UNIDAD 8
TEXTO BASE 1
La bisagra
Esta unidad tiene un desarrollo que procura funcionar como bisagra entre Redacción Uno y Redacción Dos por cuanto los contenidos de esta unidad anticipan, de modo muy general, la temática de la asignatura Redacción Dos.
Algunos aspectos de la noticia directa que se concentran en esta unidad se desgranan a lo largo del programa ya que, como habrán podido comprobar a esta altura, se ha privilegiado este tipo de texto informativo para ejemplificar las aperturas teóricas, focalizar los análisis y plantear varios trabajos de comprensión y de producción en las unidades precedentes.
Esa mirada se ha realizado, hasta ahora, desde diferentes enfoques teóricos: la pragmática, el análisis del discurso, la gramática del texto, la retórica, el estructuralismo, las teorías cognitivas.
En esta unidad introducimos, también, el enfoque de la teoría general del periodismo con la terminología específica que encontrarán en los textos de lectura de la unidad y en los manuales y textos de estudio que usarán el próximo año. Sin embargo, podemos adelantar que entre estos términos y conceptos del periodismo y las categorías que hemos trabajado durante este curso encontrarán estrechas relaciones de sentido ya que, en cierta medida, comparten un campo disciplinar.
ORGANIZACIÓN FORMAL DE UN MEDIO GRÁFICO
Si en todas las instancias de este curso nos hemos centrado en la redacción del texto informativo, este punto enfoca más bien las cuestiones de presentación de este tipo de textos en los medios gráficos más difundidos y populares: los diarios.
Un lector de diarios puede llegar a una descripción bastante detallada del dispositivo que organiza y presenta el mundo de la información en el periódico que más frecuenta y puede, por comparación, llegar a establecer cuáles son las diferencias de organización entre distintos diarios.
Un lector de diarios bastante experto, -pongamos, un estudiante de comunicación- puede verificar, sólo con su experiencia de lector, que en un diario todo significa, todo tiene sentido.
En líneas muy generales, los diarios se caracterizan según aspectos formales por el tamaño (sábana o tabloide), por la cantidad de páginas, por el tratamiento de la primera página o tapa, por el itinerario de lectura que proponen al usuario, por la clasificación del material informativo en secciones, por las agencias de noticias que les sirven de fuentes, por los tipos de noticia que prefieren y por la publicidad. Hemos mencionado estos aspectos, aunque la lista puede ampliarse.
Para tomar un aspecto, la tapa, veremos que es la vidriera de la edición de cada día, lo que se ve en el kiosco, lo que entra por los ojos, el titular o la foto que atrae e incita a la lectura, la portada de impacto que determina la elección y la compra del diario. Por consiguiente, las tapas tienen una alta concentración de diseño y creatividad en la presentación y permiten inferir que antes de redondear su aspecto final han sido objeto de un proceso en el que intervinieron muchos profesionales que seleccionaron, debatieron sobre la valoración e impacto de las noticias de tapa y tomaron decisiones.
La organización en secciones es otro aspecto que suele estar vinculado a la caracterización del público al cual se dirige el medio, con variables de subpúblicos para secciones específicas. Los diarios de circulación masiva tienden a secuenciar los tipos de información, comenzando por la más general y de incidencia directa para la vida de un gran número de personas (información de política local, nacional e internacional, economía y noticias policiales) siguiendo en orden decreciente hacia la información más específica y también más liviana (deportes, espectáculos); incluso, para aquella información muy particularizada, organiza suplementos separados (arquitectura, informática).
“Un ejemplar de un medio masivo impreso –según el semiólogo Eliseo Verón- es un mensaje global muy complejo, dotado de una infraestructura material que co-determina la recepción por parte del lector, y –en muchos casos- de una articulación interna. Las unidades de esta infraestructura material son las páginas; la articulación interna, en cambio, se entiende aquí en sentido semántico y se refiere a subdivisiones aparentes o explícitas que los emisores imponen al conjunto del material contenido en el número. En otras palabras: qué sistema de clasificación utiliza cada medio para fraccionar el universo social del cual se ocupa o sobre el cual informa”. (Verón, 1967: 147)
Pero más que nada, “la articulación en secciones es (junto con los títulos y subtítulos) un mecanismo de los medios impresos para establecer una clasificación inicial de los hechos”, de modo que determinado hecho con determinadas características tiene una ubicación prefijada en la edición. Pongamos un ejemplo incontrovertible de esta clasificación inicial: la noticia sobre un choque automovilístico con heridos en una carretera al término de un fin de semana largo, tendrá como destino seguro la sección policiales.
