UNIDAD OCHO
TEXTO FUENTE
VERÓN, Eliseo – Fragmento de Ideología y comunicación de masas: la semantización de la violencia política, en Lenguaje y comunicación social, Nueva Visión, Buenos Aires, 1984.
Por materia significante entendemos el tipo de elementos sensoriales con que están construidos los significantes del mensaje. De modo que es fácil establecer una clasificación de materias significantes, según el orden sensorial involucrado: visual, auditivo, olfativo, táctil, gustativo (Greimas, 1996, p. 10).
Esto es trivial en sí mismo, aunque cuando nos proponemos analizar un cierto corpus, resulta conveniente contar con una descripción completa de los órdenes sensoriales contenidos en el mismo y de las series informacionales construidas sobre la base de cada uno. Una serie informacional es un proceso empírico de transmisión de signos que obedece a un código. Un mensaje concreto de la comunicación social con toda probabilidad contendrá varios sistemas de codificación, que operan simultáneamente sobre uno o varios órdenes sensoriales.
Si tomamos los medios masivos impresos, encontramos que sobre la base de una sola materia significante (visual) se constituyen varias series informacionales:
(1) La serie visual lingüística, es decir el habla en transcripción gráfica (lenguaje escrito). Aunque un fragmento cualquiera de habla puede adoptar tanto la forma escrita como la auditiva, ambas series informacionales tienen propiedades diferentes y en modo alguno pueden considerarse idénticas.
(2) La serie visual paralingüística, que comprende una serie de variaciones que cumplen, en los medios masivos impresos, un papel análogo a las variaciones sonoras paralingüísticas en la comunicación interpersonal: la bastardilla que indica énfasis; los titulares y su tamaño; la disposición espacial, etc., son recursos gráficos para dar importancia, y en general cualifican un texto de muy diversas maneras, al modo en que el tono de voz, el volumen, el timbre, etc., cualifican los mensajes verbales.
(3) Las series visuales no lingüísticas, a saber: imágenes fotográficas, dibujos, color, etc.
Hay otro aspecto vinculado con la materia del mensaje, que podemos llamar el de la infraestructura material. Se trata no ya de los elementos sensibles con que están construidos los significantes, sino de la forma material concreta que sirve de vehículo a los mensajes, muchas de cuyas características afectan la trasmisión de la información. La misma materia significante se realiza en infraestructuras materiales diferentes. Comparemos una película y un medio masivo impreso, como por ejemplo un semanario. Para el receptor, los mensajes visuales se presentan en la película en un orden temporal irreversible: la emisión está determinada por un cierto orden secuencial que se reproduce en la recepción sin alteración posible. En el caso del medio masivo impreso, la secuencia temporal está sugerida mediante una serie de recursos físicos (tapa, orden de las páginas, etc.) y estilísticos (índice, secciones, títulos, etc.) pero es, en sentido estricto, indeterminada: la recepción puede iniciarse en muy distintos puntos del mensaje y seguir diferentes trayectorias. Este tipo de diferencias tiene importancia en el estudio del “efecto de sentido” de distintas clases de mensajes.