Sí a la lengua de señas

Por Carla Otero
El derecho a la comunicación y el acceso a la información es lo que reclaman constantemente los ciudadanos sordos, no solo de Rosario sino de todo el país. La regulación de la lengua de signos (que aún no existe) aliviaría la vida de tantas personas sordas que viven en una sociedad en dónde la discriminación y la exclusión están a flor de piel.


“La idea es la de presentar un proyecto de ley que declare a la lengua de señas como oficialmente aceptada, para incluirla en la educación de las personas con sordera”, comentan los especialistas.
Entendidos en el tema aseguran que el estado debería legalizar la lengua de señas como lengua, ya que esto le permitiría a las personas sordas contar con muchos intérpretes ante situaciones de necesidad y evitar así ser discriminado, no ser atendido o malinterpretado. Así podría ser el caso de un sordo que va a hacer un trámite, a un hospital, que tiene un problema en su línea telefónica, entre otros ejemplos. No obstante, desde la justicia hay un aporte.
Existe una única perito oficial de Lengua de Señas, Mabel Remón. A ella la llaman de urgencia cuando se trata de un asesinato, una violación, un robo o a veces una simple confusión, pero siempre el acusado o la víctima es sordo. Por tener padres y tíos sordos y ser la única oyente en su familia, sintió el incentivo de poder servir de ayuda a los sordos en situaciones complejas y cotidianas.
Más allá que existan aquellos que consideran que los sordos tiene problemas para comunicarse con el resto de los oyentes y por otro lado los que creen que esto no es así, que por supuesto surgen dificultades, pero con paciencia y voluntad la comunicación favorable entre sordos y oyentes es posible, lo cierto es que la única dificultad que presentan es la imposibilidad para oír. Lo que ocurre es que hay una falta de información y que no se conocen los lugares a donde pueden concurrir los sordos.
Todavía hay quienes se refieren a los sordos como sordomudos y esto es un grave error. Porque toda persona que use cualquier tipo de lengua no es muda y es sabido que la lengua natural del sordo es la Lengua de Señas. Hablan (signan) y se expresan con las manos, la cabeza, los brazos.
Existen en Rosario institutos donde los sordos pueden concurrir ya sea para estudiar, recrearse o estar en contacto con otras personas que padecen la misma deficiencia auditiva. Algunos de ellos son: el Instituto Rosario de Audición y Lenguaje (IRAL) es una escuela privada que funciona desde 1986. Allí se trabajan con niños sordos (de todas las edades) los mismos contenidos que en una escuela común. La organización está basada desde estimulación temprana y luego Nivel Inicial, Preescolar y escolaridad Primaria y Secundaria.
“La diferencia con la escuela común está en cómo se trabaja, las estrategias que el docente utiliza, las didácticas para desarrollar contenidos, porque son pensadas en la lengua de señas, es decir visuales. La adecuación más importante es usar la lengua natural del sordo que es la lengua de señas. Los docentes son profesores de sordos, se capacitan y se siguen capacitando en todo lo que hace a lo pedagógico y en la lengua de señas también, desde que la escuela empezó con el proyecto bilingüe todos los docentes que no conocían la lengua de señas comenzaron su capacitación”, explica la Directora de Iral.
Existe también, el Centro Educativo Terapéutico “Senderos” que trabaja con personas de hasta 25 años con discapacidades, ya sea sordos, hipoacúsicos, con trastornos motrices (leves y moderados) y con retardo mental. Llegan allí por recomendación de escuelas, o también por contactos que mantienen la directora y vicedirectora del lugar (ambas fonoaudiólogas) con el Cemar (Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario “M.H. Zuasnábar”). Se trabaja asimismo por obra social y actualmente la Municipalidad brinda Becas.
Maria Eugenia Ellena, fonoaudiólga de Senderos comenta que “Desde la fonoaudiología, se trata con los sordos todo lo que es lenguaje alterado, parte del habla, articulación, percepción auditiva, entre otras cosas, por supuesto dependiendo el paciente. Se trabaja de manera individual con cada uno y a veces se pueden realizar talleres en grupos. Pero lo correcto es de manera individual, de lo contrario perjudicaría el aprendizaje, ya que cada caso es particular”.
