¿Cómo cambiarte para ir a una fiesta en tan solo 10 minutos?

Por Ayelén Muzzio
Como siempre nos pasa y nos seguirá pasando a todas nosotras, las mismas protestas de siempre y los mismos interrogatorios que venimos escuchando hace años, ¿Por que tardamos tanto en cambiarnos?
Puede ser que de alguna manera busquemos ahorrar ciertos minutos, pero al fin y al cabo son “ciertos minutos” en los que nos ahorramos de escuchar protestas o quejas intolerables. Por eso te propongo que leas esta guía para poder estar divina en tan solo unos minutos, si leíste bien “unos minutos”, parece mentira pero nos es nada complicado.


Instrumentos infaltables
Para empezar a ahorrar minutos tenemos que tener en cuenta que necesitamos de estar bien organizadas, para poder sentirnos cómodas con lo que estamos haciendo.
Lo ideal sería tener a mano, ya sea en un porta-cosméticos o en el mueble del baño, un buen arqueador de pestañas para empezar con el maquillaje (esto nos salva de usar el Rimmel, ya que gastamos en él alrededor de 5 minutos logrando unas pestañas largas). Otro instrumento que no nos puede faltar a la hora de maquillarnos es una base compacta (o en polvo) y sombras en distintas gamas, un par de pinceles y un brillo labial (o puede ser un labial en un color opaco, pero te recomiendo el brillo porque ciertas veces cuando una está apurada nuestro pulso no es el mejor y con el brillo nuestros errores pasan mas desapercibidos).
Nunca olvides de tener un reloj con alarma al alcance o de anotarte un recordatorio en el celular, programándolos para que suenen 10 minutos antes de la hora de salida.
La hora de la indumentaria
Es el momento más complicado de nuestra preparación, todas lo sabemos muy bien, porque hay que tener en cuenta muchos detalles: la combinación de los colores (de acuerdo con los zapatos, los accesorios, la temporada en que es la fiesta, el lugar, etc.), el estilo de ropa a utilizar ( formal, intermedio o informal, dependiendo de la fiesta) , la comodidad (crucial, porque cuando uno se siente incomodo, la fiesta le resulta incómoda) y un detalle que a ciertas personas les interesa es saber que es lo que las demás personas vestirán.
Ahora buscaremos un espejo donde nos veamos de pies a cabeza, sino tenemos uno así simplemente nos podemos acercar un banquito y nos miramos por partes.
Nos dirigimos a nuestro placard con una idea (puede ser mas de una sola) de qué es lo que nos queremos poner y nos vestiremos de acuerdo a lo planeado.
Primero buscamos la parte inferior, por lo general lo más útil es un jean de un color oscuro, ya que combina con muchas cosas y disimula los rollitos de los que nos vivimos quejando. Por otro lado un jean es el mejor aliado porque se puede transformar en una prenda informal (combinado con unas zapatillas) a una formal (con un par de botas de caña alta o unos stilettos).
Mirás el reloj y ves que te quedan pocos minutos para tener que irte, ¡GRAVE ERROR! Nunca mires el reloj a menos que la alarma esté sonando, porque te alteras al sabes que te quedan tan solo un par de segundos y todo lo que no te había ocurrido antes te empieza a suceder desde que miraste el reloj.
Revolvés en las remeras y no pienses en otra cosa que buscar una que tenga un buen escote, que sea de un color sutil (no busques una naranja fosforescente porque por mas que te haya gustado el modelo aquella ves que te la compraste, sabes que al rato te quejaras porque pareces una valiza o porque estas demasiado blanca, recuerda, ¡estamos en invierno, todas estamos iguales!). Un dato para tener en cuenta para ahorrar algunos minutos, ponete la primer remera que te probaste, hay una ley que dice que después de medirte TODAS las remeras, te terminarás poniendo la primera que te probaste.
Por último los pies, y es muy simple. Tené a mano esos zapatos que tanto amas (siempre es mejor enamorarse de unos buenos zapatos negros o blancos que pueden combinar con cualquier color) porque lo que tenés que sentir es estar cómoda con vos misma y que mejor que usar las cosas que preferís.
Accesorios, accesorios y más accesorios
Son lo más útil, podemos vestirnos todas negro como para ir a un velorio, pero con un collar bastante grande y de un color llamativo, con un par de aros haciendo juego, lo ultimo que pensarán es que vamos al funeral de alguien.
Los accesorios juegan un rol crucial, no importa lo que nos pongamos de ropa, ellos nos darán un toque más interesante.
Es bueno tener un par de collares largos de los colores básicos (negro, blanco, marrón y plateado) y uno del color que abunda en tus remeras. También podemos contar con una buena cantidad de pares de aros de diferentes colores. Jamás hay que poner todos los collares juntos y enredados, porque cunado estemos apuradas necesitaremos que todo salga a la perfección y si por tirar de un collar, lo rompemos. Nos quedaremos sin ningún collar y además tardaremos otros 10 minutos buscando las mostacillas que se esparcieron por toda la habitación.
Maquillaje natural y rápido
El último detalle antes que suene la alarma y tengamos que salir, es el maquillaje.
Para lograr un make up rápido, lo ideal es poner una fina capa de base compacta, con el pincel pintamos los parpados con una sombra que contraste con la remera y con el arqueador logramos que nuestras pestañas se alarguen sin utilizar Rimmel. Tomamos el brillo y lo esparcimos sobre los labios. Para que el labial dure más tiempo tomamos un papel de cocina y presionamos sobre la boca, para quietar el exceso de pintura.
Nunca salgas sin haberte puesto un poquito de perfume (detrás de las orejas y en las muñecas, son los lugares mas elegidos ya que son los que siempre quedan al aire libre), no elijas un aroma muy fuerte porque luego de meses sigues sintiendo el perfume impregnado en tu nariz.
Si lo deseas puedes llevar un bolso y lo ideal sería que combine con tu remera, o de lo contrario, que combine con tus zapatos.
Ahora solo queda esperar que suene la alarma del reloj y disfrutar.
Recuerda que siempre tienes que ponerte cosas que te sientan cómodas, no intentes aparentar algo que no sos, solo sal a divertirte.
Este texto pertenece al trabajo práctico “Algo de lo que sabés hacer”