Resumen de la clase del 28 de agosto, perspectivas y tareas

*por Ramiro Palma Nigro

Es la mejor manera de decirle al recién llegado: Esta es tu nueva casa y así suena

Eduardo Galeano

Les tengo la pregunta del día:

¿Cómo se llaman esas dos propiedades por las cuales podemos reconocer que algo es un texto y, al mismo tiempo, que hacen que logremos diferenciarlo, por ejemplo, de un yogurt digestivo?

… ¡Claro!

La primera propiedad es la “coherencia”. No sería coherente, por ejemplo, que uno de estos tantos productos químicos que prometen hacernos ir rápidos de cuerpo aconsejara mediante una publicidad que ante una pequeña molestia estomacal no dejemos de consumir su yogurtito porque “lo normal es sentirse bien”. ¿O sí? Aunque, bueno, si esto sucediera debiera ser altamente cohesivo para sus consumidores que ante esa condición de normalidad todo se les aparecería como soberanamente esperable.

Digamos, todo esto en caso de que a pesar de todo decidamos comprarlo, y en cantidad, no lo dejemos vencer en nuestra heladera.

Por el contrario, podemos considerar que los textos, en tanto textos, no tienen vencimiento y pueden ser coherentes semánticamente; y hasta aún más ricos que un yogurt. Comencemos pensando el siguiente ejemplo a nivel local: “Lo normal es sentirse bien”. Esta puede ser una proposición que en su multiplicidad de sentidos puede ser incoherente según el baño de realidad que hayamos tomado, pero es netamente coherente como construcción gramatical.

Es decir, sabemos que para ciertas personas lo normal es sentirse bien o sin molestias; entonces, a través de una interacción comprensiva entre el autor de esta proposición, el texto en sí y nosotros como lectores, podemos afirmar que tanto desde su sentido semántico como pragmático esta afirmación es coherente. Sin embargo, pregunto: ¿Lo sería dentro de un ensayo filosófico?

Como dijo la profesora Ana en clase, el asunto es complejo. Sobre todo si entendemos que la coherencia no es una dimensión escindida sino que necesita de la cohesión. Ambas trabajan juntas para que un texto tenga sentido y pueda ser reconocido como tal. Por su parte, la cohesión tiene la función de garantizar que el sentido del texto aparezca en oraciones conectadas y relacionadas y que pueda ser reconocible a nivel sintáctico, morfológico y notacional.

Por ejemplo, si Beatriz Sarlo expresara (literalmente) en su argumentación “El stand-up comedy presidencial y conmigo no, Barone”, cualquier lector podría observar que, por lo menos, hay en esa frase un error de edición que determina la ausencia de sentido a nivel oracional.

… Mejor continuemos el análisis desde lo abordado en clase.

Dijimos, además, que ambas propiedades dependerán de la perspectiva analítica desde donde se las analice y desarrolle. En otras palabras, podemos comprender desde Teun Van Dijk que la coherencia es, sobre todas las cosas, la propiedad estructurante de todos los textos. Y que, paralelamente, opera en dos niveles. Uno Superficial, entre proposiciones y por relaciones de coherencia y cohesión local; y el otro Global, sobre proposiciones relacionadas por un tema o macroestructura.

Posteriormente nos preguntamos cómo emerge la macroestructura. Como sabemos, lo hace (el lector) por medio de las oraciones principales o temáticas de los textos y, también, a través de la búsqueda de ciertos términos o grupos de palabras que manifiestan las relaciones entre ideas.

Entonces, podemos afirmar que la macroestructura, el contenido global de un texto, se organiza en esquemas predeterminados que Van Dijk denomina como superestructura. Si volviéramos sobre el artículo que Beatriz Sarlo publicó en el diario La Nación hace un par de sábados atrás, podríamos observar que superestructuralmente es una argumentación. Si hiláramos más finos afirmaríamos que es una argumentación dialéctica, porque alterna premisas a favor y en contra sobre lo que ella quiere establecer. Pero esto lo veremos más adelante.

