, al continuar la lectura hasta niveles de información más profundos. Aun a sabiendas de que este modelo haya sido propuesto para documentos académicos, su adaptación al periodismo tiene sentido pues trata de encontrar respuestas para problemas comunes: cómo conseguir una arquitectura que permita ofrecer un alto grado de satisfacción para diferentes tipologías de lectores.
En el periodismo escrito, la técnica de la pirámide invertida posibilitó montar un sistema que, independientemente de la dinámica de lectura, permite al lector captar la parte esencial del mensaje. Al organizar la información con lo más importante a la cabeza y lo menos importante al final, el periodista intenta garantizar que en un primer contacto con el texto, el lector pueda entender lo que es esencial en la información. Pero con la introducción del hipertexto en la noticia, el usuario puede definir los recorridos de lectura en función de sus intereses personales, por lo que los supuestos que sirven de base a la técnica de la pirámide invertida necesitan una revisión a luz de una nueva realidad: ya no es el periodista quien determina lo que es más importante, porque la interactividad permite al usuario una lectura muy personal de la noticia.
En un estudio sobre los recorridos de lectura (Canavilhas, 2006), se les pidió a los participantes que leyeran un hipertexto con varias opciones de lectura. Mediante la grabación en vídeo de todos los movimientos del ratón fue posible percibir de qué forma actúan los lectores cuando confrontados con múltiples posibilidades de lectura ofrecidas por un hipertexto. En este estudio se concluyó que el 77 % de los lectores sigue un recorrido de lectura propio: en el tercer momento de interacción ya existían 22 recorridos de lectura entre los 55 posibles, una variedad que demuestra una preferencia por navegaciones libres. Sin embargo, se trata tan sólo de un experimento y, en este caso, con un grupo de estudiantes, un grupo con bastante experiencia en Internet.
Las conclusiones de este estudio resaltan la necesidad del periodismo on line en adoptar una técnica de redacción -o arquitectura de la noticia- propia, en la cual la pirámide ya no tiene una posición vertical, de lo más importante a lo menos importante para el periodista. La posibilidad de que dispone el usuario para optar por diferentes recorridos de lectura implica cambio y la investigación recomienda una arquitectura en forma de pirámide tumbada (figura 4), en la que la noticia se desarrolla de forma horizontal de menos información a más información sobre cada uno de los elementos de la noticia (qué, quién, dónde, cuándo, cómo, por qué). Así, cada lector seguirá su recorrido de lectura de acuerdo con las expectativas que tiene con relación a cada elemento de la información.
Esto significa un cambio de paradigma, reforzando el papel del lector en el proceso de comunicación. A partir de aquí, es el lector quien lidera la conducción de la lectura, es quien decide qué leer y cómo leer la información. Al periodista le compete redactarlo de forma que deje diferentes rutas de lectura para usuarios con diferentes necesidades de información. Aunque una noticia con una arquitectura abierta presente evidentes ventajas, también plantea algunos problemas. Por ejemplo, la coherencia del documento, algo importante en un texto lineal, pero que adquiere aún más importancia en una situación en que hay múltiples recorridos de lectura. El hecho de que la navegación sea libre, obliga el autor del contenido a dejar pistas de lectura (hypertrails) para que cada usuario encuentre una coherencia en el documento (Storrer, 2002) y, sobre todo, que no se pierda en la lectura. A ello contribuye igualmente todo el diseño del sitio Web.
Un sistema de navegación intuitivo, simple y fácil de usar es absolutamente necesario para que el usuario se sienta confortable en la lectura (Theng, Rigny, Thimbleby y Jones, 1996), esperándose que los usuarios, al sentirse cómodos, tengan una experiencia más gratificante. En realidad, un estudio de Berger (2001) ha comprobado una correlación positiva entre el confort en la lectura de hipertextos y la satisfacción de los usuarios. Este confort es consecuencia de dos factores: un interfaz de navegación intuitivo y la experiencia de los usuarios en lectura de texto con enlaces. El resultado es usuarios que presentan altos índices de satisfacción y de percepción de comprensión, y que además evalúan positivamente estas noticias en relación a su credibilidad (Berger, 2001)
Extraído de: Webnoticia. Propuesta de Modelo Periodístico para la www (Jao Canavilhas)