Por Román Bertuzzi
No es que sea habitual, de hecho es poco probable, pero si en algún momento de la vida nos vemos obligados a pedir prestado un marcapasos, debemos hacerlo con criterio, con sensatez. Aquí les dejare algunos “pasos” a seguir para tratar de no perder la dignidad durante el mangazo de un marcapaso.
- Identificar a la víctima:
Saber a quién pedírselo y en qué momento es crucial para llegar al fin de la cuestión Imagínense que pedir prestado el marcapasos del abuelo de tu amigo, después que este haya fallecido 24 horas antes:” ¿Che me prestas el marcapaso para mi abuelo ya que el tuyo no lo usa más? “. Será una situación muy desubicada, aunque sea verdad que no lo necesite más, podrá pensar que eres una persona egoísta y que poco te importan sus sentimientos y eso sería lo último que quisiéramos generar en la relación.
*Por lo tanto, trata de pensar en alguna persona que no lo necesite desde hace ya algún tiempo, sería poco probable que alguien te lo pueda llegar a prestar si la persona aún sigue viva, (recordemos que alguien que necesite el marcapasos no podrá vivir sin él).
- Como realizar el pedido:
Seguramente nos preguntaremos en esta situación tan comprometedora como pedirlo prestado, que palabras son las adecuadas, como entrar en acción en el momento debido y como empezar una charla que desemboque en nuestra meta. Entonces ¿Cómo lo hacemos?
Debemos primero tener un cordial saludo, pero ante todo debemos evitar ser directos en nuestras intenciones. Ejemplo-“¿Hola, còmo andas tanto tiempo?”-“Hola, más o menos la verdad”- “¿Me prestas el marcapasos que era de tu tía?”. (ERROR) * Si la charla amerita una serie de pasos protocolares, es de suma importancia no salteárselos, para demostrar que el interés no es solo en el objeto que vamos a pedir, sino que también nos interesa mantenernos al tanto de las necesidades y estados de ánimos de los demás ya sea preguntándole cómo anda su vida, su familia o su trabajo, etc.* Además es imprescindible usar un tono de voz que refleje victimización para tratar de ablandar a la víctima, y que se vea conmovida para que sù acto de prestarte el marcapasos conlleve de su parte una emoción de haber realizado una obra de bien.
Bajo todo punto de vista evitaremos preguntar con indiscriminada confianza sin darle la importancia del tema referido. Ejemplo “¿Tu tía no usa más el marcapasos no?” O “¿Che el marcapasos que era de tu tía lo tenés ahí tirado todavía? ¿Por qué no me lo prestas?” *Y tomaremos con cautela y disciplina el aborde del tema y la pregunta deberá ser formulada de manera más formal y respetuosa haciendo las salvedades necesarias exponiendo la vergüenza que sentimos al pedir algo de tal delicado, pero que el momento nos toma contra las cuerdas de la vida.
3 Como terminar la charla
Una vez logrado el cometido, deberemos buscar la manera más propicia de terminar la conversación.* Mostraremos el agradecimiento y nos centraremos en endiosarlo por el favor realizado, sin pasarse de “chupa medias”, evitando frases como, “Gracias, tu tía me lo hubiese prestado también, que buen corazón“, “cuando no lo use más te lo devuelvo” o “si lo necesitas te lo devuelvo”.
Aclaración: El mal uso de este método habrá acabado parcial o definitivamente la relación amistosa o de cualquier carácter.