La ubicación de la noticia en policiales se volverá controversial si uno de los heridos es el presidente de la Cámara de Diputados, aspecto que podría determinar que salte a la sección de política nacional; o si el herido es un famoso futbolista podría provocar que la noticia se trate en las páginas de deportes. Los ejemplos tienden a orientar que las secciones articulan y preclasifican la información del diario, pero la valoración constante de los factores de cada noticia flexibiliza esta clasificación, de modo que ciertas noticias pueden trasladarse a otras secciones.
Cada día, el diario tiene una pauta de edición con la que inicia su rutina productiva. En esa pauta, se prefijan la cantidad de páginas, el índice, el orden de las secciones, la ubicación de los espacios publicitarios y los avisos clasificados y la resolución total o parcial de secciones que no están sometidas a la presión de la información del día. Esa pauta se va transformando a medida que evoluciona el día informativo: el surgimiento de una noticia muy importante en el ámbito de la política económica puede invadir las páginas pautadas para otras secciones, que al momento, se “levantan” o cambian de ubicación en el diario. Estos cambios son más o menos perceptibles por el lector, sin que por ello el diario pierda sus rasgos de estilo.
Reconocimiento de los códigos que integran el mensaje global
Retomando el punto anterior, el diario se presenta al lector como un mensaje elaborado en convergencia de códigos múltiples, que estimulan sus capacidades sensoriales y cognitivas.
El universo de “lo gráfico” es mucho más rico y diverso que la simple palabra escrita impresa, ya que este mensaje verbal que distingue por excelencia al diario, se integra con otros sistemas de signos y juntos, concurren en la producción de un mensaje más complejo, fuertemente marcado por señales no verbales que le añaden significación.
Así, el tratamiento del espacio, el cuerpo o tamaño de las letras del titular, los recuadros, los subrayados y resaltados, el color, las fotografías, las infografías y los dibujos configuran sistemas de signos que tienen un papel importante tanto cuando el escritor opera semánticamente teniendo en cuenta la pluraridad de códigos concurrentes, aunque no resuelva el escritor todos estos aspectos técnicos, como cuando el lector realiza las tareas de comprensión y la producción de sentido.
El semiólogo Eliseo Verón propuso un principio clasificatorio de la materia significante de los medios masivos impresos. Lean el texto fuente de Eliseo Verón “La materia significante y la infraestructura material del mensaje”.Si bien la integración de estos códigos en el diario es indiscutible, es preciso señalar que el código lingüístico tiene una supremacía evidente sobre los otros ya que es el habla en su transcripción gráfica, o dicho de otra manera, el lenguaje escrito el que predomina y pauta los códigos restantes, ya que es el responsable de tramar los contenidos más complejos.
Llamaremos pues, al código lingüístico, código rector.
Si bien este código rector es el que concentra la mayor preocupación de este curso, es interesante que el escritor en formación tenga en cuenta los demás códigos durante los planes y el proceso de escritura ya que la intervención de negritas, subrayados, titulación, la inclusión o no de un gráfico o de una fotografía actúan como componentes semánticos, son parte esencial de ese mensaje visual presentado como conjunto, donde todo significa.
Vale aclarar que la armonización de los códigos intervinientes en el diario constituye su peculiaridad estilística. Diferenciamos un diario de otro, al mismo tiempo porque conocemos o intuimos la orientación en el tratamiento de las noticias y porque identificamos sus rasgos tipográficos, su diseño de tapa, su tratamiento de las fotos, el uso del color, el desarrollo de materiales infográficos. En tanto construimos estos conocimientos de usuarios, no descuidaremos, como escritores, tener en mente estos rasgos de estilo en la instancia de la producción.