Escribir como oficio

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UNIDAD 1
ACTIVIDAD
/ Ir a Dimensión compleja de la escritura
JUAN IGNACIO DELLEPIANE
Les presentamos la opinión de varios autores sobre el oficio de escribir. Tomando como punto de partida esas palabras, deben realizar la actividad. Al final del post, encontrarán datos biográficos sobre cada uno de los autores.
1) Ocho autores dan su opinión acerca de lo que significa para ellos “el oficio de escribir”. Leé esos textos. En base a la diversidad de comentarios, elaborá un texto breve interpretando los aspectos más relevantes destacados por los escritores acerca de la actividad de escribir.
2) Elegí la opinión de un autor en particular que creas que es la más significativa acerca del tema planteado. Explicá el por qué de tu elección destacando qué características posee ese comentario que lo hace diferente y más representativo del “oficio de escribir”.
3) Recurriendo a tus conocimientos generales, formulá tu propia definición estableciendo qué significa para vos “el oficio de escribir.
Podés leer ejemplos de trabajos realizados por alumnos sobre este tema en El oficio de escribir, según los alumnos
OPINIONES DE AUTORES
Jorge Luis Borges
Creo que ese es el oficio, o si usted quiere ¬es una palabra más ambiciosa¬, el destino del escritor: cambiar las cosas… Yo mismo tengo la impresión de que todo lo que me sucede, incluso el infortunio, sobre todo el infortunio, me son dados para que yo los cambie en algo, y por eso hay una gran literatura del infortunio y no de la felicidad, que yo sepa. Porque la felicidad es un fin en sí, mientras que el infortunio debe transformarse en otra cosa… Esa cosa es el arte. Puede ser la música, la pintura… En mi caso no es sino la literatura.
(Fragmento de nota de Bernard Pivot, La Jornada Semanal, 23-03-97, traducción de Juan Moreno Blanco)
Yo, el otro día, estuve dictándole algo y usted habrá visto cómo me demoro en cada verbo, cada adjetivo, cada palabra. Y, además, en el ritmo, en la cadencia, que para mí es lo esencial de la poesía.
(Fragmento de conversaciones con Osvaldo Ferrari)
Isidoro Blaisten
Puedo ganar el Premio Nobel y aun así escuchar que me digan “seguís siendo siempre el mismo desorganizado” o “no sos práctico” o “no tenés una buena relación con el dinero”. Puedo llegar a dar propinas dispendiosas o veinte centavos con gesto principesco.
¿Y esa sensación se refleja en sus cuentos?
Un poco. En “Violín de fango”, por ejemplo, aparecen los personajes de los hermanos “con los diplomas abajo del brazo”. Es que en esto de ser escritor no hay título que te avale ni diploma que te sirva. Yo conté en Anticonferencias que una vez me preguntaron: “¿Así que usted es poeta? ¿Y qué más?”. Me parece que ahora hay nuevos clisés, adaptados para cada circunstancia. En “Después de la presentación” hay un asesino y gente que viene de la presentación de un libro. El asesino está ahí, pero la gente está concentrada en decir un lugar común tras otro: “Estaba toda la fauna y la flora”. “Tengo una asignatura pendiente”. “Pero cómo hablaba, no terminaba nunca”. Creo que nos movemos en el terreno de la hipocresía. Hay cosas que no se pueden decir. Creo que el desafío es seguir siendo fiel a uno mismo, también en esas circunstancias. Recuerdo unos versos de un poeta turco que leíamos en aquella época, Nazim Hikmet: “Sin jactarme, querida/ pasé como una bala estos diez años de encarcelamiento/ pero guardo como entonces salvo este mal al hígado/ el mismo corazón y el mismo pensamiento”. Para mí, la vida de un escritor es eso: poder conservar siempre el mismo corazón y el mismo pensamiento.
(Fragmento de nota de Mónica Sifrim, diario Clarín, 06-04-04)
María Esther de Miguel
Sólo dos cosas pero esenciales: leer muchísimo, porque en literatura leer es parte del trabajo. Y aprender a perseverar. Por eso cuando alguno de ellos me pregunta: “María Esther, escribí un cuento, ¿qué hago ahora?”. Yo contesto: “Muy bien, te felicito. Ahora escribí cien más”.
