El Sol del Desierto de Sahara
(foto:mauri)
ACTIVIDAD GRUPAL PREVIA Y TRABAJO PRÁCTICO
Consigna:
1- Cada integrante de los grupos debe leer el cuento completo que ayudó a redactar.
2- Escribir un texto donde identifiquen y reflexionen sobre los elementos y categorías narrativas presentes a partir de los textos de Almeida, Propp y Barthes.
Fecha de entrega:
Comisión 2: 18 de setiembre
Comisión 8: 27 de setiembre
La puerta de la salvación
Atravesar: Intervenir, ocurrir algo que altera el curso de otra cosa.
Créanme, el amor a primera vista existe. Aquella tarde fue la primera vez que Naomi lo sintió así. El encuentro con Didier no fue casualidad, sucedió como si alguna persona le hubiera dicho que golpeara esa puerta y no otra. En ese momento ocurrió lo mágico, ella le brindó asilo mientras él escapaba de la policía por pensar de forma distinta que el gobierno de facto.
Después de varias horas de charla, Didier le sugirió a Naomi que quizá podría pasar aquella noche en su casa y partir del siguiente día, momento en el que seguramente los hombres que vigilaban las residencias de aquel barrio no notarían su presencia, ya que el amanecer es la hora en la que, en Nubia, se realiza el rezo tradicional con el que se inaugura el nuevo día.
Naomi asintió con la cabeza; si bien, había algo en él que le causaba extrañeza, no le negó a aquel hombre, prófugo de la justicia, que pasara la noche en su hogar. Todo hubiera salido como planeaban, salvo por el detalle con el que ninguno de los dos contaba: poco antes de que el sol saliera, ocurrió un terrible desastre en la Plaza Dubai, a pocos metros de allí, Didier ya no podría escapar tan fácil.
Las fuerzas armadas lo estaban buscando por cielo y tierra, habían lanzado la alerta para que nadie saliera de sus casas y pudieran realizar la búsqueda de Didier.
Naomi sin pensar en las consecuencias decidió esconderlo en su hogar, levantó una madera que daba a un escondite subterráneo y le indicó que permaneciera allí callado hasta que se vayan.
Su amor la guiaba para seguir en el oscuro camino que había elegido seguir. Los del ejército egipcio entraron en la casa y ni los amuletos de la puerta pudieron salvarla, pues lo habían delatado y ya sabían que Didier se encontraba allí.
Naomi fuerte, llena de esperanzas, se resistió a las torturas, soportó la violencia y se mantuvo en pie hasta que soltó su último suspiro, pero ni una palabra.
A Didier no lograron encontrarlo y él la recordó por el resto de su vida. Todos los días oraba en agradecimiento y le recordaba a Naomi que su muerte no había sido en vano.Autores:
Introducción: Gubinelli, Cabral / Desarrollo: Romero, Costantini, Minigo / Final y título: Montiel, Roselli
Hade (*)
En una oscura noche de abril en las cercanías de Nubia, el terrible sonido del viento atravesó la gigantesca puerta de acero del hospital de enfermos terminales Pedro Rodríguez, cuando su monstruosa figura se hizo presente. Su penetrante mirada y sus ojos de color sangre resaltaban entre la túnica que llevaba sobre su pelo oscuro. A su paso todo aquello que mantenía contacto con ella moría, las flores, los animales, e incluso las luces que alumbraban el camino.
Todos en la casa al verla corrían aterrorizados, aunque lo más tenebroso era que hacía ya varios años que nada se sabía de su existencia, sin embargo algo la llevaba hoy a retomar sus temibles ataques.
Hade, una mujer de familia, estaba en su casa durmiendo a sus hijos cuando vio una sombra por la ventana, luego escuchó un ruido extraño en la cocina, cerró la puerta de la habitación y fue a ver que pasaba. Todo estaba muy silencioso e iluminado por la luz de la luna, apagó el leño y se fue al sillón a leer un diario en donde estaba la noticia de la misteriosa muerte de la familia Alé compuesta por un matrimonio con sus dos hijos. De repente, cuando Hade levantó la mirada vio una mujer de ojos color sangre y pelo oscuro.
