Dos propiedades del texto

UNIDAD 4
TEXTO BASE 1
Esta unidad se centra en los factores que intervienen para que podamos afirmar que un texto es coherente. Esos factores son la coherencia y la cohesión que tienen que estar siempre en el texto porque son sus constituyentes específicos y si no los tiene, sencillamente no podemos reconocer a un texto como tal.
En la travesía por este programa nos hemos estado acercando a los temas de esta cuarta unidad mediante el aprendizaje de la problemática de la lectura y la escritura entendidas como procesos y la caracterización del texto como unidad de análisis y de producción.
Especialmente, en este tramo, nos dedicaremos a estudiar la coherencia y la cohesión de los textos y a escribir textos con el objetivo de lograr una meta: que tengan coherencia temática y que estén cohesionados. En la búsqueda de esa meta haremos intervenir a lectores que controlen los escritos y aporten sus observaciones respecto a la legibilidad y comprensibilidad de la escritura.
Un texto se diferencia de cualquier otro objeto por tener dos propiedades fundamentales y básicas: coherencia y cohesión. La coherencia se relaciona con el sentido del texto; implica una propiedad semántica que se realiza completamente cuando ese texto es percibido como coherente. Dicho con palabras de Jorge Lozano, la coherencia pertenece a la esfera de la interpretación y de la competencia textual. “De hecho, en los actores sociales, en los interlocutores de una conversación, o en el lector de un texto, se da una competencia textual que les hace capaces de recibir como coherente un texto que pudiera no serlo”. (Lozano, 20, 1997)
La cohesión, garantiza que el sentido del texto aparezca en oraciones conectadas y relacionadas que se hacen visibles en la linealidad mediante un conjunto de índices, como los pronombres, los anafóricos y catafóricos, los marcadores de tiempo y modo, el orden de las palabras.
Coherencia y cohesión comparten el hecho de ser solidariamente responsables de la construcción del sentido de un texto. “El texto no es coherente porque las frases que lo componen guardan entre sí determinadas relaciones, sino que estas relaciones existen precisamente debido a la coherencia del texto”. (BERNARDEZ, 1982)
Si volvemos a la figura del cubo, se relacionan con la coherencia las dimensiones semántica y pragmática, los niveles macro, micro y superestructural del texto, mientras que se relacionan con la cohesión, las dimensiones sintáctica, morfológica y notacional y los niveles estilístico y retórico.