Superestructuras argumentativas

UNIDAD 7
TEXTO BASE 3
A lo largo de los estudios que venimos realizando hemos tratado reiteradamente el concepto de superestructura aportado por Teun van Dijk; por ejemplo, en la Unidad 6, donde se desarrolla el tema de narrativa, se ha explicado exhaustivamente su planteo sobre las superestructuras narrativa y periodística. De la misma manera les proponemos acceder, también, a su esquema para la argumentación.
Esto es recomendable para poder tener completo el panorama sobre las diversas superestructuras que estudia este autor por lo cual les recomendamos leer el texto fuente de van Dijk, Estructuras argumentativas.
También podemos trabajar el resto de los conceptos de van Dijk para relacionarlos con los elementos tradicionales en que se dividía al discurso retórico. Recordemos lo visto en el tema anterior. Las partes del discurso retórico establecido desde la época de los estudios griegos clásicos son: inventio, dispositio, elocutio, memoria y actio. Esta sucesión de categorías pueden ser comparadas con la idea de van Dijk de superestructura. Por su parte, la dispositio manifiesta la construcción macroestructural y la elocutio constituye su microestructura, su manifestación textual lineal.
Sobre este tema Albaladejo Mayordomo, en su obra “Retórica”, explicita: “A la operación de dispositio corresponde un nivel que es el de la estructura profunda textual o macroestructura, como categoría y como componente textual concreto. La teoría retórica relativa a la dispositio es una solidísima explicación de la macroestructura textual. Este nivel de dispositio es resultado de la transformación en material textual de la estructura de conjunto referencial que es el nivel de inventio. (…) La dispositio contiene unidades temáticas, semántico- intencionales, perfectamente organizadas en virtud del orden macroestructural.(…) La elocutio es la verbalización de la estructura semántico-intensional del discurso, con la finalidad de hacerla comprensible por el receptor.” (Albaladejo Mayordomo, 1989: 75)
Otra posibilidad de estudiar la estructura textual argumentativa, es la de los organizadores discursivos. Precisamente, considerando que Uds. se encuentran en una primera etapa de aprendizaje del proceso de redacción, creemos más conveniente, para cumplir con las tareas de escritura, presentarles los esquemas que Esther Lorenzini y Claudia Ferman presentan como organizadores discursivos en su libro “Estrategias discursivas. Práctica de la Comprensión y Producción de textos en Castellano”. (págs. 130 y 131)
Esos organizadores discursivos son dos: de la argumentación secuencial y de la argumentación dialéctica. En ambas estructuras es interesante observar las categorías que constituyen sus elementos y los conectores específicos para cada caso.
Con respecto a las primeras, relaciones esos elementos constitutivos de estas estructuras con las categorías que presenta van Dijk en su superestructura argumentativa. Piensen en qué diferencias y semejanzas se plantean.
Con respecto a los conectores, ya en la Unidad 4, trabajamos sobre la importancia de la cohesión para posibilitar la coherencia de los textos. La correcta utilización de diferentes conectores es fundamental para la secuencia en los textos argumentativos. En ambos organizadores discursivos es imprescindible el uso de adverbios, frases adverbiales, pronombres relativos, que conectan lógicamente los elementos del texto para alcanzar la coherencia del mismo.


Retomemos el texto de Gorgias que vimos en el texto base anterior.
Analicemos el texto según las categorías del organizador argumentativo. El primer párrafo sirve como punto de partida para ubicar al receptor sobre el tema al cual se va a referir. Hablará de Helena de Troya. Tal vez, para entender mejor el texto hayan tenido que revisar sus conocimientos de historia y literatura griegas, ¿verdad?
Ya en el segundo párrafo, el autor explicita su intención, la proposición es clara: quiere defender a Helena. Para dejar clara su posición personal usa la primera persona: “Mi intención es…”
A partir del tercer párrafo, Gorgias desgranará los argumentos por los cuales intenta demostrar que Helena no es culpable de su proceder. Cada argumento será conectado por medio de la enumeración de las causas: primera causa, segunda, y así sucesivamente. Usa, además, conectores tales como “en efecto” (reiteradamente), “entonces”, “además”, “por tanto”, “pues”, “en efecto”.
La conclusión reitera la idea presentada en la proposición y usa el mismo recurso, la primera persona: “Eliminé con este discurso el deshonor de una mujer…”
Es interesante la idea final de Gorgias: el argumentar considerado como un juego. Podríamos pensar en este planteo relacionándolo con el argumento usado con respecto a la palabra. ¿Se animan a sacar una conclusión?
La posibilidad de encuadrar un texto en los parámetros que nos brindan los organizadores o la superestructura argumentativa variará y deberemos flexibilizarla según sea el caudal creativo del que argumenta y del tema a ser pasible de argumentación.
Lean el texto Cosecha de muerte de Washington Uranga. ¿Podemos aplicar las categorías de manera estructurada? ¿Hay manejo de conectores propiamente dichos? ¿Por medio de qué elementos se conectan los párrafos? Quizá debamos volver a la idea de Gorgias: la argumentación como sinónimo de juego nos permitirá desplegar nuestras ideas de manera más creativa y flexible.