Sobre la experiencia del uso del Bligoo en la comisión número 3

Franco MOTTA – Daniela SÁNCHEZ
Despuntaba el inicio del segundo cuatrimestre. Los alumnos de Redacción I con sus rostros de martes a la mañana mantenían fijas sus miradas en los monitores. De fondo, despabilante, se escuchaba a la profesora diciendo: “Publicar conlleva una gran responsabilidad. Significa hacer algo público teniendo plena conciencia de las consecuencias que puedan resultar de esta acción. Uno no publica cualquier cosa. Por sobre todo, uno debe ser crítico de sí mismo y nunca olvidar que hay, del otro lado, una audiencia tan particular como el medio en el que se publican los contenidos”.


De este modo, con la comisión número tres, empezábamos a dar nuestros primeros pasos en la plataforma Bligoo.
Desde un inicio las reacciones denotaron curiosidad e interés, mezcla que llevó a que los alumnos se fueran registrando rápidamente en el sitio.
Entre fotos de perfil sonrientes y nombres de usuario y contraseña, se fue explicando el vínculo de esta nueva herramienta con la cátedra. Se recordó que seguimos moviéndonos en un ambiente académico y que por ello existen reglas de publicación con el fin de cooperar en conjunto en la construcción de un espacio que pretende unir e interrelacionar a todas las comisiones de Redacción.
Teniendo al tiempo como enemigo, decidimos motivar una suculenta inauguración de la “usina de palabras” proponiendo a los alumnos la inclusión de los últimos talleres de lectura al sitio web. Estos talleres consistían, a partir de la existencia de diferentes ideas disparadoras, en la elaboración grupal de una historia que sentaría las bases para que cuatro alumnos escribieran sus propios cuentos. Los textos debían ser publicados en Bligoo a fin de que toda la comisión –y la cátedra de Redacción en general- pudieran deleitarse con su lectura.
No sólo eso. Además, los integrantes restantes de la comisión tenían el privilegio – y la obligación- de redactar un texto a modo de comentario en donde pudieran realizar una crítica de los cuentos leídos, dando cuenta de la asimilación y articulación de los contenidos trabajados en clase.
Si bien la propuesta tuvo una buena respuesta por parte de los estudiantes, ellos no llegaron a incursionar por propia iniciativa en los senderos de “dicho y hecho” y “escribo porque me gusta”.
Así pues, considerando las posibilidades que nos brindaba este medio, la docente propuso trabajar desde el Bligoo la temática de hipertexto, retomando las “memorias de la lectura” que cada alumno había escrito meses atrás. En esta actividad la experiencia también resultó satisfactoria.
Hoy, adentrándonos en un nuevo ciclo lectivo, se nos presenta la expectativa de poder contar desde principio de año con nuestra flamante plataforma redaccionística. También confiamos en que los alumnos se aventuren a sumergirse más profundamente en las arremolinadas aguas de la publicación y esperamos ansiosos que, una vez más, tras llevar a cabo la presentación de nuestro Bligoo, Cecilia dispare, a modo de cierre: “¿Dudas, preguntas, comentarios?”.


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