Cómo comportarse correctamente en un velorio – Ignacio GARCÍA RIESTRA

UNIDAD 4
TEXTO COMPLEMENTARIO / Ir a Cohesión
Ignacio García Riestra, alumno de Taller de Redacción Uno – Año 2000.
Comisión: miércoles de 11hs. a 14hs.
Trabajo Práctico “Enseñanos algo de lo que vos sabés hacer”
¿Quién no se sintió alguna vez en el compromiso de asistir al velorio de una persona poco conocida? Es muy probable que hayas ido, al menos una vez, al velatorio de una persona con quien no tenías una relación muy cercana. Puede tratarse del fallecimiento de algún vecino nuevo, un pariente lejano, el familiar de un compañero de trabajo, un amigo de un amigo, etc.
La situación puede ser incómoda y posiblemente dudes acerca del comportamiento más conveniente a adoptar. Para la próxima vez que te encuentres en esa situación, seguí las siguientes recomendaciones:
Indumentaria y horario
Una buena opción en la situación a la cual nos hemos referido es pasar lo más desapercibido que sea posible. Para esto, abstenerse de aprovechar el buen clima primaveral para estrenar esa remera amarilla que compraste para ir al río. Si bien en estos tiempos no es necesario el riguroso luto, tampoco es bueno irse al otro extremo. Vestite de una manera relativamente sobria. Para mayor seguridad, mantenete en la gama que va de los grises medios al negro. Una aclaración válida aunque quizá te parezca obvio: ni pantalón y/o remera ajustada para los varones, ni pollera demasiado corta y/o escote muy pronunciado para las mujeres.
En cuanto al horario, tené en cuenta que cuanto mayor sea la cantidad de gente presente, el momento será menos incómodo. Elegí horarios en que sea factible una buena concurrencia. Ej.: a las 20hs. es probable que haya poca gente trabajando o durmiendo y quizá asistan al velorio en ese momento. Otra buena opción: a la siesta o media tarde puede aumentar la concurrencia de gente de la tercera edad (grandes aficionados a estos eventos).
Saludos, pésames y otras formalidades
En caso de que se trate de un vecino nuevo o por cualquier otro motivo que pienses que podés llegar al velorio y no conocer a nadie, hacete acompañar por un amigo (que tome en cuenta las mismas recomendaciones que te estoy haciendo). Si después tenés un partido de fútbol con amigos, no los lleves a todos.
En cuanto al saludo, ensayá un gesto sobrio (cuidar especialmente ese gesto ante desconocidos). Saludá educadamente a toda persona que te presenten y a los deudos haceles saber tu pesar por el deceso. A la hora del pésame, ninguna frase está demasiado gastada y, como todo clásico, será aceptada de buen grado. Si te parece que te va a resultar imposible decir lo mismo siete u ocho veces, llevá un repertorio suficiente para poder variar cuantas veces creas necesario (ver lista de pésames adjunta).
Comportamiento en la sala de velatorios
Tené presente en todo momento que se trata de un momento triste (o que así debe parecer) aunque el fallecimiento no te produzca un dolor mucho mayor que la muerte de un refugiado de Kosovo, la de un hámster, o la derrota sobre la hora del equipo de tus amores en un amistoso a beneficio de DINAD, ante la cuarta especial de dicha institución.
Si ese día tuviste una buena noticia, por muy buena que sea, ocultá el entusiasmo, que seguramente será mal visto. Si pensás en algo muy gracioso y no podés aguantar la risa, tapate la cara con las manos y fingí que llorás. Para que no se sospeche tu falsedad, comentá que recordaste el fallecimiento de alguien a quien querías mucho (si no querés ni quisiste mucho nunca a nadie no importa, no dudes en mentir descaradamente).
Bien puede ocurrirte que un deudo, aún desconsolado, te cuente los pormenores del deceso. Ante tal circunstancia escuchalo con atención y alejate lo antes posible con el pretexto de ir a buscarle café.
Acercarte al ataúd es opcional. Si lo hacés, mostrate triste y no te quedes demasiado tiempo. Al volver a la sala principal podés besar o tocar la frente del difunto. Si nunca estuviste junto a un ataúd ocupado, este no es el mejor momento para debutar: podés impresionarte con el cadáver y hacer algún gesto inapropiado. Ni hablar del desastre que causás si llegás a vomitar sobre el occiso.
Si te ofrecen algo para comer o beber, aceptá y agradecé, pero no abuses al punto de que parezca que estás cenando en un tenedor libre.
En caso de que el velorio sea en día viernes o sábado, no vayas inmediatamente antes ni después de ir a bailar. Además del problema de la ropa, es posible que te encuentres bajo los efectos del alcohol y des una imagen vergonzosa.
Una última recomendación: pensá de antemano una buena excusa para anunciar que tenés que irte y así vas a poder culminar la visita con una salida elegante.
Recordá todos estos consejos, buena suerte y hasta pronto.
Lista de pésames y frases clásicas. Modo adecuado de usarlas.
“Mi más sentido pésame”. Válida para todo tipo de deudo, fácil de recordar y siempre vigente.
“Lo lamento mucho”. Reúne similares virtudes que la anterior y quizá te salga de forma más natural. Al enunciar esta frase o la anterior, podés frotar suavemente la espalda del receptor de la misma.
“No somos nada”. Una de las preferidas de los mayores, ideal para comentar junto al féretro. Te recomiendo acompañar la frase con un gesto de negación con la cabeza.
“A todos nos llega el momento”. Al terminar de pronunciarla, cerrá la boca apretando un poco los labios y asentí levemente con la cabeza. Excepción: no dirijas esta frase a una persona que aparente estar muy mal de salud.
“Uno se conoce en los peores momentos”. Usala con una persona con quien te estén presentando.
“Hay que ser fuerte”. Frase recomendada para alentar a los deudos más directos.
“Era el destino”. De uso exclusivo para casos en que se pueda relacionar el fallecimiento con un acto de mala suerte. No digas esta frase delante de una persona cuyo carácter desconozcas por completo, ya que la misma podría, desde ponerte mala cara, hasta golpearte con una silla.
La lista podría extenderse. Apelá a tu imaginación si creés que no es suficiente con las frases sugeridas.