Narrativas transmediáticas: la narración en diferentes soportes discursivos

Formación teórica

Por Sofía Espejo

A través concepto de narrativa transmediática (NT), introducido por Henry Jenkins en un artículo publicado en Technology Review en el 2003, es posible pensar diferentes formas de nombrar las experiencias narrativas que se despliegan a través de varios medios o plataformas. El investigador estadounidense sostiene que ingresamos en una nueva era de convergencia de medios que vuelve inevitable el flujo de contenidos a través de múltiples canales.

Carlos Scolari, investigador en Comunicación de la Universidad de Rosario que actualmente reside en España, analiza este concepto en su libro Hipermediaciones  y explica que las narrativas transmediáticas son una particular forma narrativa que se expande a través de diferentes sistemas de significación (verbal, icónico, audiovisual, interactivo, etc.) y medios (cine, cómic, televisión, videojuegos, teatro, etc.).

Las NT no son simplemente una adaptación de un lenguaje a otro,- la historia que cuenta el cómic no es la misma que aparece en la pantalla del cine o en la microsuperficie del dispositivo móvil-.  Es una estrategia que va mucho más allá y desarrolla un mundo narrativo que abarca diferentes medios y lenguajes.

Cada medio hace lo que mejor sabe hacer: una historia puede ser introducida en un largometraje, expandirse en la televisión, novelas y cómics, y este mundo puede ser explorado y vivido a través de un videojuego. Cada medio debe ser lo suficientemente autónomo para permitir un consumo autónomo. O sea, no es necesario ver la película para entender el videojuego, y viceversa.

De consumidores a prosumidores

Scolari postula que en las últimas décadas, sobre todo desde la llegada de los procesos de digitalización, los consumidores se convirtieron en prosumidores (productores + consumidores), es decir, se apropiaron del dispositivo y son creadores de las propias narrativas. Los contenidos son generados por los usuarios (prosumidores), quienes son los que atraviesan todos los medios, lenguajes, formatos y estilos.

Las viejas audiencias televisivas o cinematográficas, al igual que los lectores tradicionales de cómics o novelas, se conformaban con consumir su producto favorito y, en el mejor de los casos, aspiraban a montar un club de fans para festejar a sus personajes o autores preferidos. Actualmente, los usuarios cooperan activamente en el proceso de expansión transmedia. Además de saltar de un medio a otro, los personajes y sus mundos narrativos son expandidos de un medio a otro. Ya sea escribiendo una ficción y publicándola en “Fanfiction”, o grabando una parodia y subiéndola a YouTube, escribiendo novelas de microficción en Twitter, armando reseñas sobre libros al modo de los “Booktubers”, los prosumidores del siglo XXI son activos militantes de las narrativas que les apasionan.

Microrrelato en Twitter: Brevedad, virtualidad y fractalidad

El microrrelato es la narrativa por excelencia de la era digital. Es evidente la abundante presencia de este tipo de género en la red, no solamente en aquellas páginas virtuales que instituciones y bibliotecas dedican a la literatura, sino también en otras plataformas, especialmente en las redes sociales, que parecen convertirse en escenario y ámbito propicio para el cultivo de este tipo de textos narrativos.

Se utilizan diferentes términos para designar al microrrelato: cuento brevísimo, microrrelato, minificción, relato hiperbreve, microcuento, escritura mínima. Sin embargo, más allá del término utilizado, todas las acepciones refieren al mismo tipo de texto: un texto autónomo e independiente del cuento o la poesía, un texto con características propias que, según Raúl Brasca, uno de los precursores del microrrelato, puede analizarse desde dos corrientes diferentes: “Hay una corriente que es transgenérica y otra corriente que lo pone directamente dentro la narrativa, o sea requiere que haya una historia” (BRASCA, Raúl. 2010). No hay un acuerdo unánime de si la microficción pertenece al género de la narrativa o si es un género híbrido, es decir, que envuelve en sí una heterogeneidad de géneros.

A pesar de su heterogeneidad, Mariví Alonso, investigadora mexicana, destaca que la característica del microrrelato es la de ser ficcional: “Son textos narrativos que tienen unos personajes que desarrollan una acción en un espacio y un tiempo determinados, por eso los consideramos relatos. No obstante, debido a su brevedad, muchas veces algunos o varios de estos elementos de la narración suele estar elidido. En cualquier caso, siempre son textos ficcionales”. Violeta Rojo, otra reconocida promotora del género, coincide con la autora en que, si bien hay una hibridación de la narrativa con otros géneros literarios o extra literarios  (fábula, aforismo, chiste, alegoría, parábola, proverbios y mitos), la dimensión narrativa es la dominante. En estos puntos me basé para poder incluir el microrrelato dentro de la narración.

El medio digital se adapta perfectamente a algunas de las coordenadas temporales y espaciales que le son propias al microrrelato pero que aparecen en este contexto reforzadas, de ahí la proliferación de su cultivo: el ritmo acelerado, el acortamiento formidable de las distancias, la sensación de inmediatez, la brevedad. Los nuevos soportes digitales participan de la fragmentariedad estructural del microrrelato. Le imprimen velocidad y vértigo a su lectura e interpretación, llegando a ser rasgos indisociables y constitutivos, heredados de sus orígenes en el modernismo y las vanguardias.

Uno de los fenómenos actuales donde es posible ver el microrrelato es en la plataforma de Twitter. La presencia del universo cultural en Twitter se expande aceleradamente, al ritmo de la red y dentro de sí, cabe un mundo narrativo, circunscripto en 140 caracteres, que se constituye de manera autónoma, con  su propio lenguaje y estructura. Esto se vislumbra en la cantidad de concursos de microrrelatos en Twitter que se promueven desde diferentes espacios, como la Feria del Libro de Buenos Aires , las diferentes propuestas lúdicas de la web como “Twittories”, una plataforma para la escritura colectiva de relatos y Twitterlit, una herramienta que toma la figura del microblogging a través de twitter para publicar y dar a conocer las primeras líneas de obras literarias para así atrapar nuevos (o viejos) lectores que son conducidos a la página de Amazon.

Características de la escritura en Twitter

–              Red de microblogging: 140 caracteres

–              Uso hashtags, etiquetas que refuerzan el sentido del texto.

–              Reducción de artículos, conectores, frases verbales.

–              Uso de abreviaturas.

–              La frase comienza por el hecho a destacar: sujeto o predicado.

–              Se dialoga en el texto mencionando a otros.

–              Se agrega imagen o video (múltiples lenguajes).

–              Se apela al impacto, la ironía, el escándalo por sobre lo informativo.

Para leer más sobre el microrrelato en Twitter, ver el Prezi: “Narrativas digitales: el microrrelato

Twitter no es solo un medio para publicar sino, además, una fuente de información y un registro de las opiniones, percepciones y discursos que circulan en la sociedad. Un ejemplo de esto es una crónica narrada en Twitter por un escritor que presenció el linchamiento de un chico en el barrio de Palermo en Buenos Aires.  No solo se destaca por su capacidad narrativa, por el excelente manejo del dispositivo, el uso de recursos literarios, si no también por su valor como fuente de datos para construir un relato de la realidad, que luego los medios lo toman para construir sus noticias.