Por Aldo Ruffinengo
No estoy hablando del slogan de ninguna FM hitera. Tampoco es la promoción de una disquería céntrica. Se trata de lo que sucede desde ayer en dos radios AM de Rosario: “Sólo música”. LT3 y LT8 se han quedado mudas, sin conceptos aparentes. Emitiendo acordes que nada tienen que ver con el clima que se respira en sus edificios. La música, sinónimo muchas veces de alegría para el alma, está siendo usada para llenar el silencio. Ese que hacen obligadamente los trabajadores de prensa por no poder decir desde sus propios micrófonos lo que verdaderamente les acontece. Muchos de estos trabajadores, narradores habituales de todos los conflictos que azotan al resto de la sociedad, quisieran ahora gritar al aire acerca de sus propios despidos. Pero los han callado, les han cerrado las puertas que nos pertenecen a todos por derecho…
Desde hace varios años, muchas FM que sólo emitían música juegan a ser AM. Empezaron a hablar. Fue un pasaje natural, evolutivo, cultural. Desde ayer, dos AM de Rosario están dando coyunturalmente el paso inverso gracias a la desidia de los “magnates” que las regentean. Es la muestra de un pasaje involutivo. El Multimedios que explota estas licencias, otorgadas por nosotros a través del Estado, aplicó su falta de originalidad característica a la hora de hacer ajustes. Esos achiques perversos que se exhiben como “tan necesarios para el sistema capitalista”, sólo saben cortar por la parte más delgada. Y duele mucho que en vísperas de las pascuas, una treintena de familias hayan recibido la peor noticia que puede contarse durante una celebración familiar. Pero claro, lo supimos siempre. Visto desde la óptica de escritorios distantes, las cifras no tienen rostro. El número no les habla, no replantea nada, no muestra su llanto, no significa más que lo matemático. El abismo que media entre esos balances y la tierra que pisan los mortales no les hacer comprender que ese telegrama, tan simple a la hora de ser redactado, resulta arteramente complejo para todo aquel que debe leerlo.
Los compañeros de LT8 y LT3 están reunidos por estas horas, juntos en la lucha que los agrupa en un momento de espanto. No hay que ser pesimistas, pues es sabido que toda situación puede mejorarse. Pero tampoco ingenuos, porque también es cierto que desde hace mucho tiempo las barajas no son ecuánimes entre quienes participan del juego de la comunicación. Mientras tanto, con una Ley ya vencida y otra nueva pero sin aplicación, los Medios siguen usando su táctica más conveniente, sin controles y dueños de la situación.
Los trabajadores de prensa de Rosario están en plena construcción de su historia, siempre plagada de contiendas. Pujando por poder decir lo que sienten sin quedar presos de los malos negociados de turno. La lucha es por el trabajo y por ser libres en el rol de intermediarios, como custodios de la verdad común. De este modo la dignidad, esa misma que los fríos números parecen no tener en cuenta, se constituye hoy en el bien más preciado, en el anhelado por todos.
Por estas horas, nuestros periodistas, esos acostumbrados a mostrarse a través de sus micrófonos, decidieron callar para poner en evidencia a quienes nunca hablan pero sí deciden sobre realidades ajenas. Está en la sociedad entera saber comprender cuál es el verdadero mensaje que se encuentra oculto tras los misteriosos acordes de dos AM camufladas momentáneamente bajo la apariencia estética de una frecuencia modulada con frituras…
__