Una mesa no tan común

Por Mailén Rodriguez
Uno de los amigos de Roberto Fontanarrosa, el “Pitu” Fernández, cuenta el surgimiento y la trascendencia de la famosa Mesa de los Galanes. Además recuerda al Negro por su capacidad, talento y extremada sencillez.


Rubén Fernández, más conocido como el Pitu, dijo que el nombre de la famosa mesa de los galanes surge aproximadamente en el año 1990, pero que la mesa estaba conformada desde la década del 70.
El Pitu contó que “el pelado Reynoso, cuando pasaba por el bar, hacia algún tipo de chiste en alusión a los galanes, con cierta ironía ya que justamente eran todo lo contrario”. Y luego fue el Negro Fontanarrosa quien bautizó a la mesa con ese nombre.
“Es una mesa de amigos, no es más que cualquier otra que se repite en distintos bares de la ciudad de Rosario. La diferencia con otras era que había un personaje que se llamaba Fontanarrosa que trascendió las fronteras y que escribió mucho sobre las cosas que sucedían en la mesa”, expresó Fernandez
El integrante de la mesa de los galanes dijo que los temas fundamentales que comúnmente se charlaban eran el fútbol y las mujeres, aunque no se hablaba de algún tema en particular, sino que, por el contrario, eran temas muy livianos. Además señaló que no porque el Negro Fontanarrosa formaba parte de la mesa, ésta tenía que estar dotada de temas importantes: “Era el momento que dejabas el laburo, los problemas de lado, te ibas al bar a tomar un café y hablar tonterías.”
Fernandez indicó que la mesa hoy en día se sigue juntando todos los días de la semana y que siempre mantuvo ese ritmo diario. Remarcó que de todos los integrantes, el que nunca faltaba hasta que su salud se lo permitió fue el Negro, que a su vez lo describe como una persona sumamente talentosa y extremadamente humilde. “Es esta combinación, la razón por la cual todas sus obras son tan talentosas y perduran en el tiempo”, explicó.
Sobre la elección del bar “El Cairo”, dijo que “era un bar que junto con otros del centro, tenían una movida política, universitaria y cultural bastante importante y que de alguna manera, trazaba rasgos identificatorios de la ciudad”. Ratificó que fue también porque el Negro estaba ahí y que era el elemento fuerte y vinculante que nunca se dio cuenta que tenia.
Al hacer referencia a quienes han sido parte de la mesa, el Pitu dijo que siempre estaba en una constante renovación y que muchas veces, había gente que se instalaba y que no se sabia el porqué o el amigo de quien era, pero que hay un núcleo básico que se repite.
Además sostuvo que en 30 o 40 años, en una mesa de bar de 10/15 personas, van pasando y cambiando un montón de cosas.Por último, al referirse a su gran amigo y compañero de la mesa de los galanes, el Pitu sostuvo: “A mi lo que me llamaba poderosamente la atención del Negro, era su capacidad, su talento y su extremada sencillez ante determinados temas.”