Hade no podía creer lo que estaba pasando, rápidamente trató de alejarse lo más rápido que pudo, pero fue inevitable. Sus hijos al oír ruidos se dirigieron hacia el living, donde se ubica el sillón que suele sentarse su mamá, pero encontraron que la puerta de su casa estaba abierta. Cuando salieron hacia el jardín observaron la sombra lejana de una persona, lo único que se podía distinguir es que llevaba puesto una gran túnica negra, un instante después comenzaron a sentir ruidos raros, entonces velozmente fueron hacia el sillón y se encontraron con un diario tirado en el cual aparecía la imagen de una mujer que llevaba puesta una túnica, se dieron cuenta que había sido la misma que vieron en el jardín.
Nada se volvió a saber de Hade y misteriosamente sus hijos desaparecieron unos pocos días después, en la negrura de la noche. Aquella mujer de ropas negras, solitaria y de ojos color carmín sigue, hasta el día de hoy, apareciendo en aquellas casas que no protegen sus entradas mediante símbolos y llevándose a los integrantes de esas familias. Los ataques cada vez son menos, sin embargo suele vérsela vagando y deambulando por las calles oscuras de Nubia y en la plaza central, sin rumbo fijo, en busca de aquellos que no creen.Autores:
Introducción: Milani, Costa / Desarrollo: Albini, Pautassi, Rebuffo / Continuación: Ponti, Ortega / Final: Garcia Covili, Izaguirre(*) El título se lo puse yo ya que el grupo no lo hizo y es necesario identificarlo para la corrección.
Zulú (*)
Nadie supo en qué dimensión se encontraba Zulú esa noche, luego de que los espíritus ingresaran no solo a su casa, sino a todo su frágil cuerpo. Con trece años y en plena rebeldía hacia las costumbres y tradiciones milenarias de su Nubia natal, ya desaparecida del mapa, no imaginó jamás el trágico desenlace del cual sería arrastrado en represalia a su broma sobre las malas vibraciones y el rechazo al ritualismo tradicional.
Claro está, que su accionar provenía de la más profunda terquedad, ya que nunca había presenciado un hecho que pusiera en duda la milenaria creencia de su cultura. Es así, que empecinado en burlar a los “supuestos” espíritus y en desmentir su existencia, Zulú, no sólo quitó de su puerta, los objetos tan preciados de protección, sino, que la dejó abierta, casi a modo de invitación para estos seres.
En horas de la madrugada, el joven oyó ruidos extraños que ignoró por completo pensando que esto era solo una mala jugada de su imaginación, en realidad era una aviso de los espíritus para que el muchacho recapacitara sobre su accionar, y otro hubiese sido su destino si lo hubiese escuchado. Minutos después de esta advertencia, un viento frío invadió la habitación tirando todo a su paso, el púber se levanto asustado y rápidamente cerró la puerta creyendo que de este modo estaría a salvo, pero lamentablemente no fue así, los seres atravesaron la puerta de su casa y se metieron en su cuerpo provocando el dolor más grande que una persona alguna vez a podido sentir. Su sufrimiento acabó cuando su corazón dejó de latir.
Lo que Zulú siempre ignoró fue la historia que había detrás de todos estos sucesos.
Su padre, el cacique Rulfus, había sido bendecido por la naturaleza y era el único ser humano con poderes propios de los dioses. Este era uno de los motivos por los cuales los espíritus lo envidiaban y le tenían rencor.
Abusando de sus poderes, Rulfus se apoderó de otras tribus indefensas desterrando a los caciques que estaban al mando. Se sabía que pronto pagaría por ello, pero nunca imaginó que los espíritus de sus enemigos iban a volver para tomar venganza en el cuerpo de su amado hijo.
Como los espíritus eran ciegos y la gente conocía la historia del despiadado Rulfus, se protegían realizando ciertos rituales y colocando amuletos con inscripciones en la puerta de sus casas. Los habitantes de la aldea nubia cumplían estrictamente esta tradición porque cualquiera podía correr una suerte fatal. Incluso el propio Rulfus lo hacía; pero su hijo, en su desobediencia, quitó las protecciones de la casa y se entregó al destino.
