Por Ernesto Rega
Menos de un cuarto del alumnado que generalmente concurre a la clase de Redacción 1 de los miércoles a las 17 horas asistió a la última cursada. Si bien no se pudo tomar contacto con ninguno de los “no asistentes”, se supone que la causa de la falta se debió al particular clima del miércoles a la tarde, en toda la ciudad de Rosario se hizo literalmente de noche a las 14:30 aproximadamente. Los malos recuerdos de la pedrada y el temporal de marzo hicieron suponer a muchos que no habría clases.
El total de asistentes se recortó a seis. Más allá de la poca cantidad, la clase se desarrolló con normalidad y se trabajó sobre la parte final de la unidad número 6.
Aprovechando el “faltazo” general, también se dio un espacio de diálogo sobre temas vinculados a la universidad y al mismo Taller. En este marco, la profesora Ana Liberatore (quien cumplía años ese día) aseguró que la ayudante de cátedra Pamela ya había terminado la carrera, mientras que Laura, la otra ayudante, está todavía está finalizando sus estudios. Los pocos alumnos presentes se vieron interesados por el tema y allí surgió una breve charla acerca de la Carrera en general y las vicisitudes de la Universidad Nacional de Rosario.
Merece un apartado en esta nota el momento en el que se expuso el mensaje sanguinario de muchos de los cuentos infantiles más famosos, como Caperucita Roja y Hansel y Gretel; y el mensaje ideológico subliminal que querían dar otros, como Los Pitufos.