por Agostina Yattah y Ariel Camuratti

Martes frío y ventoso. A pesar de estar en plena primavera, en pleno mes de octubre, el invierno no parece querer irse y, todavía, nos da sus últimos respiros.
La cátedra de Redacción, esta vez dictada en el aula de computación, fabrica un clima acogedor y cálido, que nos atrapa y nos hace olvidar de todo lo que se produce alrededor.
La clase, como siempre, comienza con la devolución y entrega de trabajos prácticos. Sin embargo, ayer, 16 de octubre, algo atípico ocurrió: el momento de las “lecturas lindas” no tuvo lugar, quizás por olvido o por falta de material.
Luego, nos fueron dadas algunas pautas e ideas sobre el trabajo final, que serán publicadas a fin de mes en el blog de la cátedra. Ramiro, nos aconsejó que comenzáramos cuanto antes a pensar en el tema propio que elegiremos para empezar con la investigación: “No lo van a poder hacer en una semana, en dos o en tres; tienen que planear las entrevistas, buscar información del tema y sus fuentes… es un trabajo final que reemplaza el examen, es complicado”.
El tema debe ser interesante para el ámbito periodístico. Además, tiene que ser original y por lo tanto, necesitamos tener libre acceso a la información. Por eso es preciso que sea un tema específico y no algo como “El aborto”, en general, ya que es un asunto que, hoy en día, sería imposible de abarcar. Sin embargo, quienes gusten de este tipo de tópicos, pueden investigar sobre un ámbito particular, como por ejemplo, “El aborto en el barrio en el cual vivo”.
Después de semejante tarea, nos abocamos directamente a los temas que había que estudiar y que se iban a explicar en clase; las nociones teóricas sobre la evolución histórica del relato.
Para esto, leímos tres autores: Aristóteles, Barthes y Propp.
Según Propp, en la morfología del cuento, los personajes permanecen en constantes acciones o funciones, y éstas, las funciones se repiten y tienen influencia en el desarrollo del cuento; lo que cambia son los nombres o los atributos de los personajes pero las acciones permanecen constantes. Por ende, podemos concluir que el cuento atribuye frecuentemente las mismas acciones a personajes diferentes.
Barthes, propone distinguir tres niveles de descripción en la narrativa: el nivel de las funciones, de las acciones y de la narración. Estos tres están ligados entre sí según una integración progresiva, la integración del sentido.
Van Dijk, complementando lo dicho anteriormente, nos muestra que la primera característica fundamental de un texto narrativo, consiste en que ese texto se refiere a acciones de personas o personajes en un tiempo y en un lugar. En esto se parece a Propp.
No debemos olvidar que toda narración debe ser interesante. Así es como Ana nos relató de qué se trataba el libro “Las mil y una noches”, que contiene 1001 historias que le contó una joven mujer a un sultán en el Oriente medio. El hombre, había matado a su esposa ya que ella había cometido un acto de infidelidad. Por eso, este emperador decidió desposar cada noche a una dama y asesinarla al amanecer. A pesar que el padre de la princesa Scherazade se había opuesto a que su niña accediera a su presunta muerte, ella no dudó en hacerlo. La primera noche, logró sorprender al rey contándole un cuento. Logró captar su interés de tal manera que logró sobrevivir. Así, transcurrieron 1001 noches. Finalmente, el hombre le pidió matrimonio y fueron felices. Historia cautivante como pocas, es como una fuente de relatos, según nos contó la profesora, “ideal para leer durante las tardes de vacaciones en el verano”.
Relacionando esta anécdota que nos trajo Ana con el tema que estábamos tratando en clase, podemos decir que debemos captar el interés de nuestros receptores en los relatos para así hacer que este “sobreviva”, que perdure en el tiempo, por esto decimos que un cuento debe ser interesante.
¿Cómo logramos hacer que nuestra narración sea atractiva? Es más simple de lo que parece. El esquema de superestructura de las narraciones de van Dijk ofrece un esquema que puede ayudar. Como ya sabemos, en toda historia encontramos una acción que va a romper el estado de calma que se venía dando previamente, a esto vamos a llamarlo complicación. La resolución del conflicto va a precisar la injerencia de personas, de sujetos, es decir, tendrán que ocurrir hechos llevados a cabo por acciones de los personajes. Esta resolución puede ser positiva así también como negativa, puede fracasar o no y puede acabar bien o mal. Lo importante es que estos dos momentos de la narrativa van a formar un suceso, que va a poseer un marco; es decir, un lugar, hora y situación determinada en el que va a acontecer esta parte de nuestra historia.
El marco junto con el suceso, van a formar un episodio. Puede haber muchos episodios, pero para que esto suceda, deben cambiar los marcos; o sea, el lugar y el tiempo en el que se dan los hechos. Esta serie de episodios la vamos a denominar trama. Esta última junto a la evaluación, en otras palabras, la reacción mental, la opinión o la valoración que establece el autor, que no es terminantemente obligatoria en un texto narrativo pero que va a constituir lo que apodamos historia.
El segundo bloque ya no contuvo tanto abordaje teórico sino que fue dedicado íntegramente al trabajo Inventar un cuento, que nos invita a leer tres textos de Eduardo Galeano extraídos del libro Los hijos de los días, para luego elegir alguno de los personajes que aparecen en estos extractos y así, crear una narración, teniendo en cuenta todo lo aprendido a lo largo de estas últimas clases.
Recuerden que debemos ponernos al día con los trabajos prácticos que adeudamos ya que son excesivamente importantes para el trabajo final que realizaremos pronto.