Otro de los lugares a donde las personas pueden concurrir es el Círculo Social y Deportivo de Sordos. Allí además de actividades deportivas, de recreación y encuentros para sordos se enseña la lengua natural de ellos que es la Lengua de Señas. Durante los primeros años se instruye el vocabulario, trátese de comidas, transporte, vestimenta, etc; luego cómo conformar oraciones, estructuras. Ya en 3º año, lo que hacen los profesores es tratar de que los alumnos entiendan noticias o temas actuales observándolo a él, más allá de conformar bien o no la oración y no es tan sistemático como los años anteriores. Se enseñan términos nuevos, que van surgiendo con la evolución de la sociedad como cualquier lenguaje, por ejemplo la palabra Internet, chat, etc. La prioridad es que puedan ser intérpretes.
Otros lugares en Rosario donde pueden concurrir los sordos o los familiares para obtener ayuda o información son la Escuela Especial Nº 2013 “María Ana Mac Cotter de Madrazzo” para niños sordos, el Instituto Privado de la sordera y la Asociación de sordos Ayuda Mutual (ASAM).
Recuadros
Lengua natural del sordo
“La Lengua de Señas, lengua natural del sordo, es un sistema de comunicación organizado por medio de cierta serie de gestos. No es universal, dado que es un lenguaje como cualquier otro y que surge y se desarrolla a partir del contacto con los otros, de compartir experiencias y formas de ver el mundo. Cada comunidad sorda, ha desarrollado su propia Lengua de Señas. Es por esto que no todas las personas sordas hablan Lengua de Señas. En el caso de Argentina la LSA, que es la sigla con la que se denomina a la Lengua de Señas Argentina, no es igual a otras lenguas de señas de países en donde también se habla castellano y no tiene escritura”, señalan los especialistas.
Direcciones y teléfonos
CIRCULO SOCIAL CULTURAL Y DEPORTIVO DE SORDOS
Actividades Recreativas y/o Deportivas
Rioja 2771
ESCUELA ESPECIAL Nº 2013 “MARIA ANA MAC COTTER DE MADRAZZO” PARA NIÑOS SORDOS
Escuela con proyecto educativo bilingüe
España 723
Tel/Fax: (0341) 472-1440
INSTITUTO PRIVADO DE LA SORDERA
Asistencia y/o Asesoramiento
Tucumán 1026 – 3º Piso E
INSTITUTO ROSARINO DE AUDICIÓN Y LENGUAJE “IRAL”
Escuela bilingüe para niños, adolescentes y jóvenes sordos e hipoacúsicos
Mitre 3824
Tel: (0341) 464-6216
ASOCIACIÓN DE SORDOS AYUDA MUTUAL (ASAM)
Asistencia y/o Asesoramiento
Santa Fe 1861
CENTRO EDUCATIVO TERAPÉUTICO “SENDEROS”
Integración escolar, Audiología, Rehabilitación, Trastornos del lenguaje.
Pasco 1092
Tel: (0341) 423-1819
TEXTO DE OPINION
Oír a los sordos
Seguramente cualquier individuo tuvo en algún momento un encuentro con una persona sorda, ya sea caminando por la calle, en la escuela, en un hospital o en el supermercado. De manera que es probable que en muchas de estas ocasiones surja una pregunta muy común y a la vez muy compleja: ¿una persona sorda puede comunicarse con el resto de la sociedad que tiene la posibilidad de oír?.
La sordera está definida como la dificultad o imposibilidad de usar el sentido del oído, por lo que una persona sorda será incapaz o tendrá problemas para oír. Esto quiere decir que no le impide hacer otra cosa más que escuchar. Puede ir a la escuela, trabajar, jugar, hacer las compras, tener amigos, hijos, amar, reír, llorar, soñar; en fin vivir como cualquier ser humano.
Los especialistas que conocen profundamente la problemática de la sordera garantizan que si toda la sociedad pudiera desde todos los lugares, principalmente desde las áreas médicas, salirse de esa mirada e ir a una más antropológica y poder plantear que una persona sorda necesita otra lengua y que sus familiares, por ejemplo, tienen que aprenderla en forma conjunta con ellos, en realidad habría una persona sorda que llegaría a niveles universitarios y que pudiera hacer muchas más cosas que las que hace, en vez de esperar muchos años a que se oralice, se inserte en el medio social y que no llegue nunca a poder terminar el primario real, como ocurre en tantos casos.