Por ahora debemos concentrarnos en el formato, el contenido global y, paralelamente, la conectividad. En efecto, estamos en condiciones de afirmar que lo que Sarlo quiere poner en cuestión es el estilo o la especificidad de la oratoria de nuestra Presidente en cualquier acto público donde emplee la palabra. También es cierto, al menos discutible, que en su último párrafo Sarlo pierde el eje y se dispersa en pos de sentar posición crítica. No obstante, cualquier lector puede reconocer la intención de la autora: Persuadir sobre que la Presidente tiene un estilo de oratoria de “stand-up comedy” que la lleva a un centralismo verticalista que produce encierro.

Continuando el repaso, es necesario recordar que también pusimos en cuestión a las macrorreglas. Es decir, aquellas tareas que realizamos como lectores (o como escritores, eventualmente) para producir las macroestructuras. En otras palabras, a través de las tres macrorreglas (Supresión; Generalización; Construcción) reducimos una secuencia de varias proposiciones a unas pocas o a una sola macroproposición: definimos así el tema o el asunto del texto.

Luego, siguiendo la línea de Teun Van Dijk, analizamos los diferentes tipos de superestructuras. Ana, por parte, explicó que la característica fundamental del texto narrativo es que refiere ante todo a acciones de personas o de personajes. No obstante, la trama será enriquecida, además, por episodios, distintos marcos de situación, varios sucesos y demás complicaciones.

¿Esta fue la única superestructura que trabajamos? No, indudablemente. Conjuntamente con la narrativa, analizamos el discurso periodístico, hicimos mención de la argumentación y nombramos al discurso científico. En consecuencia, fue necesario abrir la cancha e incluir la visión de María Teresa Serafini, quien aclara que los escritos pueden ser agrupados según el género textual al que pertenecen. O sea, se clasifican según el tipo de información que contienen, la elección del lenguaje que realizan y la organización estructural que seleccionan. En efecto, Serafini detalla varios géneros textuales: poesía, diálogo, diario, carta, ensayo, reglamento, ley, chiste, entre otros. A pesar de todo, aclara la autora, algunos tipos de prosa coexisten en varios tipos de texto. Ana comentó que es la narración el tipo de prosa que tiene mayor preponderancia por sobre la descripción, la exposición y la argumentación.

En definitiva, la clase del 28 de agosto sirvió para que comencemos a pensar cuáles son los factores que intervienen para que podamos aseverar que un texto es coherente. Y para reconocerlo, no solo repasamos y reprodujimos los diferentes matices de los autores que aparecen en la bibliografía, si no que fuimos trabajando sobre textos de producción propia. Tratar de abarcar todo en apenas un resumen de clase será imposible. Pues, en efecto, ¿pueden, a modo de ítems, recordar qué otros aspectos trabajamos en clase y qué conclusiones hemos sacado de ellos?

Es que, encima, las lecturas lindas irrumpieron como ciervo galopante y la pluma de Galeano se nos hizo irresistible. Recordemos que acordamos empaparnos de algunas de las miles historias cortitas que este honorable escritor uruguayo ha producido a lo largo y a lo ancho de su obra. A propósito, el martes que viene, nuestros compañeros (y socios vitalicios de las Lecturas Lindas) Germán y Ariel harán lo propio con dos nuevas lecturas.

En una de sus últimas entrevistas, Eduardo Galeano expresó: “Cuando quiero crear espacios de encuentro y cuento o leo las historias, estoy haciendo música. Y eso le da una dimensión diferente a las palabras, algo que estaba escondido, que tiene nuevos sentidos”. Por tanto, garantizamos que el martes 11 de septiembre, en memoria de sus víctimas, habrá música en la sala de informática de nuestra facultad. Tranquilos que músicos e instrumentos nos sobran…

Recordar que:

  • La semana que viene no habrá clases presenciales porque nuestra facultad estará avocada al Congreso de la Democracia. Hay que mantenerse conectado a la página de la comisión y hacer las tareas.
  • Intentar informarnos, a través de distintos formatos, de la vida y obra del escritor, periodista, poeta, Eduardo Galeano. 
  • La idea es esta secuencia de temas para las próximas clases hasta fin de año: Coherencia y Cohesión; Estilos y entrevista; Hipertexto; Narrativa y Argumentación; trabajo final.

A la espera de que nuestra compañera Guiliana se reincorpore lo antes posible a la clase más linda del mundo, les deseo un buen fin de semana.