El entierro de Zulú se llevó a cabo en la plaza principal de la aldea nubia, rodeado por los habitantes del pueblo y con el cacique llorando desconsoladamente mientras abrazaba el cadáver de su hijo. Pero más allá del dolor, Rulfus planeó su venganza con la seguridad de que algún día encontraría consuelo.Autores:
Introducción: Caballero, Fausti, León / Desarrollo y Final: Nigro, Lovigné, Dominguez, Ramos(*) El título se lo puse yo ya que el grupo no lo hizo y es necesario identificarlo para la corrección.
La maldición de Caín
Zair era uno más en el pueblo de Nubia, pero eso estaba por cambiar. Todas las tardes de domingo iba a la plaza central, en donde se reunían los próximos al lugar a comentar de sus vidas y repartir rumores. Caín, su hermano menor, solía acompañarlo a estos encuentros junto a sus vecinos y camellos. Normalmente, se sentaban en el cantero central de la glorieta, lejos de la casa de la curandera más conocida del pueblo.
En una de esas tardes, que tan comunes eran, algo insólito pasó. El camello de Caín comenzó a respirar de manera acelerada y sus ojos parecían mirar a un punto fijo pero inexistente. Zair, pensó que algo fuera de lo común le estaba sucediendo y de manera instantánea atravesó la plaza en busca de Hidalga, la curandera.
Al llegar a la casa de Hidalga, le comentó que algo raro estaba pasando y que se les había manifestado una luz oscura con una energía paralizante. Esta al escuchar a Zair inmediatamente supo de qué se trataba. La luz vino por tu hermano, dijo Hidalgo, viene a buscar almas débiles, tenemos que salvarlo.
Zair y la curandera fueron para salvar a Caín que estaba en un estado de parálisis, temblando, con su camello casi que parecía congelado.
De pronto, el panorama se tornó impredecible y poco a poco fue cambiando: la luz oscura y maligna se había hecho del cuerpo de Caín, estaba poseído, con el aura visiblemente negra, ojos rojos y una tonalidad de voz bastante grave. Todos los allí presentes en la plaza central no dudaron en salir disparados ante tamaño evento que no presentaba buenas perspectivas. Solo se encontraban Zair y la curandera, Caín endemoniado y el camello que se había desplomado a causa de su muerte. Lentamente, el cuerpo de Caín se fue evaporando en el aire y, antes de irse para siempre, lanzó un mensaje con tono amenazador: “¡Se arrepentirán del mal que me han causado!”.
Cuando Caín desaparecía, Zair rompía en llanto y no entendía lo sucedido. Al darse vuelta, observó junto a Hidalga como de un cielo con tinte naranja caían esferas de fuego que destruían las casonas del pueblo de Nubia. Tiempo después, Zair muere de tristeza y, sobre la tierra que cubría su cuerpo sin vida, la curandera dejó un manuscrito que rezaba: “He de sentirme mal y diré la verdad. Era mentira que la luz venía por Caín. Él nunca lo quiso, lo envidiaba, y me pidió un trabajo para usted, aunque al irse de la plaza, la maldición falló y giró hacia él, y entonces… en la vida, todo puede fallar”.Autores:
Introducción: Catera, Di Liscia, Gallará, Stachiotti, Tassone / Desarrollo: Bernal, Britez, Castellini / Final y título: Condis, Cupido, Di Paolo, Fernández
Iris (*)
Atravesar: Atragantarse, sentir repulsión o antipatía hacia alguien o algo
En la ciudad de Nubia, la hora de la cena ya se acercaba, y Horus se encontraba preparando Hanan a su esposo. En la pieza continua, Nefertiri lavaba la ropa, y escuchaba como sus vecinos se quejaban de su gato Iris, porque este hurtaba la comida de ellos todos los días.
Nuria se hallaba en silla de ruedas preparando la mesa, cuando Horus percibió el gato de su vecina y decidió tenderle una trampa a Nefertiri. Entonces Nuria dio de comer al animal un tipo de pescado muy extraño, pero con muchas espinas. Fue así cuando Iris se atraganto.