Si se tienen en cuenta los últimos años, hubo avances tecnológicos que al sordo le sirvieron de herramienta muy útil a la hora de comunicarse de una manera más óptima. Estamos hablando del los mensajes de texto desde los celulares y si nos vamos unos años más atrás, el desarrollo de Internet. Si estas tecnologías se hubiesen pensado como instrumento para los sordos no hubiesen salido tan bien ¿no creen?. Si bien existen sordos analfabetos que no pueden utilizarlos, pero en todo caso es lo mismo que ocurre también con una persona que oye y es analfabeta.
Entonces, si el sordo solamente no puede oír, ¿por qué la mayor parte de las personas lo llama “sordomudo”?. Es decir, toda persona que use cualquier lengua no es muda. Más allá de que no todos los sordos tienen voz, algunos manejan una lengua visual que es la lengua de señas y aquellos que no la usan se comunican desde la oralidad. Y en última instancia si no manejan ni la oralidad ni la lengua de señas seguramente se las ingeniaran para comunicarse de alguna otra manera. Ahora bien, cuál es su competencia lingüística ese es otro tema. Por lo tanto una persona que no oye es “sorda” y ahí se acaba la discusión.
Las personas sordas en general viven en una familia de oyentes, tienen amigos que pueden oír, porque en la sociedad hay más porcentaje de oyentes que de sordos, por lo que están en contacto permanente con ellos. Esto no quita que muchas veces haya situaciones en las que el sordo se “queda afuera”, lo que le suele pasar en reuniones, en un ámbito dónde hay muchas personas hablando al mismo tiempo, ni hablemos de un bar, dónde hay bullicio, poca luz, etc. Porque lo que necesita el sordo para entender a un oyente es poder mirarlo, leerle los labios, que se le hable de manera lenta sin exagerar la boca.
Cuando no ocurre todo esto es cuando se propicia a que a veces parezca que la persona sorda se aísle, se pierda lo que se está diciendo y después termine sintetizando en una breve oración lo que se dijo en una hora y media, por ejemplo. Esto es similar a cuando una persona oyente va otro país donde no maneja la lengua de ese lugar, si se encuentra con alguien que habla español, va a tratar de estar con esa persona porque se sentirá seguramente mucho más cómoda que usando una lengua que la tiene “entre pinzas” y eso considerando que es oyente y que una segunda lengua la puede tomar desde otro lugar que la lengua oral para los sordos. Porque esta es una lengua que el sordo tiene que aprender, por eso no se debe hablar ni de mudes ni de que los sordos tienen problemas de relaciones en el medio social, ellos hacen cosas normales. La única dificultad es lingüística, si la comparamos en relación a la lengua oral de un oyente.
Concluyendo, las personas sordas no tienen siempre problemas en las relaciones con los demás y pueden comunicarse con los oyentes. Por supuesto que es probable que surjan dificultades, pero eso no quita que no haya comunicación. Los oyentes son los que la mayoría de las veces no pueden o no quieren comunicarse con una persona sorda. Lo que tiene que hacer un oyente es tener paciencia y prestar mucha atención. Manifestarle al sordo que no se le entendió cuando sea necesario, porque las personas sordas son los expertos en tener que comunicarse y que el otro pueda comprender lo que se está diciendo. Hay que aguantar quizás la frustración de que al tercer intento no se le entienda aún y no resignarse. Y por que no también, a todo aquel que le interese poder incluir la lengua de señas asistir a una institución para aprenderla.
Es la sociedad la que debe adaptarse al sordo. ¿Cuantos oyentes están hablando y hablando y en realidad no dicen “nada”?. ¿Cuántos oyentes se la pasan “conversando” y nunca comprendieron de verdad lo que el otro dice?. Estamos en una etapa en la que en el mundo no se escucha y esto siendo que la mayoría somos oyentes. Que una persona este oralizada no implica que pueda comunicarse de manera óptima con la sociedad, como que una persona sea sorda no determina que no pueda comunicarse y convivir con el resto. Entonces, hay que aprender a oír al sordo porque el sordo a su manera y aunque no parezca, oye.