La importancia de la puntuación

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Un millonario redactó su testamento de esta forma:
“Dejo mi fortuna para mi hermano no para mi sobrino jamás para mi abogado nada para los pobres.”
Como se ve, nadie entendió, porque no hay puntuación y entonces se produjo una gran confusión entre los interesados por la herencia.


El hermano consideró que lo correcto seria así:

“Dejo mi fortuna para mi hermano; no para mi sobrino, jamás para mi abogado, nada para los pobres.”

Vino el sobrino y dijo que en verdad lo correcto era:

“Dejo mi fortuna: para mi hermano, no; para mi sobrino; jamás para mi abogado, nada para los pobres.”

Por su parte, el abogado sustentó que la redacción acertada era:

“Dejo mi fortuna: para mi hermano, no; para mi sobrino, jamás; para mi abogado, nada para los pobres.”

Finalmente, el defensor de los pobres dijo que lo que realmente quiso decir era:

“Dejo mi fortuna: para mi hermano, no; para mi sobrino, jamás; para mi abogado, nada; para los pobres.”

¿Y el final de la historia? También tenemos curiosidad en saberlo… De cualquier forma, queda para recordar:

Aprenda a puntuar y, cuando redacte su testamento, ponga mucha atención para no crear discusiones entre los impacientes herederos.

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*Este texto lo acercó para todos nosotros María Agustina Palazzetti, alumna de la carrera de Comunicación Social.