Por Marianela Luna
Medio: revista literaria
Audiencia: Jóvenes entre 16 – 30 años
Macroestructura: dificultad para establecer el contacto visual
Tan cotidiana, inconsciente y escabullida es la mirada que más de una vez se escapa de nuestra reflexión. Aun así, hay un malestar que es real y se descubre en los ojos que no encuentran reciprocidad.
Por tal motivo, he aquí una serie de pasos a seguir para lograr una conexión visual con el otro.
En primer lugar, deje en paz sus músculos ópticos y procure mantener su globo ocular lo más relajado posible.
Luego, como es habitual en un encuentro, salude formando unas cálidas patitas de gallo en los vértices de los párpados que puede fácilmente lograr agregando una tímida sonrisa.
A continuación, interrumpa la traducción de las vibraciones electromagnéticas de la luz y limítese a hacer de sus ojos un agradable refugio para la mirada que lo esté eligiendo.
Si le sirve de ayuda, imagine que es usted dueño de los más hermosos ojos y que ningún otro ejemplar puede derrotarlo haciendo desviar su mirada.
Si su modestia no le permite ese nivel de inocente engreimiento, visualice, entonces, un combate en el que la mirada del otro quiere quitarlo del cuadrilátero. Eso sí, no olvide guardar discreción e intente mostrar interés moviendo las cejas cuando el discurso lo habilite.
Para finalizar, repita el primer paso volviendo a sonreír levemente, de modo que el otro descubra en su mirada una invitación para un próximo encuentro. Inténtelo unas cinco veces y verá cuantas citas tendrá en su placentera mirada.