¿En qué consiste la adaptación de un texto? – Franco TROVATO FUOCO

UNIDAD 4
TEXTO COMPLEMENTARIO / Ir a Toque mágico
Franco Trovato Fuoco, auxiliar docente de Taller de Redacción Uno, año 2000, material de ayuda para la producción del trabajo práctico “Toque mágico”
Brevemente, podríamos decir que la adaptación de un texto consiste en una adecuación de la Competencia Comunicativa. Veamos, a su vez, qué significa esto.
Como ya sabemos, una comunicación eficiente depende del hecho de que los usuarios del texto en cuestión posean la competencia comunicativa necesaria para acceder a la comprensión del mismo. De esta forma, en el caso de una producción escrita, el lector podrá otorgar sentido al texto en la medida en que su mundo cognitivo se lo permita.
Analicemos un ejemplo:
Un científico especializado en biotecnología pretende dar a conocer un descubrimiento en la materia. Entonces, decide presentar un escrito a la comunidad científica en el que explicará todos los conceptos necesarios para entender los nuevos conocimientos que él descubrió. Finalmente, publica su texto y, seguramente, los científicos que accedan al mismo lo comprenderán y obtendrán así a una nueva gama de saberes.
El éxito de esta empresa se debe a que el mundo cognitivo de los receptores de los nuevos conocimientos le permite descifrar, u otorgar sentido, al texto que los explica. En fin, se ha establecido la necesaria competencia comunicativa entre el emisor del mensaje y sus receptores. Es decir, estos últimos poseen los conocimientos adecuados, entre otros sobre biotecnología, como para entender el texto emitido por el primero.
Ahora bien: ¿Qué sucedería si el escrito del ejemplo anterior llega a manos de una persona que no pertenece al ámbito científico?
La respuesta es simple: no entenderá dicho texto y le parecerá incoherente e incompleto. Además, para entender el escrito, tendrá que recurrir a fuentes externas al mismo. Podríamos decir que el mundo cognitivo del receptor no le permite acceder a la comprensión del texto y, por tanto, que la compentencia comunicativa entre emisor y receptor es por mucho inferior a la mínima necesaria para garantizar una comunicación eficiente. Lo mismo ocurriría con una persona, que no tiene los conocimientos que han adquirido ustedes en el curso de esta materia, al intentar leer este texto. Posiblemente, no lo entenderá, ya que no sabe el significado específico de términos tales como “competencia comunicativa”, “receptor y emisor”, “comunicación eficiente”, etc.
El objetivo de este práctico es corregir esa deficiencia.
En otras palabras, la tarea que te proponemos es la siguiente: “Establecer una adecuada competencia comunicativa entre el escrito a adaptar y un público para el cual no fue pensado”.
Como veremos más adelante, el cumplimiento de este objetivo presenta varias dificultades y requiere de un examen muy cuidadoso de los niveles y dimensiones del texto original a fin de adaptarlo correctamente.
Análisis de Dimensiones y Niveles del texto a adaptar.
Si bien, para la producción de cualquier texto es necesario ejecutar una realización correcta de la totalidad de sus Dimensiones y Niveles, a la hora de realizar la adaptación de una producción escrita, algunos de estos aspectos merecen un análisis más meticuloso. En los párrafos siguientes procederemos al análisis de estos componentes en especial.
Dimensión Semántica
Ya sabemos que esta dimensión aporta una descripción en el nivel de los significados de palabras y grupos de palabras. A su vez, el nivel de los significados incluye aquellos que son convencionales y generales, como los que aporta el diccionario, y también aquellos que surgen del acuerdo entre hablantes de una comunidad lingüística. Estos últimos son de índole interpretativa y pueden coincidir o no con los aportados por el diccionario. Ahora bien, en una adaptación de textos, en especial si se trata alguno de carácter científico, estos significados, que necesitan de una interpretación, pueden jugarnos una mala pasada provocando un equívoco en la comprensión del texto. Esto significa que corremos el riesgo de exponer a nuestros lectores a una interpretación errónea y, por consiguiente, a una confusión en el plano cognitivo. Por esta razón, debemos
tratar de obviar estos términos o de asegurarnos de que no provoquen dicha confusión.
