Por Ernesto Sanchez
Sabemos que sos generoso, comprensivo y sobre todo muy paciente, pero siempre surgen situaciones que pueden descolocarte incluso a vos. Una de las más inesperadas son las enfermedades familiares, y mucho peor cuando caen sobre los parientes más indefensos: las abuelas.
En esos casos, ¿qué puede hacer tu familia? Obviamente dejar que la desvalida octogenaria elija pasar su cuarentena con su nieto favorito. Pensando en esto, hemos escrito algunos consejos útiles para que logres superar este infortunio con tu salud mental intacta.
La previa
Andá pensando en buscar una colchoneta para dormir porque vas a tener que cederle tu cama. Y, por más que a vos te parezca un detalle menor, limpiá tu pieza. Tus padres te obligarán a hacerlo de todos modos. Aconsejamos que sea un reordenamiento con barrida de piso, no limpies a conciencia porque corres el riesgo de no terminar a tiempo y que la nona se encuentre con un deshuesadero más que con un cuarto.
No intentes ordenar alfabéticamente las revistas que alfombran el piso. Solo apilalas en una esquina oscura, de forma que no se tumben fácilmente.
Tampoco cometas el catastrófico error de encerar el piso, una persona de esa edad y con esa deplorable capacidad de control corpóreo seguramente se resbalará y terminará de estropearse.
Hay otra cosa que por lo general no es tenida en cuenta: ¿Dónde pondrá su ropa por 3 meses? Que sea un lugar no visible porque no es nada glamoroso que entres con un amigo/a a tu cuarto y encuentren una bombacha del diámetro de un mantel navideño sobre la silla de la computadora.
Materiales requeridos: computadora en la habitación, reloj despertador, pulguicida (preferentemente pipeta), Prurisedán crema (consultar en farmacias), mucho dinero (adquirido de forma legal, si es posible), Espadol, una madre o enfermera.
Dato importante: si tu abuela se enferma en verano, en algún momento tendrás que prender el ventilador. Asegurate de limpiarlo antes para no crear ese incomodo efecto de nieve gris oscuro sobre la vieja. También recomendamos que vayas proveyéndote de métodos de relajación: yoga, valium, feng shui, sedante equino, meditación, budismo, origami o simplemente una buena bolsa de boxeo; ya te serán útiles en su momento. Pero si no sos muy devoto a estos métodos, o tu religión no los permite, simplemente empezá a mentalizarte, aunque duela, que es tu abuela querida y ella haría lo mismo por vos.
Recibir al huésped
Este es el momento crucial donde tus dotes actorales deben salir a la luz. No solo hay que fingir felicidad frente a la nona, sino también ante el pariente-flete que la trae (no hay que quedar mal con la familia).
Es muy importante asegurarse que la anciana trae todo lo que necesita, para evitar esas idas a su casa a buscarle el camisón favorito, las pantuflas que olvidó o ese salir corriendo a la farmacia a las 3 de la mañana porque le agarró un “no se que”.
Tampoco hay que olvidar la dieta, ya que si ella sufre de problemas de presión y le das algo salado, seguramente ambos pasarán un rato muy desagradable.
El bautismo de fuego
Abarca desde que se va el familiar que la trajo, hasta que llega la hora de dormir (es conveniente que la traigan de noche). En esta etapa es primordial delimitar el terreno desde el principio con una gran sonrisa y sin mirarla a los ojos para evitar conmoverse o ceder privilegios. Conviene indicar cual será su cama, donde estarán sus cosas e incluso agregar algunas frases ingeniosas para marcarle sus límites.
Advertencia: es mejor que esas frases las planees previamente y que pienses las posibles respuestas. Una de las mejores podría ser “espero que no te moleste la música”, sonriéndole con ojos de cachorro mojado. Si lográs conmoverla, esto te asegurará de ella un “no, por mi no te preocupes”, sin imaginarse que estamos acostumbrados a escuchar Metálica hasta las 2 de la mañana
Si la huésped llegó temprano, acordate de respetar la dieta en la primera cena para que no sea la última. Aprovechá la primer noche para dormir mucho (seguramente te va a hacer falta). E intentá no pensar que estás en una colchoneta sobre el piso duro y frío (si sufrís un ataque melancólico por tu cama, es totalmente normal). Y si no lográs dormir pensando en lo que será convivir con tu abuela tanto tiempo, considerá que gracias a dios ella no usa un orinal que haya que cambiar cada 3 horas.