(Fragmento de entrevista de Raquel Garzón, Clarín Digital, 14-02-99)
Guillermo Martínez
Lo que me fascina de escribir es la posibilidad de organizar relaciones sometidas a sus propias leyes internas y que no están ni en la filosofía ni en las matemáticas ni en la vida real. Lo más difícil en literatura es lograr al día siguiente reconstruir la atmósfera en la que uno escribía el día anterior.
(Fragmento de entrevista de Silvia Hopenhayn, La Nación Line, 06-09-00. Cultura).
Andrés Rivera
Me ocurrió un episodio que, creo, le debe haber pasado a muchos escritores. En esa última charla que di en Córdoba, se me acercó a la salida un muchacho de no más de veinte años que me dijo algo imposible de creer: que me había leído -ni siquiera mencionó qué libro- y que eso le había cambiado la vida. ¿Qué le iba a contestar? ¿Que no podía ser, que estaba exagerando? No le contesté nada… ni “gracias” le dije. Me quedé callado, mirándolo… Me hizo pensar otra vez en el oficio. Está claro que el muchacho exageraba; si no, no sería un muchacho. Claro, con dieciocho, diecinueve años, ¡si no se exagera a esa edad! Pero me hizo pensar en el poder del oficio…
(Fragmento de nota de Miguel Russo y Gabriela Timann, La Maga, 03-04-96)
Mempo Giardinelli
Creo, como Marguerite Yourcenar, que un escritor es aquel que todo acontecimiento que sucede lo tiene que poner en palabras. Recordarás aquella imagen de Yourcenar que es maravillosa, que dice que si a un escritor le tiran un guante en la cara, el tipo ni se ofende, ni se pone a gritar, ni le da una trompada al otro, sino que agarra el guante, lo investiga claramente y escribe un texto sobre el guante. Yo tomé así este hecho. Yo no soy un ensayista, no soy un filósofo ni un pensador, solamente soy un escritor, un ficcionista, un tipo que tiene algunas ideas de la realidad y le mezcla un poquito de imaginación y hace un cóctel medio bastardo y sale literatura.
(Fragmento de nota de Mona Moncalvillo, revista Humor, 1991)
Rodrigo Fresán
Yo recibí una educación muy agnóstica, muy atea, muy sesentista, y creo que el hecho de tener una vocación muy firme suple mucho la idea de un dios o de alguien a quien agradecer, o con quien sentirse en deuda. Yo me siento en deuda con mi vocación todo el tiempo. Una deuda placentera, que pasa por la idea de tener que seguir escribiendo y hacerlo cada vez mejor.
(Fragmento de nota de María Sonia Cristoff, La Nación Line, 05-08-98)
Alejandro Dolina
No me reconocen ciertos círculos, pero curiosamente me reconocen grandes escritores que yo admiro, como Bioy y Sabato. Quizás otros escritores, entre los cuales figuran aquellos que yo no leo, no estén muy anoticiados de mi existencia, y quizás tengan razón. Digamos que en los suplementos literarios y en las avenidas centrales de la literatura, es posible que se me considere como un fenómeno marginal. Pero yo, si para algo me he preparado, es para la literatura. Claro que escribir no es grato. Es grato haber escrito. Uno siente placer mientras canta, pero mientras busca un desenlace o establece una trama, no. Por empezar, no llaman los oyentes, no aplaude nadie y uno siente muchísimo desaliento. Yo siento que me flaquean las fuerzas cada tres frases
Las opiniones de los autores fueron sacadas de: www.autoresargentinos.com.ar
DATOS BIOGRÁFICOS DE LOS AUTORES CITADOS
Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899. Por influencia de su abuela inglesa, fue alfabetizado en inglés y en español. En 1914, viajó con su familia a Europa y se instaló en Ginebra, donde cursó el bachillerato. Pasó en 1919 a España y allí entró en contacto con el movimiento ultraísta. En 1921, regresó a Buenos Aires y fundó con otros importantes escritores la revista Proa. En 1923, publicó su primer libro de poemas, Fervor de Buenos Aires. Desde esa época, se enferma de los ojos, sufre sucesivas operaciones de cataratas y pierde casi por completo la vista en 1955. Tiempos después se referiría a su ceguera como “un lento crepúsculo que ya dura más de medio siglo”.
