Por Juan Martín Miguel Depetris*
La mañana arrancó diferente. Mientras Marce abría un congreso, nos encontrábamos detrás de las compus, jugando a escondidas, porque ella no lo sabe… Hasta ahora. A las risas y entre jueguitos, nos dimos cuenta de que el deber llamaba y era hora de comenzar la clase: 8:10
Ya que aún seguían vibrando las ideas del taller de Desinformación e Inteligencia Artificial del día anterior, cortesía de la Red Latinoamericana de Formadores en Fact Checking, iniciamos debatiendo sobre aquel acontecimiento. Nos lanzamos en una especie de análisis colectivo, desarmando las estrategias de Chequeado, reconociendo la audiencia a la que se dirigen y sumergiéndonos más profundo en las herramientas que utilizan, que tampoco conocíamos, para entender mejor la labor de quiénes están detrás de brindarnos información verídica. Recuerden votar la encuesta de la charla.
Pero el reloj corrió rápido. Se hicieron las 9:00, lo que marcó el inicio de lo más esperado de la clase, donde volvimos a nuestra aula original, sin computadoras de por medio y nos acomodamos en ronda. El ambiente cambió, porque esta vez teníamos compañía de lujo: los estudiantes del año pasado de esta comisión. Con sus historias de trabajos finales, vinieron a contarnos cómo cada unx eligió sus temas. ¿Y de dónde surgen esas ideas? Algunas nacen de lo cotidiano, nuestro alrededor, otras del interés, lo que nos gusta y apasiona. Nos hablaron de cómo esas ideas evolucionaron, cómo cambiaron de dirección, no eran lo que terminaron siendo, y se redibujaron, hasta convertirse en algo más pulido y concreto.
Entre charla y consejos, entendimos varias cosas. Como que Marce no solo es nuestra profesora, sino alguien que, además de guiarnos, tiene contactos en todos lados. Explícitamente, “Marce siempre conoce a alguien”. Así como también que todo pasa por la gente, por acercarse, por no tener miedo de tocar puertas. Quizás parezcamos un poco acosadores, pero eso es parte del oficio, buscar y buscar hasta encontrar. Desbordar de información es clave. Y ojo con la economía del estudiante, que si no tenemos un lugar para entrevistar, quizás haya que invitar a un café, así que siempre con un par de pesos en el bolsillo por si acaso.
También unirse como grupo es clave, no solo para apoyarnos y generar un vínculo, sino porque todos somos fuentes de información. Por otra parte, cómo hay temas que abordamos que pueden pasar por emociones fuertes, por lo que debemos ser conscientes y estar preparadxs para enfrentarlos.
Asimismo, debemos comprender que podemos dar voz a quienes no la tienen, no se lo esperan o solo le restan importancia. Además de que no siempre será fácil; algunas personas, por situaciones pasadas o motivos propios, pueden no querer hablar o compartir ciertas cosas. Y, por último, siempre tener herramientas listas. No sabemos cuándo se agotará la batería del celular o si el lápiz absurdamente nos dejará de escribir.
Podemos ver algunos trabajos que nos comentaron como:
- Gina Dantraccolli « Las cuatro chicas de la ruta »
- Juliana Sanz « Ocultos a la vista de todos »
- Valentina Guzmicky « Historia de un casi jardín y otro a medias »
- Agustina Dolce « Escenas sin ellas »
- Camila García « El río, la escuela, y vidas que se transforman »
- Valentina Alberini « Una casa hecha de camillas: crónica de una madre que convirtió al Hospital Provincial en su hogar. »
También contaron su proceso Mateo del Federico, Julieta Biscoglio, María Emilia Cócaro, Lucía Molinas, Margarita Arnodo…
Luego era nuestro turno de hablar, compartir nuestras dudas y temas, algunxs más encaminados que otros. La conversación fluía, las preguntas iban y venían, y la incertidumbre, esa que fastidia siempre en la elección de temas, se iba desvaneciendo poco a poco. Nos fuimos guiando, cruzando ideas, opiniones, y sobre todo, asimilando que no estamos solos en este camino. Mediante anécdotas y consejos desestructurados, el clima comenzó a generar calma, cerrando con una foto grupal y afirmaciones de que esta parte es, demandante, pero la más linda de la materia.
Fue una clase grata de tener, muy beneficiosa, y por supuesto agradecemos a aquellxs que se tomaron el tiempo de compartir sus experiencias para orientarnos. Pero claro, no faltaron los recordatorios: para el miércoles siguiente, entregar el Trabajo 4.1 terminado y los textos de la Unidad 4.2 leídos.