Breves nociones teóricas sobre la evolución histórica del relato

UNIDAD SEIS
TEXTO BASE 2
El propósito de este punto es ubicar diferentes épocas y escuelas en que la narración fue objeto de estudio para tener una idea general y básica de los desarrollos teóricos sobre este género que está en el origen mismo de la cultura humana.
El recorrido recalará muy brevemente sobre la Antigüedad, la escuela de los formalistas rusos y el estructuralismo francés, a través de tres autores: Aristóteles, Vladimir Propp y Roland Barthes.
En el mundo griego de Aristóteles los géneros literarios predominantes eran la epopeya, la tragedia y la comedia. Las reflexiones del filósofo sobre la narración están enmarcadas en lo que Aristóteles consideraba los géneros “serios”, es decir, la epopeya o poesía épica y la tragedia, aunque como ambas estaban escritas en verso, las denomina genéricamente, poesía. Tragedia y épica tienen en común la materia constitutiva: la fábula. “Un remedo de la acción, porque doy este nombre de fábula a la ordenación de los sucesos”. Lean el texto fuente “Arte poética” de Aristóteles.
Este fragmento del Arte poética de Aristóteles indica que 400 años antes de la era cristiana ya existe un pensamiento analítico sobre las características de los discursos: se distingue la oposición entre poesía dramática y poesía narrativa, que corresponden a la tragedia griega y a la narración poética homérica.
Esta distinción del discurso narrativo incluye conceptos de personajes en acción con intenciones y metas, acciones que se desarrollan en distintas peripecias y ocurren en ambientes determinados.
Alrededor de 1920, el ruso Vladimir Propp se dedica a estudiar las características de los cuentos maravillosos. Sus investigaciones se desarrollan en el marco de un importante movimiento de estudios literarios, conocido como el formalismo ruso, del cual también formaron parte Tinianov, Jakobson, Trubetzkoy, Tomashevski, entre otros.
Propp se dedica a indagar en las características comunes de mitos, fábulas, leyendas y cuentos folklóricos que están en el origen del pueblo ruso. Esas investigaciones lo llevaron a formular una teoría del cuento que describe características uniformes y constantes para todos los cuentos, formas invariantes que se repiten, independientemente de los temas y de los pueblos donde se originan. El eje de esta teoría es el concepto de función.
Propp sostiene que en la variedad de cuentos, cambian los nombres de los personajes y pueden cambiar también sus atributos pero permanecen constantes sus acciones o funciones:  qué hacen los personajes se plantea como la cuestión fundamental, mientras que quién hace algo y cómo lo hace se plantea como cuestiones accesorias.
Se dedica, por consiguiente, a aislar las funciones ya que las considera las partes fundamentales del cuento y las caracteriza como la “acción de un personaje, definida desde el punto de vista de su significado en el desarrollo de la intriga”. Así describe unidades funcionales como alejamiento, prohibición, engaño, fechoría, prueba, tarea difícil, reconocimiento, regreso, boda, entre otras. Propp describe treintiuna funciones; muchas de ellas aparecen con carácter binario, como prohibición-transgresión de la prohibición, interrogación- información, combate-victoria, persecución-socorro, partida-regreso, carencia-reparación de la carencia; o en conjuntos más numerosos que constituyen el nudo de la intriga, por ejemplo, el héroe es puesto a prueba por su benefactor, cumple la prueba y es recompensado.
Este modelo estructural de la sucesión temporal de las acciones, que ocupa la centralidad de esta teoría, se relaciona con otro modelo de Propp que asigna la distribución de funciones a los personajes, modelo dependiente del primero. Ahora, deben leer el texto fuente de Propp, “Morfología del cuento”.
Después de 40 años de publicar su obra, Propp fue “descubierto” por el estructuralismo francés de los años 60: los más importantes autores de modelos estructurales de esa época están inspirados en su teoría, entre ellos, Levi-Strauss, Barthes, Greimas, y como autor más actual, van Dijk.
El punto de partida y eje de la problematización sobre los relatos que también ocupó a Roland Barthes es la siguiente: qué tienen en común todos los relatos. Barthes buscó describir un modelo abstracto que pudiera dar cuenta de los millones de relatos que existen en el mundo y los millones que podrían existir. “Innumerables son los relatos existentes” dice como apertura el texto de Barthes que consideraremos en este punto. Lean el texto fuente 3, Barthes, “Introducción al análisis estructural de los relatos”.
Su búsqueda se apoya en la metodología de la lingüística que aporta al análisis de los relatos un concepto decisivo: el nivel de descripción. Y compara: así como una frase puede ser descripta lingüísticamente a nivel fonético, fonológico, gramatical, contextual, y estos niveles se van integrando en perspectivas jerárquicas de modo que van tomando significación a medida que se integran, también los relatos pueden ser analizados según unidades segmentadas que se integrarán en otra unidad, de jerarquía superior, que es el sentido.
Para concluir, diremos que los tres autores que hemos leído en este apartado nos aportan un marco adecuado para la tarea que, relativa a la narración, nos hemos planteado en este curso: descubrir nuestro pensamiento narrativo y aprender a escribir narraciones desde el conocimiento de sus elementos estructurales.