Desde su primer libro hasta la publicación de sus Obras Completas (1974), trascurrieron cincuenta años de creación literaria durante los cuales Borges superó su enfermedad escribiendo o dictando libros de poemas, cuentos y ensayos, admirados hoy en todo el mundo. Recibió importantes distinciones de diversas universidades y gobiernos extranjeros y numerosos premios, entre ellos el Cervantes en 1980. Su obra fue traducida a más de veinticinco idiomas y llevada al cine y a la televisión. Prólogos, antologías, traducciones, cursos y charlas dan testimonio de la labor infatigable de ese gran escritor, que cambió la prosa en castellano, como lo han reconocido sin excepción sus contemporáneos. Borges falleció en Ginebra el 14 de junio de 1986
Isidoro Blaisten
Isidoro Blaisten nació en Concordia, provincia a Entre Ríos en 1933. Comenzó a escribir en la mítica revista literaria El escarabajo de oro y a partir de allí se destacó como cuentista. Tuvo a su cargo la sección “Crónicas Locas” en el diario Democracia. Su amplia obra narrativa se inicia en 1965 con su libro de poemas Sucedió en la lluvia, premiado por el Fondo Nacional de las Artes, y desde entonces ha obtenido diversos premios literarios. Desde 2001 fue miembro de número de la Academia Argentina de Letras y miembro correspondiente de la Real Academia Española.
Su libro más conocido y celebrado fue Dublin al Sur, una antología de cuentos, aparecido en 1980. Su última obra fue Voces en la sombra de reciente aparición en la Argentina.
María Esther de Miguel
María Esther de Miguel nació en Larroque, Entre Ríos. Ha trabajado en la docencia y en el periodismo. Ganó el Premio Emecé de novela en 1961 por La hora undécima, El Premio Fondo Nacional de la Artes y Municipal en 1965 por Los que comimos a Solís, El Primer Premio Municipal y el Premio de Cultura de la Provincia de Entre Ríos en 1980 por Espejos y Daguerrotipos, El Premio Feria del Libro en 1994, el Premio Silvina Bullrich en 1995, el Premio Nacional del Literatura en 1997 por La amante del Restaurador, y el Premio Planeta 1996 por El general, el pintor y la dama. Ha recibido también la Palma de Plata del Pen Club, el Konex de Platino para cuento y el Premio Dupuytrén. Fue directora del fondo Nacional de las Artes.
Guillermo Martínez
Guillermo Martínez nació en Bahía Blanca en 1962. En 1985 se radicó en Buenos Aires, donde se doctoró en Ciencias Matemáticas. Posteriormente residió dos años en Oxford, Gran Bretaña. En 1982 obtuvo el Primer Premio del Certamen Nacional de Cuentos Roberto Arlt con el libro La jungla sin bestias. En 1989 publicó su libro de cuentos Infierno grande, que obtuvo el Premio del Fondo Nacional de las Artes. Acerca de Roderer (Planeta, 1992) fue publicada en España y traducida al inglés, al serbio y al noruego. Luego escribió La mujer del maestro (Planeta, 1998, editada en España en 1999) y el libro de ensayos Borges y la matemática (Eudeba, 2003).
En 2003 obtuvo el Premio Planeta de Argentina con Crímenes imperceptibles, novela calurosamente elogiada por la crítica, que se ha traducido a 20 idiomas.
Participó del International Writing Program de la Universidad de Iowa y obtuvo becas de las fundaciones MacDowell y Civitella Ranieri.
Colabora regularmente con artículos y reseñas en La Nación y otros medios.
Andrés Rivera
Andrés Rivera nació en Buenos Aires en 1928. Hijo de inmigrantes, fue, sucesivamente, obrero textil, periodista y escritor. En varias oportunidades ha dicho que para él existen dos tipos de escritores: los que quieren ser escritores y los que quieren escribir.
Marcos Ribak (éste es su verdadero nombre) comenzó a escribir a finales de los años cincuenta. En 1972, se publica Ajustes de cuentas, una colección de cuentos con el estilo de la novela negra de Chandler o Hammett, dos escritores admirados por Rivera. Luego de esa publicación, Rivera se sumergió en el silencio durante diez años. Hoy en día, reconoce que estos años le sirvieron para acercarse a grandes autores que no leía por prejuicios.