Convivir
Si el primer día fue como un puñetazo, esta etapa es más bien como una picadura; no duele pero es constante. Acá es donde entra en juego la convivencia y todo lo que eso implica.
Una anciana, encerrada en una casa, tal vez sin poder moverse de la cama y que come comida sin sal; obviamente recurrirá al televisor o a la radio como medio de distensión. Y si tenemos en cuenta la edad, seguramente sus programas o emisoras radiales no coincidirán mucho con las tuyas así que tendrás que armarte de paciencia para soportar durante 3 meses a los participantes de “Cuestión de peso” resistiendo los postres, a Baby Etchecopar insultando a sus oyentes o al conductor de “Plan A” preguntándose por que los perros ven en blanco y negro.
Es acá donde entran en juego tus métodos relajantes. El secreto es llevar la mente a otro lugar y no prestarle atención a nada de tu alrededor, excepto a tu abuela claro, que requiere de ciertas atenciones básicas. La mejor opción es la computadora en tu cuarto, ya que te permite distraerte sin abandonar el lugar y a la vez se puede contestar a los comentarios de la nona sobre las complicadas tramas de las novelas de la tarde; no importa que se te mezclen los nombres, que ya no sepas quien está atrás de quién o que te desespere que todos entren sin tocar la puerta.
Utilizá el reloj despertador para no olvidarte de preparar la comida con tiempo ya que los horarios de los mayores están biológicamente adelantados 3 horas. Esto implica que comen a las 8, se acuestan a las 10 y se levantan a las 6 para mirar al Padre Ignacio, que está a las 8.
Si sos una persona de sueño ligero es mejor que te acuestes temprano: estar hasta las 3 de la mañana jugando al Poker en Internet y despertarse al otro día habiendo dormido 4 horas y escuchando una misa te podría conducir a un ateísmo rabioso en el cual dirías varias cosas muy feas y agresivas a la pobre abu.
Si sos una persona de hábitos nocturnos es mejor que te olvides de las salidas por un tiempo: llegar a las 4 de la mañana ebrio implica preocupar a la nona y ganarte flor de quilombo con tus viejos y llegar sobrio implica despertarla y tenerla jodiendo desde entonces sin poder pegar un ojo en toda la noche.
Las mascotas también verán limitada su impunidad de transeúntes por la casa, ya que no podemos permitirle al gato subirse cada 10 minutos encima de la anciana o que se afile las uñas en su ropa como dejamos que lo haga en la nuestra; habrá que sacarlo afuera, autorizado a jugar en la tierra y vagar por las casas de los vecinos. Es probable que contraiga pulgas o garrapatas con este método, y es aquí donde cobra utilidad el pulguicida. Si a falta de pipeta tienen el talco anti-pulgas no dejen que el animal entre a la casa, menos a la pieza y mucho menos sobre la abuela (nada nos asegura que ella no sea alérgica). Y si alguna pulga los pica, aplicando Prurisedán crema se curarán rápidamente.
Una posible situación es que la anciana esté recién salida de una operación, con lo cual la pobre sufrirá más incomodidad y dolores con cualquier movimiento e incluso con la humedad. En estos casos lo más recomendable es usar el Espadol, crema desinfectante liquida de uso medicinal que lamentablemente debe aplicarse en partes del cuerpo de la anciana en las que es mejor que no pienses. (¡Dejá de imaginártelo!, ¡es por tu propio bien!). Por eso la lista incluía los materiales indispensables: una madre o una enfermera que hagan por vos el “trabajo sucio”. Gracias a esto podrás dormir por las noches y sostener relaciones normales con las personas cuando crezcas.
Si tus habilidades culinarias son limitadas y no sabes que cocinar sin sal durante 3 meses, vas a tener que recurrir a la rotisería de la esquina y pedir menús que se ajusten a la dieta de la nona, pero teniendo en cuenta el precio de la canasta básica familiar hay que administrarse bien para llegar a comer todos los días. Acá es donde el dinero, patrono de las oligarquías, entra en juego. Si lo obtuviste por medios legales y sin sacrificar objetos personales, seguramente vas a dormir mejor de noche.