Nivel Macroestructural
Este nivel se relaciona a la noción de tema o asunto general del discurso. En el proceso de comprensión de un texto complejo, un lector puede realizar la tarea de abstraer, de ese todo, una idea global del tema que trata. Como ejecutores de una adaptación debemos facilitar este trabajo al lector. Para conseguirlo, debemos producir un texto que se complete en sí mismo y que no de lugar a ambigüedades. La utilización de las “Macroreglas”, para la confección del título y los subtítulos, puede ayudarnos mucho en este sentido.
Nivel microestructural
Este nivel opera en la estructura de las oraciones y en la asignación de conexión y coherencia entre ellas.
Las señales textuales, por ejemplo las de causa – efecto o condición – consecuencia, pueden servirnos como instrumentos en extremo útiles a la hora de guiar al lector a través del texto, sobre todo si desconoce el tema del cual éste trata. De esta manera, una correcta y cuidadosa asignación de conexión y coherencia a nivel local nos ayudará a un entendimiento menos trabajoso del texto a nivel macroestructural, facilitando así la consecución de nuestro objetivo. Sobre todo, una amplia y consciente utilización de las señales textuales, facilitará la progresión temática, o sea el pasaje desde la información conocida a la nueva.
Nivel estilístico
Como hemos aprendido, los usuarios de los textos pueden elegir entre varias alternativas posibles en cuanto a los medios léxicos, gramaticales, fonéticos y gráficos. Y, también sabemos, que esta elección no es totalmente libre. En nuestra tarea en particular, nos enfrentamos a, lo que podría denominarse, un doble tratamiento del nivel estilístico. Es decir, por un lado, debemos intentar “traducir” el original, redactado según los usos del estilo científico, a un léxico más apto o, mejor dicho, mas familiar al nuevo público al cual tratamos de acceder. Pero, por otro lado, debemos ser conscientes de que el estilo científico posee elementos inamovibles, los cuales no pueden ser modificados sin modificar al mismo tiempo el sentido del texto. Por ejemplo, si en una adaptación de un texto de Peirce colocás la palabra “símbolo” en lugar de “signo” estás cometiendo un grave error, que provocará un equívoco en el lector. Cabría denominar a estos elementos como el “lenguaje específico” de cada materia; sus componentes, los términos específicos, deben ser explicados pero nunca modificados.
Algunos consejos útiles para la tarea de producción
1. Conocé a fondo el tema a tratar. Es muy probable que tengas que consultar fuentes externas al texto a traducir. Este requisito es fundamental para no caer en el error de cambiar, en tu adaptación, el sentido original del texto.
2. Llevar a cabo una doble planificación: a) Primero del tema a tratar, para ordenar tus conocimientos, y b) del texto a producir, para adecuarlo a las necesidades del nuevo público.
3. Tené en cuenta lo anteriormente expuesto con respecto al Nivel Estilístico. En cuando a los términos escritos en otro idioma, es aconsejable que coloques su traducción. En caso de no existir una traducción, debés explicar cual es el significado del término en cuestión.
4. Realizá, en los dos primeros párrafos del texto, una introducción clara y global del tema. Esto te permitirá darle al lector una “base de conocimientos”; que, a su vez, te permitirá efectuar, con más claridad, la progresión temática.
5. Cada vez que lo consideres necesario, utilizá la ejemplificación. En algunas ocasiones, un buen ejemplo dice más que diez párrafos.
6. Evitá la referencia exofórica. Todo término que remita a algún concepto situado fuera del texto dejará una duda en el lector no habituado al tema a tratar, y tal vez provoque el abandono de la lectura. Por lo tanto, es preferible que la adaptación sea más extensa que el texto original pero que no tenga “lagunas”.
7. Tené mucho cuidado en el uso de los conectores, un error puede cambiar el sentido de todo el texto.
8. Al final del texto, puede ser de gran utilidad incluir un resumen de todo lo expuesto.
9. Una vez finalizada la tarea de producción del nuevo texto, realizá una comparación de éste último con el original. De esta manera, podrás advertir si tu texto adaptado respeta la intención del autor de la producción original. Si esto no sucede deberás modificar tu adaptación hasta conseguir una versión fiel.