Con Una lectura de la historia (1982), Rivera inaugura así su segunda vuelta. En este segundo momento encontramos una literatura sin didactismos; con un lenguaje renovador, lacónico pero potente, donde lo dicho es tan importante como lo no-dicho. El Farmer (1996) volvió a colocar a Rivera entre los autores más reconocidos por el público y la crítica. Luego, en 1997, llegaría Nada que perder, y un año más tarde el volumen de cuentos La lenta velocidad del coraje.
Actualmente, vive en Bella Vista, Córdoba, junto a su fiel compañera Susana Fiorito. Todos los viernes coordina un ciclo de cine-debate, donde participan los vecinos del barrio, en la Biblioteca Popular de esa ciudad.
Mempo Giardinelli
Escritor y periodista, nació en Resistencia, Chaco en 1947, ciudad a la que regresó para radicarse en 1990, después de años de peregrinaje que incluyeron 8 años de exilio en México.
Ha publicado La revolución en bicicleta (novela, 1980; Seix Barral, 1996), El cielo con las manos (novela, 1981; Seix Barral 1996), Vidas ejemplares (cuentos, 1982), Luna caliente (Premio Nacional de Novela en México 1983; Seix Barral, 1995), El género negro (ensayo, 1984), Qué solos se quedan los muertos (novela, 1985), Antología personal (cuentos, 1992), El castigo de Dios (cuentos, 1994), Santo oficio de la memoria (novela, VIII Premio Internacional “Rómulo Gallegos” 1993; Seix Barral, 1997) e Imposible equilibrio (Planeta, novela, 1995). Fundó y dirigió la revista “Puro Cuento” entre 1986 y 1992. Ha publicado artículos, ensayos y cuentos en diarios y revistas de todo el mundo. Sus obras han sido traducidas a una docena de lenguas.
Rodrigo Fresán
Rodrigo Fresán nació en Buenos Aires en 1963. Desde 1984 ha ejercido el periodismo en numerosos medios, escribiendo sobre gastronomía, música, crítica literaria y cine.
Su primer libro, Historia Argentina, permaneció durante seis meses en la lista de best-sellers, fue elegido por la crítica como la revelación narrativa de 1991, y publicado -en versión corregida y aumentada- en España (Anagrama) y Francia (L’Harmattan). Varios cuentos de ese libro aparecieron en diversas antologías en la Argentina, España, Inglaterra, México y Venezuela. Su novela Esperanto mereció el elogio general de la crítica, que considera a Fresán como uno de los más “promisorios escritores jóvenes”. Pero la ‘juventud’ de Fresán es cuento menos ya anecdótica: su novela La velocidad de las cosas fue una de las mejor novelas argentinas publicadas en 1998.
Alejandro Dolina
Alejandro Dolina nació en Baigorrita el 20 de mayo de 1949 y se crió en Caseros. Sus confusos estudios lo pasearon por el Derecho, la música, las letras y la Historia. Ha publicado cuentos y notas en diferentes revistas. Desde 1985 ha conducido programas de radio y televisión. Ha compuesto numerosas canciones y ha integrado distintos grupos musicales como director y arreglador.
En 1988 publicó su primer libro, “Crónicas del Ángel Gris”. Una edición corregida y aumentada de esta misma obra apareció en 1996. Es autor también de las comedias musicales “El barrio del Ángel Gris”, que obtuvo el premio Argentores en 1990; y “Teatro de Medianoche”, que protagonizó él mismo como actor y cantante. En 1998 publicó la opereta “Lo que me costó el amor de Laura”, que fue llevada al teatro en el año 2000 y obtuvo el premio Argentores en 2001.
En 1999 editó “El libro del fantasma”. Y en 2002, una recopilación de historias musicales escritas para la radio bajo el título de “Radiocine”. En mayo de este año volvió a la televisión con “Bar del infierno”, todas las noches por canal 7.
Su programa de radio “La venganza será terrible” se mantiene desde hace quince años al frente de las mediciones de audiencia de la medianoche. Además, el público concurre a las audiciones, que se realizan desde la bodega del Café Tortoni, de modo que éste se ha convertido en un paseo clásico de las noches de Buenos Aires.

NOTA:
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