La última cosa a tener en cuenta es el lavado de la ropa. Una persona que está todo el día encerrada en una casa siente con más facilidad la suciedad de sus prendas y esto puede provocar mal humor, incomodidad o incluso hiperactividad (es decir, distracción de moderada a severa, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas).
También el uso de ropa sucia puede derivar en alergias, irritación de la piel o algún tipo de enfermedad contagiosa.
La despedida
Cuando el período de cuidado termine, el familiar-flete coordinará un día para ir a buscar a la nona. Con tu tono de voz más despreocupado, preguntale que días pueden ser y proponé el más cercano, sin que se note tu desesperación.
Uno de los errores más comunes cuando la abuela se está yendo, es alardear frente a quien se la lleve de todo el sacrificio que realizaste. Esta es la forma perfecta de tirar todo el trabajo por la borda, porque el familiar-flete lo tomará como una agresión personal y reaccionará tomando diferentes posturas:
Postura anti-materialista: “Bueno, si querés después te pagamos por todo lo que sufriste”
Esta suele estar acompañada de una cara de enojo. El familiar argumenta que tu único interés es el dinero y que si fuese por vos dejarías a tu abuela tirada en una zanja. Es la más agresiva y si se presta atención, se utiliza la expresión “te pagamos”, apelando a la forma “nosotros”. Esto hace referencia indirecta a la familia entera, que en esta situación aparece en tu mente como una entidad gigantesca que te está juzgando y que te considera un egoísta sin corazón.
Postura de auto-redención: “Si tanto te molestaba, me hubieses dicho y la llevaba conmigo”
Esta frase apela a tu conciencia y va acompañada de una cara de circunstancia. Intenta que recapacites de tu mala actitud y te sientas culpable por pensar así.
También viene cargada de una buena dosis de hipocresía ya que está planteando que él se la hubiese llevado a su casa. Pero de ser así podemos pensar ¿y por qué no la llevó desde el principio?, ¿por qué no te preguntó si estabas de acuerdo en cuidarla?, ¿por qué si estaba tan dispuesto a cuidarla no la dejo la mitad del tiempo y se la llevó con él la otra mitad?
Cualquiera de estas preguntas solo te llevarán a una discusión en donde la abuela terminará sintiéndose una carga (lo último que queremos) y vos siendo odiado por ese pariente, que empezará a decir pestes en tu contra frente al resto de la familia.
Golpe bajo: “No sabía que te costara tanto un pequeño favor”
Es la más indirecta, simplemente destinada a dejarte sin respuesta y es empleada junto a una cara de total sorpresa (a veces demasiado exagerada). El “tanto” puede ir remarcado con una subida del tono y es una de las frases que se dicen delante de la nona y de tus padres, para que todos consideren la situación como una muy mala actitud tuya.
Hibrido: “Bueno, la próxima ya sabemos que a vos no hay que molestarte”
Apela a tu conciencia mientras intenta dejarte sir palabras. Puede acompañarse también con una cara de enojo; es agresiva y sostiene esa idea anterior de que hubieses dejado a la indefensa anciana tirada por ahí. También utiliza el “sabemos”, es decir, “nosotros” (haciendo alusión nuevamente a la familia entera)
No es recomendable quejarse por la interrupción de tu vida social, ni hacer chistes de doble sentido. Simplemente sonreír, y cuando el pariente o tu abuela digan “gracias por todo, espero que no la hayas pasado muy mal” vos tirales el típico y confiable “No, no, para nada”.
Y cuando te querés dar cuenta, ya se fue. ¿Viste que no fue taaan terrible? Si seguís estos consejos al pié de la letra vas a poder sobrevivir más tranquilo este contratiempo y casi te podría asegurar un 70% de efectividad en la aplicación. Pero claro, esto depende mucho del humor de la abuela, su estado de salud, nuestra sutileza e ingenio, nuestra paciencia y sobre todo un gran autocontrol para no mandarlos a todos “a freír churros”.
Pero si respetás las indicaciones seguramente saldrá bien, quedarás como un ídolo ante la nona y el resto de familia y hasta posiblemente te valga algunos beneficios adicionales, como un regalito de agradecimiento, un favor especial e incluso la porción de torta mas grande en Navidad (esa por la que sutilmente todos se sacan los ojos con una cucharita de café).
En fin, que la disfrutes y guardame un pedacito.
Este texto pertenece al trabajo práctico “Algo de lo que sabés hacer”