Aprendé a resumir mejor el material de estudio – Franco TROVATO FUOCO

UNIDAD 4
TEXTO COMPLEMENTARIO
/ Ir a Cohesión
Franco Trovato Fuoco, alumno de Taller de redacción 1, año 1999, modalidad semipresencial
Comisión N° 3.
Trabajo práctico: “Algo que sabés hacer”
Planificación:
Medio: revista
Audiencia: adolescentes, estudiantes (principalmente de escuela secundaria)
Macroestructura:
Qué: instrucciones, consejos.
Para qué: para resumir mejor el material de estudio.
Como estudiante, te habrá pasado alguna vez que tenés muy poco tiempo para preparar un examen y que para colmo los textos que tenés que estudiar son muy complicados o muy extensos. Entonces te preocupás porque pensás que no vas a llegar a estudiar todo e incluso se te cruza por la cabeza la idea de no presentarte a rendir. Aquí te proponemos algunas pautas para realizar mejor tus resúmenes, lo que te permitirá ahorrar tiempo y trabajo.
Lo único que necesitás es: un lugar tranquilo, un bloc de hojas en blanco, una lapicera, un diccionario y un poco de ganas.
Lo primero que tenés que hacer es situarte en un lugar donde no haya nada que te distraiga, y donde te sientas cómodo y puedas distribuir todo el material de estudio a tu gusto.
Una vez ahí, organizá los textos que tengas que estudiar (o que quieras estudiar en ese día) en el orden que te propone el programa o el plan de estudios de la materia. Seguramente ese orden responde a cuestiones didácticas, la mayoría de los programas están hechos para pasar desde la información mas elemental a la mas detallada del tema a tratar; así que sería bueno que identifiques ese orden para hacerte una idea global acerca de qué vas a aprender y de cómo se van a ir desarrollando los temas; y si podes expresalo (de la forma que te sea más simple de entender) en alguna hoja que vas a tener siempre a mano para consultarla en cualquier momento.
Esto te asegurará que no te queden temas “colgados”, es decir que seas consciente de la relación que hay entre un texto y otro para saber en qué sentido va la información que estas recibiendo, y por qué estás leyendo ese texto en ese momento. Establecer este orden es muy importante para que, una vez terminados todos los documentos, no tengas que forzar la memoria cuando necesites recordar algún punto especifico de la asignatura.
Una vez conseguida esta visión global de la materia, podés empezar a estudiar los temas en particular.
Tomá el primer texto y realizá una lectura atenta del escrito en su totalidad, así te enterarás del tema del que trata y estarás en condiciones de resumir sus ideas más importantes. Luego, en una segunda lectura, tratá de resumir en el escrito (puede ser subrayádolo) las ideas principales de cada párrafo y de marcar u observar la manera en que el autor fue relacionando un párrafo con otro. Esto último es de vital importancia para la comprensión y para evitar estudiar de memoria.
Si lograste marcar las ideas principales y sus relaciones estás en condiciones de ejecutar el próximo paso. Este es el de adaptar el texto a tu lenguaje. Una forma muy simple de hacerlo es reescribiendo en un papel las ideas principales pero, esta vez, de la misma forma en que vos las expresarías hablando y usando el lenguaje que utilizas todos los días en las conversaciones que tenés con otras personas. En este momento te será muy útil el diccionario que te permitirá cambiar algunas palabras de los textos por otras que te sean más familiares y fáciles de estudiar, por ejemplo si se te presenta la frase: “…el lector reconoce como frecuentes en ese tipo de….” , tal vez, aunque vos conozcas el sentido de las palabra RECONOCE te sea mas fácil de estudiar si la cambias por DISTINGUE palabra con la que estás más familiarizado.
Vale la pena aclarar que muchos escritos tienen determinadas palabras que no pueden ser suplantadas porque representan la forma característica de expresar determinados objetos o ideas, y que forman parte del “lenguaje de la materia”. En estos casos lo mejor es que incorpores el significado puntual de estas palabras a tú propio lenguaje, aunque en un primer momento tengas que memorizarlas o volver constantemente al texto para aclararte a vos mismo qué significan. Para facilitarte esta tarea de incorporación (que se te va a presentar muy a menudo en los textos de estudio) podés hacer en otro papel un pequeño glosario, esto es una lista de palabras y sus significados específicos a la que puedas recurrir con facilidad cuando lo necesites.
Una vez que terminaste la adaptación de las ideas a tu lenguaje habitual, compará el texto que vos redactaste con el escrito por el autor. La finalidad de esta comparación es advertir si omitiste algún tema o si no estableciste la conexión de las ideas de la misma forma en que lo hizo el autor. Si te sucedieron alguna de estas dos cosas deberás modificar tu texto hasta que este sea fiel a lo que intenta expresar el autor. Lo importante es que escribas lo mismo que el escritor del texto, pero de una manera que a vos te sea mas familiar y simple para estudiarlo. Pero nunca tenés que cambiar ni el contenido ni el sentido de las ideas que se expresan en el escrito principal.
Si lograste redactar un texto fiel al pensamiento del autor, ubicalo conjuntamente con el texto principal. Ya que tal vez, cuando repases el tema, necesites recurrir en alguna ocasión al original para despejar alguna duda que pueda surgirte.
Repetí estas operaciones con cada texto y reordená el programa con tus propios apuntes.
Cada vez que consigas realizar efectivamente estos procesos obtendrás un resumen completo y fácil de estudiar de la materia, con lo que ahorrarás tiempo y esfuerzo. Por otra parte no estudiarás memorizando ideas que no entendés, y esto te ayudará a no olvidarte de lo estudiado dos días después de rendir la evaluación.
Esperamos que estos consejos te sean útiles, y te deseamos suerte con los exámenes.