Taller de Redacción Uno- Año 2000
Autor: ayudante alumno Franco Trovato Fuoco
Material de ayuda para la producción del trabajo práctico “Toque mágico”
Brevemente, podríamos decir que la adaptación de un texto consiste en una adecuación de la Competencia Comunicativa. Veamos, a su vez, qué significa esto.
Como ya sabemos, una comunicación eficiente depende del hecho de que los usuarios del texto en cuestión posean la competencia comunicativa necesaria para acceder a la comprensión del mismo. De esta forma, en el caso de una producción escrita, el lector podrá otorgar sentido al texto en la medida en que su mundo cognitivo se lo permita.
Analicemos un ejemplo:
Un científico especializado en biotecnología pretende dar a conocer un descubrimiento en la materia. Entonces, decide presentar un escrito a la comunidad científica en el que explicará todos los conceptos necesarios para entender los nuevos conocimientos que él descubrió. Finalmente, publica su texto y, seguramente, los científicos que accedan al mismo lo comprenderán y obtendrán así a una nueva gama de saberes.
El éxito de esta empresa se debe a que el mundo cognitivo de los receptores de los nuevos conocimientos le permite descifrar, u otorgar sentido, al texto que los explica. En fin, se ha establecido la necesaria competencia comunicativa entre el emisor del mensaje y sus receptores. Es decir, estos últimos poseen los conocimientos adecuados, entre otros sobre biotecnología, como para entender el texto emitido por el primero.
Ahora bien: ¿Qué sucedería si el escrito del ejemplo anterior llega a manos de una persona que no pertenece al ámbito científico?
La respuesta es simple: no entenderá dicho texto y le parecerá incoherente e incompleto. Además, para entender el escrito, tendrá que recurrir a fuentes externas al mismo. Podríamos decir que el mundo cognitivo del receptor no le permite acceder a la comprensión del texto y, por tanto, que la compentencia comunicativa entre emisor y receptor es por mucho inferior a la mínima necesaria para garantizar una comunicación eficiente. Lo mismo ocurriría con una persona, que no tiene los conocimientos que han adquirido ustedes en el curso de esta materia, al intentar leer este texto. Posiblemente, no lo entenderá, ya que no sabe el significado específico de términos tales como “competencia comunicativa”, “receptor y emisor”, “comunicación eficiente”, etc.
El objetivo de este práctico es corregir esa deficiencia.
En otras palabras, la tarea que te proponemos es la siguiente: “Establecer una adecuada competencia comunicativa entre el escrito a adaptar y un público para el cual no fue pensado”.
Como veremos más adelante, el cumplimiento de este objetivo presenta varias dificultades y requiere de un examen muy cuidadoso de los niveles y dimensiones del texto original a fin de adaptarlo correctamente.
Análisis de Dimensiones y Niveles del texto a adaptar.
Si bien, para la producción de cualquier texto es necesario ejecutar una realización correcta de la totalidad de sus Dimensiones y Niveles, a la hora de realizar la adaptación de una producción escrita, algunos de estos aspectos merecen un análisis más meticuloso. En los párrafos siguientes procederemos al análisis de estos componentes en especial.
Dimensión Semántica
Ya sabemos que esta dimensión aporta una descripción en el nivel de los significados de palabras y grupos de palabras. A su vez, el nivel de los significados incluye aquellos que son convencionales y generales, como los que aporta el diccionario, y también aquellos que surgen del acuerdo entre hablantes de una comunidad lingüística. Estos últimos son de índole interpretativa y pueden coincidir o no con los aportados por el diccionario. Ahora bien, en una adaptación de textos, en especial si se trata alguno de carácter científico, estos significados, que necesitan de una interpretación, pueden jugarnos una mala pasada provocando un equívoco en la comprensión del texto. Esto significa que corremos el riesgo de exponer a nuestros lectores a una interpretación errónea y, por consiguiente, a una confusión en el plano cognitivo. Por esta razón, debemos
tratar de obviar estos términos o de asegurarnos de que no provoquen dicha confusión.