Nuria era la hija de Horus y su esposo, estaba en silla de ruedas porque dos años atrás quiso imitar a Iris cuando caminaba por los altos muros que rodeaban su casa, el gato se sobresaltó al sentirse perseguido, Nuria se asustó y cayó de espalda al piso, rompió así su columna y ya no pudo volver a caminar. Desde ese momento Nuria y su familia odiaban al gato, que en realidad era muy tranquilo y amistoso.
Nuria disfrutó de ver que el gato se atragantaba con la espina de pescado y al principió reía. Pero cuando este dejó de moverse su rostro cambió y ya no se sentía bien.
Lo había matado pensando que así apaciguaría su dolor por estar en una silla de ruedas sin poder caminar, pero su dolor por el contrario creció, aun mas al oír a Nefertiti llamando a su gato en el pasillo, aun mas al ver a Nefertiti asomarse por la puerta preguntando por este y rompiendo en llanto al ver que Iris, su único amigo estaba muerto.Autores:
Introducción: Escobar, Pérez, Echaguibel, Carpio / Desarrollo y Final: Cresta, García, Salarí(*) El título se lo puse yo ya que el grupo no lo hizo y es necesario identificarlo para la corrección.
Relatos Sagrados
El día que Kingrill descubrió el significado de aquellos objetos y frases que había en las entradas de las casas, era un niño de unos 10 años y desde que tenía uso de razón, siempre se había preguntado para qué servían aquellos amuletos y qué decían aquellas inscripciones.
Kingrill tiene 98 años, es un druida de la tribu Shuriken de los pueblos de Nubia, al norte de Sudán en África. Por ser el más viejo de la tribu, se dedica a transmitir enseñanzas a los más jóvenes, y daba consejos de cómo cazar o pelear preparándolos para el día en que sean nombrados guerreros.
Una calurosa tarde de primavera, de esas que parecen verano, varios de los aprendices se sentaron a escuchar los relatos del viejo Kingrill. “…y ese fue el día en que descubrí el significado de los objetos rituales e inscripciones en las entradas de las casas”, concluyó en una de las anécdotas.
El más pequeño de la tribu, Purocol, le preguntó acerca de aquellos objetos e inscripciones que el viejo druida describía en su relato. En ese momento el viejo recordó el día en que volvía con su padre del río luego de salir a cazar por primera vez, y al llegar a la aldea, vio como los Patrichs, enemigos eternos de los Shuriken, atacaban a su aldea.
El padre de Kingrill, Lumilagro, que era un gran luchador en ese entonces, le dijo a su hijo que se quedara escondido en la choza junto a su madre para no ser visto por los guerreros Patrichs e intentó defender el ataque junto a otros luchadores Shuriken para detenerlos. Los enemigos eran demasiados y la tribu no tenía grandes defensas, además las armas con las que contaban eran muy precarias, razon por la cual no pudieron lidiar con el ataque enemigo.
Lumilagro en su afán por defender su choza, es atacado por tres rivales y muere luego de una intensa pelea. El pequeño Kingrill observó todo desde el interior de su choza sin poder salir a pelear, porque era muy joven aún.
Al intentar ingresar a la choza, los guerreros enemigos quedaron inmóviles por unos segundos y cuando recobraron el movimiento, huyeron sin mediar palabra con Kingrill y su madre. Al observar esto, él le preguntó a su madre por qué no habían ingresado a la choza y no los habían atacado. La respuesta fue: “Ésos guerreros no tenían espíritus buenos, por eso los objetos rituales e inscripciones en nuestra entrada no le permitieron atravesar nuestra choza, y los ahuyentaron”.
Luego de contar el descubrimiento de aquel secreto, Kingrill recordó que solo era develado a los Shuriken cuando eran bautizados como guerreros, y que los más pequeños no podían saberlo todavía. Sin embargo Airval, actual Cacique de la tribu, no hizo ningún tipo de reto, ni castigo por haber develado el secreto a los más chicos, ya que al viejo druida le sucedió cuando el aún no había sido nombrado un guerrero.Autores: Sanchez, Fitt