Por Fenando Cinalli
Voy a resumir en dos palabras el inicio de la clase: empezó mal. O mejor dicho, no arrancó de la mejor manera. Algunos chicos ya esperaban en la puerta de la sala de informática de arquitectura, el lugar en que se desarrolla habitualmente Redacción, cuando Ana, bastante agitada, les fue a avisar a ellos que teníamos que ir a una sala de profesores del 2º piso, no sin antes mojarse con la lluvia torrencial de ese momento, ya que tenían que volver al bloque de nuestra facultad.
Sorteados los obstáculos, nos sentamos todos en una larga mesa. Dimos cuenta (o por lo menos yo lo noté) que las ayudantes de cátedra no habían concurrido, no se sabe con certeza por qué, si le tuvieron miedo al agua o se quedaron durmiendo la siesta (la verdad, es que el clima lo ameritaba).
Ahora iremos a lo más importante, el desarrollo de la clase. Ana abrió con la ya clásica referencia a nuestras lecturas personales o de la semana. Alejo, contó de su lectura de revistas poco difundidas pero no por eso menos interesantes, Lucia de sus lecturas poéticas y Mariana de un diario de experiencias viajeras de unos artistas. Luego, llegó la hora de la teoría, en base a los textos de la unidad 6, en la cual tratamos del tema superestructuras narrativas y relatos naturales y artificiales. A partir de esta distinción entre relatos, dimos ejemplos de cada uno de ellos y enfocamos en la distinción entre noticia, crónica y el nuevo periodismo o non – fiction, este ultimo género, el menos tradicional de todos, dió sus primeros pasos con Truman Capote, por su obra “A sangre fría”, y también por “Operación masacre” de Rodolfo Walsh. No debemos olvidar el aporte de las “Aguafuertes porteñas” de Roberto Arlt, aproximándose a este estilo a principios de siglo XX.
Sobre el tramo final, la profe nos presentó el trabajo final de investigación, en el cual se debe hacer un profundo trabajo de recolección de datos, y para el miércoles que viene el tema ya debe ir pensándose. De tareas, hay que realizar “Narrativas” y los textos de la unidad 7 ya tienen que estar leídos y “masticados”.