La argumentación: Lo mismo y lo nuevo – Roberto MARAFIOTI

UNIDAD 7
TEXTO FUENTE/ Ir a La argumentación: otra de las dos grandes tendencias en la elaboración de los textos
Marafioti, Roberto, Temas de Argumentación, Editorial Biblos, Buenos Aires, 1995, pág. 11. Adaptación de la cátedra.
La dimensión social del hombre se manifiesta de diferentes modos. Uno de los más evidentes es por medio de la comunicación. Existen mecanismos comunicativos que utilizamos cotidianamente de manera casi inconsciente, hay incluso instituciones que organizan y regulan las posibilidades de comunicaciones de los hombres. Cuando nos comunicamos ponemos en funcionamiento diferentes modalidades en la organización de nuestro discurso, narramos, describimos, argumentamos. Incluso se puede afirmar que esta última modalidad condiciona las restantes.
Las formas de estructurar la argumentación que se dan en las diversas comunidades son aspectos fundamentales que organizan la relación con el universo externo. De allí la importancia de recorrer sus formas de articulación, sus manifestaciones y, sobre todo, las huellas que, durante más de veinticinco siglos, se han ido organizando y perduran en el presente alrededor de este fenómeno.
Siempre que tomamos contacto con otra persona o con una institución nos encontramos en una situación en la que se argumenta o nosotros argumentamos de alguna manera para provocar una conducta sobre el o los otros, para hacer que otro crea o deje de creer tal o cual cosa. Es más, incluso podemos afirmar, por ejemplo, que tanto los sistemas educativos como los medios de difusión social están estructurados sobre la base de regular de manera firme y sólida esta situación.
A lo largo del devenir histórico existieron distintas instituciones en las que se plasmó esta intención de cohesión y coerción sociales. La Iglesia, la escuela, los medios masivos, corresponden a distintas etapas en las que siempre se manifestó la voluntad de regular la imposición de puntos de vista sobre conglomerados cada vez más vastos.
Abordar la problemática de la argumentación lleva en forma inmediata a rozar temas de importancia y complejidad indudables. Supone en consideración la noción de público, de auditorio, de opinión pública.
Vivimos cotidianamente en medio de contextos en los que se nos intenta hacer creer, convencer o manipular acerca de todo tipo de cuestiones, desde las más triviales hasta aquellas que ponen en juego nuestro destino. Incluso fenómenos absolutamente nuevos como el de poder asistir de modo simultáneo a lo largo y a lo ancho del planeta a estar informados, o relativamente informados, acerca del desarrollo de situaciones de extrema complejidad implican realidades nuevas pero con profundas consecuencias que no pueden ser pasadas por alto. Del mismo modo es preciso estudiar los mecanismos a partir de los cuales toda la información que se vierte desde los medios masivos va modelando y estructurando nuestra forma de pensar.
En una sociedad no sólo se negocian bienes y productos mensurables por el dinero; también se producen intercambios que incorporan formas de valoración diversa en donde los fenómenos argumentativos resultan centrales ya que influyen incluso en los procesos económicos. La verdad o falsedad en el intercambio de ideas, el efecto de creencia provocado, las conductas asumidas, son aspectos que no siempre se tienen en cuenta en primer lugar mientras se atiende preferentemente a los recursos de presentación de los razonamientos, esto es, a los dispositivos argumentativos.
El poder que ostentan los medios masivos no se expresa sólo en relación con la extrema complejidad tecnológica que han alcanzado, también está en juego la capacidad de control y de influencia que ejercen sobre los distintos segmentos sociales.
Es hoy claro que cualquiera que pretenda tener un lugar social relevante debe resolver la forma de llegada y de permanencia con relación a los medios. Pero, además, tiene que considerar su capacidad argumentativa para mantenerse como interlocutor válido. La velocidad ( a veces también hay que hablar de superficialidad fruto de la homogeneización) es una condición característica, por ello se recurre a razonamientos generales que, en muchos casos, desencadenan procesos plurales que deben ser completados por los receptores; procesos que llamaremos “entimémicos”.
Así, al ver programas de opinión es muy fácil advertir que, como existen videoclips musicales, también se pueden descubrir videoclips argumentativos. Las opiniones allí no son más que sobrevoladas, pero cuentan con un alto grado de impacto y aceptabilidad en virtud del tipo de organización. Es ésta la razón por la que tienen éxito personajes que no están en condiciones de hacer grandes desarrollos de sus pensamientos pero sí de ideas breves, con una habilidad para su presentación y vinculación.
Cuando hablamos de argumentación es necesario recordar la perspectiva que aporta Ch. Perelman en su Tratado de argumentación desde la cual enfoca la argumentación eficaz y afirma que es “ la que consigue aumentar esta intensidad de adhesión de manera que desencadene en los oyentes la acción prevista (acción positiva o abstención), o, al menos, que cree en ellos una predisposición que se manifestará en el momento oportuno”. (Perelman, Tratado de argumentación, Gredos, Madrid, 1989, p.91)