UNIDAD 1
TEXTO BASE 3
El enfoque comunicativo de la lengua se centra en el estudio del desarrollo de procesos y en el conocimiento lingüístico, sociolingüístico, estratégico y discursivo que el hablante pone en juego para producir y comprender discursos adecuados a la situación, al contexto de comunicación y al grado de formalidad requeridos.
Uds. habrán advertido que cuando se desenvuelven en distintos ámbitos y con diversas personas van descubriendo y apropiándose de las normas adecuadas para manejarse en las diferentes situaciones comunicativas.
Saben que deben usar un lenguaje diferente si se dirigen a un directivo de la escuela que cuando hablan con un compañero de curso y, de acuerdo con ello, pondrán en juego estrategias diferentes para encauzar el diálogo.
Además, no hablamos con cualquiera de cualquier tema, ni en cualquier circunstancia ya que una situación lingüística es un campo en que no sólo se necesita el uso gramaticalmente correcto de las palabras sino también que las palabras sean socialmente aceptadas. Es decir, el lugar, el tema, el que escucha, el contexto de la comunicación, nuestras competencias, condicionan nuestro discurso ante diferentes audiencias y circunstancias.
En el caso de manejarnos con la escritura ocurre lo mismo. La perspectiva comunicativa de la escritura se refiere al conocimiento que tienen los sujetos acerca de la manera más eficaz de comunicarse, a través de diferentes formatos textuales y diferentes lenguajes, según la situación planteada en cualquier instancia de la vida.
Pero cuando escribimos podemos hacer algo más: reflexionar sobre nuestras propias capacidades lingüísticas y comunicativas. Tratamos de realizar una mirada reflexiva que nos permita mejorar la capacidad de construir significados. Esto es muy bueno por cuanto se ponen en evidencia las representaciones mentales de los contenidos y estructuras de los mensajes. A este aspecto se llama cognición y la actividad de reflexionar sobre la cognición se llama metacognición o actividad metacognitiva.
Las perspectivas cognitiva y comunicativa de la escritura facilitan el análisis, la inferencia, la solución de problemas, la adaptación a los cambios que nos acercarán a dar sentido al mundo.
Esta forma de entender la escritura tiene su respuesta en nuestras escuelas desde que se aplica la perspectiva comunicativa a la enseñanza de la lengua. Piensen en cuál ha sido la experiencia de Uds. en la adquisición del proceso de escritura. ¿Qué tipos de textos debían redactar Uds.? ¿Qué indicaciones se les daban para acceder a la escritura de un texto? ¿Qué motivaciones se planteaban para llegar a la instancia de escritura?
Mabel Marro y Amelia Dellamea, en su excelente obra “Producción de textos. Estrategias de escritor y recursos del idioma”, plantean esta perspectiva comunicativa de entender el discurso escrito como construcción de una acción compleja de escribir donde se integran “conocimientos sobre comunicación (entendida como circulación social de los discursos en un ámbito cultural) y cognición (en tanto representación mental de los contenidos y estructuras de los mensajes).” (pág. 21).
A partir de esta postura, las autoras diferencian, precisamente, los términos escritura y redacción para lo cual definen: “Es necesario colocar especialmente la redacción en el foco de la elaboración social de la información. La escritura es aquí un instrumento de la redacción; y redactar es tener algo que decir a alguien para conseguir algo de la mejor forma posible para equis condiciones dadas” (pág.22).
Estamos instalados, entonces, en una perspectiva en la que debemos considerar a la redacción como una tarea de resolución de problemas de comunicación por lo cual se debe acceder a la producción de todo tipo de textos que sean de uso frecuente en la sociedad, desde relatos narrativos de ficción hasta catálogos e instructivos que cualquiera de nosotros encontramos diariamente y que están dirigidos a determinadas audiencias con necesidades diversas. Ello nos permitirá producir textos que sean comprendidos por los lectores y, por consiguiente, apropiados para circular socialmente.