Nivel Macroestructural
Este nivel se relaciona a la noción de tema o asunto general del discurso. En el proceso de comprensión de un texto complejo, un lector puede realizar la tarea de abstraer, de ese todo, una idea global del tema que trata. Como ejecutores de una adaptación debemos facilitar este trabajo al lector. Para conseguirlo, debemos producir un texto que se complete en sí mismo y que no de lugar a ambigüedades. La utilización de las “Macroreglas”, para la confección del título y los subtítulos, puede ayudarnos mucho en este sentido.
Nivel microestructural
Este nivel opera en la estructura de las oraciones y en la asignación de conexión y coherencia entre ellas.
Las señales textuales, por ejemplo las de causa – efecto o condición – consecuencia, pueden servirnos como instrumentos en extremo útiles a la hora de guiar al lector a través del texto, sobre todo si desconoce el tema del cual éste trata. De esta manera, una correcta y cuidadosa asignación de conexión y coherencia a nivel local nos ayudará a un entendimiento menos trabajoso del texto a nivel macroestructural, facilitando así la consecución de nuestro objetivo. Sobre todo, una amplia y consciente utilización de las señales textuales, facilitará la progresión temática, o sea el pasaje desde la información conocida a la nueva.
Nivel estilístico
Como hemos aprendido, los usuarios de los textos pueden elegir entre varias alternativas posibles en cuanto a los medios léxicos, gramaticales, fonéticos y gráficos. Y, también sabemos, que esta elección no es totalmente libre. En nuestra tarea en particular, nos enfrentamos a, lo que podría denominarse, un doble tratamiento del nivel estilístico. Es decir, por un lado, debemos intentar “traducir” el original, redactado según los usos del estilo científico, a un léxico más apto o, mejor dicho, mas familiar al nuevo público al cual tratamos de acceder. Pero, por otro lado, debemos ser conscientes de que el estilo científico posee elementos inamovibles, los cuales no pueden ser modificados sin modificar al mismo tiempo el sentido del texto. Por ejemplo, si en una adaptación de un texto de Peirce colocás la palabra “símbolo” en lugar de “signo” estás cometiendo un grave error, que provocará un equívoco en el lector. Cabría denominar a estos elementos como el “lenguaje específico” de cada materia; sus componentes, los términos específicos, deben ser explicados pero nunca modificados.
Algunos consejos útiles para la tarea de producción
1. Conocé a fondo el tema a tratar. Es muy probable que tengas que consultar fuentes externas al texto a traducir. Este requisito es fundamental para no caer en el error de cambiar, en tu adaptación, el sentido original del texto.
2. Llevar a cabo una doble planificación: a) Primero del tema a tratar, para ordenar tus conocimientos, y b) del texto a producir, para adecuarlo a las necesidades del nuevo público.
3. Tené en cuenta lo anteriormente expuesto con respecto al Nivel Estilístico. En cuando a los términos escritos en otro idioma, es aconsejable que coloques su traducción. En caso de no existir una traducción, debés explicar cual es el significado del término en cuestión.
4. Realizá, en los dos primeros párrafos del texto, una introducción clara y global del tema. Esto te permitirá darle al lector una “base de conocimientos”; que, a su vez, te permitirá efectuar, con más claridad, la progresión temática.
5. Cada vez que lo consideres necesario, utilizá la ejemplificación. En algunas ocasiones, un buen ejemplo dice más que diez párrafos.
6. Evitá la referencia exofórica. Todo término que remita a algún concepto situado fuera del texto dejará una duda en el lector no habituado al tema a tratar, y tal vez provoque el abandono de la lectura. Por lo tanto, es preferible que la adaptación sea más extensa que el texto original pero que no tenga “lagunas”.
7. Tené mucho cuidado en el uso de los conectores, un error puede cambiar el sentido de todo el texto.
8. Al final del texto, puede ser de gran utilidad incluir un resumen de todo lo expuesto.
9. Una vez finalizada la tarea de producción del nuevo texto, realizá una comparación de éste último con el original. De esta manera, podrás advertir si tu texto adaptado respeta la intención del autor de la producción original. Si esto no sucede deberás modificar tu adaptación hasta conseguir una versión fiel.