La estructura de los textos y la comprensión – Mabel MARRO y Amalia DELLAMEA

UNIDAD 2 TEXTO FUENTE/ Ir a La comprensión y la estructura de los textos MARRO, Mabel y DELLAMEA, Amalia, La estructura de los textos y la comprensión, de Producción de textos. Adaptación de la Cátedra.

Las fuentes de dificultades durante el proceso de comprensión pueden provenir de dos lugares: de las experiencias y conocimientos del lector y de las características de los textos. El análisis de textos permite evaluar qué características de los textos ayudan al lector a desentrañar los significados del autor y a recordarlos después de la lectura. Por ejemplo, las investigaciones en el análisis de los textos han mostrado que ciertos aspectos de las estructuras textuales influyen tanto en la cantidad como en el tipo de información que el lector recuerda, y permiten predecir dónde ocurrirán las posibles distorsiones, omisiones, adiciones, sustituciones y reestructuraciones sobre la lectura. La estructura de los textos es un factor fundamental en la facilitación de la comprensión, ya que los lectores tienen ciertas expectativas sobre la organización de la información para distintos tipos de textos, y esas expectativas influyen en el procesamiento de la información, es decir, en la representación del significado de un texto. La estructura de las historias y las expectativas y conocimientos que el lector tiene sobre esas estructuras son cruciales para la comprensión y recuerdo de las historias. Los lectores de historias poseen esquemas narrativos que pueden o no coincidir con la estructura que adopta la información en el relato que están leyendo. Las historias desordenadas, que violan esas expectativas, por estar desorganizadas, u omiten información sobre el tiempo o el lugar, entre otras categorías estructurales, afectan tanto el proceso de lectura (se tarda más tiempo en leer) como al proceso de recuperación de la información. También los lectores de diarios parecen utilizar esquemas que guían sus expectativas sobre cómo estará organizada la información en una noticia. Los lectores esperan, por ejemplo, encontrar un resumen de lo acontecido en la parte superior del texto, es decir en los títulos, las volantas, las bajadas y en la entrada, que comprende el primero y aún el último párrafo de un texto. Además en esos lugares se responde a las preguntas qué pasó, quién lo hizo o a quién afecta, cuándo, cómo, dónde, por qué sucedió, y a veces para qué. Luego de esa información son esperables dos principales cursos: se sigue presentando la información en orden decreciente de importancia (pirámide invertida), o se sigue con un relato en forma de crónica (yunque o martillo)

 

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En los textos expositivos, el modo en que se presentan las ideas y la posición o lugar que ocupan dentro de la estructura textual, también influyen en el procesamiento de la información. En esta situación comunicativa, el autor hace una presentación ordenada de la información, la señala y además se coloca muy cerca de su lector a través del uso de la segunda persona del plural, que es propia del discurso expositivo didáctico. El autor acompaña al lector durante el proceso de aprendizaje. La estructura de la información parece ser más utilizada por los lectores en los dominios menos familiares. En este sentido, el formato o estructura de un texto sobre fútbol es prácticamente irrelevante para un lector muy familiarizado con este tópico. El lector activará sus conocimientos previos sobre el tema y no apelará demasiado a la estructura para reconstruir la información. En cambio, cuando el tema es nuevo, la estructura de la información está destinada a desempeñar un papel fundamental para la comprensión. La tarea de leer para aprender, por ejemplo, supone una interacción del lector con información no familiar, en la que él debe establecer relaciones y formar conceptos. Si la estructura del texto es ordenada y contiene señaladores de esas relaciones importantes, ayudará al lector.