"Estamos perdiendo los papeles"

por Laura Oriato

Encontré este texto del conocidísimo bloguero argentino Hernán Casciari, autor de cuatro blogonovelas, entre ellas, “Más respeto que soy tu madre”. Para que lo disfrutemos entre todos, los nativos, los extranjeros, los analógicos y los digitales.
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Por Hernán Casciari*

Tengo poco más de treinta años, y como todos los periodistas o escritores de mi generación, he escrito mi primera novela en una Olivetti de carro ancho y la última en un ordenador portátil.
He borroneado mi primer cuento en un cuaderno de hojas cuadriculadas, y mi último cuento lo he pensado expresamente para mi weblog personal. He redactado mi primer artículo periodístico en un pasquín de pueblo que se imprimía con linotipos, y en cambio éste, mi último artículo, lo has impreso tú en tu casa, con tu propio papel, luego de habértelo bajado de la Red.
Nuestra generación será, de entre la Humanidad entera, la única que pueda decir “he caminado por las dos veredas”. Nacimos analógicos, crecimos en una trepidante transformación, y envejeceremos ya completamente digitales. Y aunque muchos de nosotros recordemos con nostalgia el olor de la tinta de nuestro primer cuaderno de espirales, lo contaremos desde un blog.
Al haber tenido la privilegiada oportunidad de probar ambas formas de comunicación, estoy convencido de preferir esta época, estas herramientas y estos recursos para decir lo que pienso y compartir lo que invento.
Pero hay algo que perderemos irremediablemente, algo que nadie echa a faltar todavía, pero que en no muchos años será un bache inmenso en la transmisión cultural: estamos perdiendo los originales. Uno de los placeres más eróticos y del vouyerismo literario ha sido siempre, por supuesto, ver las tachaduras de los maestros en el papel. Y los futuros maestros arrojan sus errores a la papelera de reciclaje. Nuestros hijos ya no podrán beber de esa fuente. Parece baladí, pero creo que es una pérdida tremenda.
Personalmente suelo prestar mucha atención a los originales y primeras versiones de aquellos que admiro por su prosa simple. Porque han sido justamente ellos los que más han tachado, borroneado y sintetizado. Los que más han exprimido los márgenes de las hojas con anotaciones, los que más han dado cátedra de errores resueltos a tiempo.
¿Quién escribe a mano hoy en día? ¿Os acordáis cuando la maestra nos reconocía por nuestra letra? Yo, por lo menos, ya no tengo letra. ¿Alguien se acuerda del LiquidPaper, ese pincelito de olor intenso con el que blanqueábamos nuestra mala taquigrafía y con el que a veces incluso nos drogábamos sanamente? Hoy todo es Delete. Hoy todo lo que no nos sirve desaparece de la pantalla, y cada cosa que escribimos es la última versión. No tenemos memoria ni de nuestros propios errores.
Quizás me esté equivocando, pero creo que -por culpa de la tecnología- dentro de cien años se escribirá un poco peor que hace cien años. Pero -gracias a la tecnología- lo hará el doble de gente. Yo todavía no sé qué es mejor.
*Texto original
Blog de Casciari en El País.