Por Florencia Bracalenti
(Es recomendable que sean mujeres las que sigan los pasos, de lo contrario podrían salir heridos).
Seguramente muchas veces tuvieron ganas de colarse a un boliche y no lo hicieron por miedo a ser descubiertas. La siguiente guía instructiva contiene los mejores consejos para que las chicas no tengamos más dudas a la hora de colarnos.
Para empezar debemos reconocer las razones por las cuales estaríamos interesadas en colarnos. Las más comunes suelen ser:
*Para no pagar. Es la más usual. Ya sea porque el “free” que te dieron ya venció, te queda la plata justa para el taxi de la vuelta, gastaste todo lo que tenías en alcohol o porque simplemente saliste con poca plata. Siempre hay una buena razón para querer entrar gratis.
*Porque piden documento. A la mayoría de las mujeres nos gusta ir a lugares para gente más grande. Con frecuencia conseguimos dni de alguna hermana, prima, amiga, etc. Otras veces no contamos con estos favores y nos vemos obligadas a recurrir a las viejas técnicas.
*Porque la cola nos parece eterna. Nunca está en nuestros planes de viernes o sábado por la noche hacer cola, ya sea de 10 personas o 2 cuadras.
Para continuar es preciso mencionar que siempre es más fácil colarse de a 1 o 2 personas. Cuanto menos mejor. Si se trata de un grupo grande es recomendable dividirse e intentar separadas.
Al momento de colarse
Apenas llegamos al boliche debemos buscar alguna puerta que se encuentre descuidada, ya que muchas veces puede suceder que los encargados del lugar olviden algo abierto y esto facilitaría ampliamente nuestra tarea.
Luego, lo que se debe hacer es ir hacia la cola (al principio de la misma) y buscar alguna cara conocida. No desesperen si no tienen esa suerte, traten de ir metiéndose de a poco en la fila como si nada. Si las de atrás les dicen algo todo lo que tienen que hacer es señalar a las de adelante y decir que están con ellas.
El siguiente paso depende en gran parte del azar. Si nos piden documento o no, tiene que ver con el patovica y sus ganas de pedir documentos. Las estadísticas comprueban que solo le piden a una de cada 10 mujeres y realmente hay que tener mucha mala suerte para que nos pidan si justo no tenemos documento (esto está directamente relacionado con la manera en que nos vestimos, pintamos y peinamos esa noche).
Una vez que pasamos la cola nos encontramos en la boletería. En el caso de que no esté en nuestros planes pagar, nos dirigiremos directamente hacia donde se encuentra el patovica que pide las entradas. Aquí es donde ponemos en práctica nuestra creatividad y talento al máximo. Tenemos que decirle algo totalmente creíble y en un tono de seguridad muy claro, debemos ponernos muy firmes en lo que decimos.
Por ejemplo, decirle que acabas de salir y avisarle que salías y volvías. Muchas veces no se acuerdan de las caras ya que ven muchos rostros por noche. O se puede también crear una situación mucho más trágica, diciendo por ejemplo que nuestra hermanita menor te está llamando desde adentro y gritando pero que no la escuchás bien, claro que en un caso como este nuestra actuación debería ser excelente, con lágrimas en los ojos y todo, y esto sería ya más arriesgado.
Podemos inventar miles de cosas para intentar pasar. Lo más importante es tenernos confianza. Si no nos vemos muy seguras para mentir, entonces podemos optar por el clásico que nunca falla, el soborno. Las entradas a los boliches de Rosario están costando alrededor de 10 o 15 pesos. Si juntamos 10 personas y cada una pone 5 pesos, hacemos un total de 50. Sería muy raro que alguien rechazara esta suma de dinero por hacer pasar a 10 personas. Este método es muy eficiente. Pero hay que hacerlo con mucha cautela para que no seamos vistas por nadie más.
No olviden que lo más importante es tenerse fe, de esta manera no podemos fracasar. Y si no las dejan entrar, prueben una y otra vez hasta lograr el cansancio del patovica, quien seguramente las dejará entrar para no tener que verles más las caras.
Este texto pertenece al trabajo práctico “Algo de lo que sabés hacer”