Por Flavia Montanaro
Ana Lila Gianelloni tiene alrededor de 50 años y 30 de militancia en derechos humanos. Su interés hacia este tema comenzó cuando “era una muchachita muy joven con una formación mas o menos” y después lo llevó como un modo de vida. Hoy en día, además de trabajar en el tema, es docente y mamá, y cree que es “fundamental” incorporar en los niños una conciencia sobre el respeto a todos los derechos de los seres humanos.
¿Desde hace cuantos años que te ves involucrada en el tema sobre derechos humanos?
Desde el año 1978…
¿Actualmente te encontras trabajando sobre el tema?
Si
¿Has dejado en algún momento desde que empezaste?
No, nunca. Una vez que uno empieza a ver desde la perspectiva de los derechos humanos, es algo que a uno lo acompaña para toda la vida.
¿Cómo has vivido tu militancia durante la última dictadura militar?
En lo personal, digamos que no fui una victima directa, sino una ciudadana tan victima como cualquier otro. Yo no tenía una militancia en ese momento específica, no tuve más que las cuestiones que hacían al cercenamiento de los derechos de todos los ciudadanos en general. Pero por supuesto que hay gente que ha sufrido una persecución, un avasallamiento de sus derechos que les ha costado la vida, muchísima gente que estuvo en la cárcel.
¿Por el lado de amigos, lo sufriste?
Si, por supuesto…
La Argentina sufrió mas de un golpe de Estado, mas de una política violatoria de derechos humanos, en mas de un gobierno ¿Crees que aprendió algo o tomo conciencia respecto al tema?
Si, pienso que si, que hay una cuestión que todavía no está saldada, creo que eso se salda cuando hay justicia, cuando las generaciones venideras empiecen a tomar la posta de una vida basada en el respeto, en los derechos humanos, una sociedad construida así en la que hay muchísimo por hacer. Si nos referimos a los crímenes de lesa humanidad, pienso que si, creo que hay una conciencia de a lo que puede llegar el hombre, el aparato represivo, a las barbaridades que se pueden implementar desde una política de Estado basada en el exterminio, me parece que ahí si, que podemos decir que NUNCA MAS. Después, en cuanto a toda la amplia gama que son los derechos humanos, bueno nos falta ahí.
¿Has sufrido trabas en la práctica durante la democracia?
Y si, las trabas que sufren todos los ciudadanos. Sustentar ideas a nadie le es fácil, hay muchas cosas que no se dicen, no dichas en la sociedad y que cuando uno las plantea o quiere avanzar sobre ellas, sobretodo en la reconstrucción de la memoria no es fácil. Pero bueno, no es fácil para nadie, no para mi en especial.
Como madre y docente ¿Pensas que es necesario incluirles a los chicos desde pequeños la información sobre los derechos humanos?
Es fundamental, creo que es es una práctica de respeto, de tomar a los chicos como sujeto de derecho, claro que si, por supuesto y todo seria mucho mejor.
¿Cuál crees que es el ámbito más adecuado para abordarlo?
La escuela es un lugar privilegiado. Por supuesto que la familia, pero bueno la escuela tiene la obligación, forma ciudadanos y ciudadanos formados en el respeto a los derechos humanos; formados en el consenso; en una política de la no violencia; de resolver los conflictos en una forma cada vez mas civilizada, mas madura y donde se tenga idea de que eso es posible siempre y cuando vivamos en una sociedad justa. Y cuando digo justa es una redistribución de la riqueza, donde a nadie le falte los derechos básicos que son de los derechos humanos. Uno hace a las cuestiones nada más que ligadas a la dictadura y en el aspecto represivo pero es un recorte eso, una cosa muy importante, un efecto de cuando un Estado llega a su punto máximo de represión.
Un Estado homicida hace las prácticas de la desaparición de personas, de las cárceles, la tortura. Pero, también, hay muchas formas de la democracia de maltrato, como la pobreza, la marginalidad, la exclusión, bueno, empezar a tomar conciencia desde la escuela de eso ¿no?, de que hay que pelear para que la sociedad sea justa. Porque en una sociedad justa, los derechos, como el derecho a la vivienda; a un trabajo digno; a un salario digno; a la estabilidad laboral; a la salud; a la educación; a la recreación; a la cultura; bueno hay mucho por hacer…un monton!
¿Cuáles son los sentimientos que mas te afloran en esta militancia que tenés desde hace varios años?
Uno empieza, especialmente, por el amor al prójimo, yo creo que si no hay una base de un lazo social de una comprensión, de un ponerse en lugar ante el dolor de los demás…uno llega por ahí. Después viene la racionalización, viene el aprendizaje, yo era una muchachita muy joven con una formación más o menos y después uno aprende cosas. Pero lo primero es un sentimiento de que esto no puede ser, algo esta pasando, algo que no debe ser así. O sea una idea de que esta bien y que esta mal, una idea de que las personas no tienen que sufrir, no tienen que estar maltratadas. Bueno, lo mismo cuando uno lo asemeja en sentimiento hacia los más pobres, no hablo del sentido clásico de la palabra, pero una cuestión como religiosa; en el sentido de ligar; religión viene de religar; de volver a juntar.
Bueno, ya para ir terminando, algo para decir y reflexionar para los que puedan leer tu entrevista también lo puedan hacer…
Yo creo que es eso ponerse en el lugar del otro; del otro que sufre; del otro que la pasa mal. Y bueno primero, también, defender los derechos de uno ¿no? que son un montonaso los que hay que defender. Entonces, primero, defender los derechos de uno, porque si cada uno tiene conciencia sobre sus derechos lo va a tener del otro, va generando un estado de derecho. Y no hay nada, ninguna razón por la cual violar los derechos humanos, son claros, hacen a la dignidad del hombre y no hay razón para violarlos. O sea las razones que se imprimen son mentirosas. Ahora tomemos el tema de la seguridad, por ejemplo, famosa seguridad. Es un derecho vivir seguro, pero se puede, digamos vivir en un Estado seguro, en un Estado, por supuesto, que te combata la delincuencia, que bueno que a cada uno le sean respetadas sus cosas.
Todo el mundo quiere caminar tranquilo por la calle, pero se puede hacer dentro del marco de los derechos humanos. No es necesario desde el Estado generar una violencia represiva, sino que los seres humanos tienen que tratar de arreglar las cosas de las forma más civilizada posible, la mejor forma. Y creo que todos los conflictos se dirimen en el marco de los derechos humanos y en el respeto y ahí las cosas van a marchar.
Este texto pertenece al trabajo práctico “Entrevista”