Crónica de revistas

Era jueves 25 de noviembre, y la tarde ya había caído sobre la ribera de Rosario. Nos situábamos en la rambla peatonal de los muelles del Parque España, en ese lugar donde convergen el “Paseo de las artes” con las orillas del imponente Paraná. Allí, frente al salón de eventos del Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC), se agolpaban charlas, miradas, risas y murmullos; expresiones que enmarcaban un aura donde la alegría y la ansiedad se hacían casi tangibles.
¿Cual era el evento que hacía de vórtice a tal reunión?
Se trataba de la presentación de la ZUM número 14, titulada “Sentidos olvidados”. Revista cuyo contenido textual fue elaborado por la cátedra de Redacción I de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), gozando más precisamente de las plumas de los ayudantes Sebastián Bonifacino, Aníbal Colombo y Ramiro Palma Nigro, así como de la edición de la profesora María Cecilia Reviglio.


Esta publicación se plasmaba como el moño de cierre sobre la experiencia en que el taller de Redacción I de la UNR participó durante el año 2009 en interrelación con la Cátedra de Tipografía González de las Facultades de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). El proyecto organizado y coordinado por el CEC centra sus raíces en la propuesta de un trabajo interfacultativo e interdisciplinario; el cual, en este caso, contó entre sus protagonistas con nuestro taller de Redacción que se encargó de desarrollar los textos en base a los que estudiantes, pertenecientes a las cátedras de las FADU ya mencionadas, diseñaron tres revistas de diversas temáticas y formatos:
ZUM # 12 “VALOR CONSUMO Y ARTE”
Escribieron: Laura oriato, Gala Décima Kozameh y Franco Andrés Motta
Editó: Marcela Rosales
Diseñaron: Antonela Sponton y Luciana Gracioso
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ZUM#13 “CUERPO”
Escribieron: Candela Bianchi, Anahí Lovato, Maribel Conde y Ever Casella.
Editó: Ana Liberatore
Diseñó: Santiago Pianca
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ZUM#14 “SENTIDOS OLVIDADOS”
Escribieron: Sebastián Bonifacino, Aníbal Colombo, Ramiro Palma Nigro
Editó: María Cecilia Reviglio
Diseñaron: Facundo Almirón y Franco Olivetti
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Así, en aquella noche primaveral, las últimas expectativas tenían promesa de encontrar su cauce. Fue entonces cuando el reloj cedió y acepto indicar las 20. Finalmente, la espera se detuvo. El salón del CEC abrió sus puertas e invitó al paso.
La sala se mostraba amplia, y entre una decoración tan simpática como alternativa, una luz tenue osaba llenar el ambiente. Nos sumergimos. Apenas de iniciada la exploración, resultaba inevitable centrar la atención en uno… dos… tres stands blancos que estallaban en las penumbras. En el primero, a fuerza de abundantes ejemplares y con un modelo gravitante abierto en su plenitud, se exhibía la estrella de la noche, la ZUM “Sentidos olvidados”. Y en los puestos siguientes, la escoltaban orgullosas las presentaciones de las revistas que la antecedieron en su publicación: las Zums “Cuerpo” y “Valor, consumo y arte”. Ahora sí, la trilogía ya estaba completa.
Difícil resistir la tentación de acomodarse en los asientos que rondaban los stands e hincarle los dientes a cada una de las revistas. Difícil también resistir a cargarse con varios ejemplares de cada número; para compartir, para difundir, para mostrar, para tener. Pero ante estos duelos imaginarios, al rescate surgieron preguntas detonadoras de soluciones lógicas “¿Por qué resistirse?” “¿Por qué no dejarse llevar por tan justificados deseos?” Al fin y al cabo, no sólo estaba permitido sino que además teníamos conciencia de habérnoslo ganado. Por lo que fue sólo cuestión de permitírnoslo y hacerlo.
Más allá del impase temporal en que cada uno se absorbió entre sus lecturas y emociones, el evento continuaba. Siguiendo por el salón, salía a nuestro encuentro un acogedor espacio que combinaba modernas sillas y mesas de estilo bar, y que se planteaba como el lugar ideal para reunirse y continuar con el disfrute. Claro que a este último contribuyeron bastante los mimos provenientes de una barra que, a sabiendas de que con un cuerpo bien atendido siempre es más fácil contentar al espíritu, invitaba con maníes y pizzas, así cómo también de gaseosas y cervezas bien frías.
Se respiraba un clima de algarabía. Se picaba de las comidas, se picaba de las charlas y se picaba de los textos. Sin embargo, pese a disponer de este festín de entretenimientos, la atención, siempre insatisfecha e indómita, se escapaba de a ratos hacia una pantalla gigante que desde la lejanía disparaba una varieté de imágenes. La curiosidad también hacia de las suyas, arrastraba al cuerpo a investigar entre las decenas de bocetos que desarrollaron los estudiantes de diseño a fin de concursar por darle el formato a las ediciones definitivas de éstas tres ZUMs; todas las ideas plasmadas, los potenciales modelos desplegados de par en par y “flotando” a media altura, similar a una nebulosa de creatividad que llamaba desde la pared del fondo.
Había llegado el momento indicado, era tiempo de ponerle palabras al evento. Fue Silvana Schulze, que desde el CEC se ocupó de coordinar y dirigir toda la experiencia laboral, quien supo aprovechar la situación y se decidió a compartir su voz desde el micrófono. Con sus discursos la siguieron Ana María Margarit, docente titular de la cátedra de Redacción I, y María Verónica Smith, en representación de la cátedra de Tipografía González de las FADU. Cada voz tuvo sus disparadores, sus móviles y sus términos, pero todas fueron atravesadas por un denominador común que denotaba agradecimiento, aprendizaje, compromiso, alegría, y una merecida sensación de satisfacción.
A partir de entonces, se sucedieron los brindis, las felicitaciones, las presentaciones, los planes y programas a futuro, fluyeron las charlas sin sentido que tienen todos los sentidos posibles, los chistes y sus risas. Todo aconteció de manera natural y grata, excusa suficiente para que el tiempo arrastrara los instantes al remolino de la brevedad. Cuando nos percatamos, los saludos ya eran de despedida y la culminación del evento había acontecido. De repente, nos encontramos caminando por el centro de Rosario cargando sonrisas y haciendo malabares con varias pilas de revistas.
Pd I (y prolongada): Ya terminada la crónica, al releerla, me quedé pensando en todo lo que me faltó detallar, todo lo que podría haber agregado.
Podría haber hecho una breve reseña de los temas y la manera en que los mismos fueron abordados por cada una de las revistas.
Podría haber comentado cómo las excelentes plumas de nuestros redactores se lucieron en cada uno de los ejemplares editados.
Podría haber detallado la forma en que cada uno de los formatos de diseño y publicación se amoldaron y combinaron ingeniosamente con los textos escritos.
Y me pregunté ¿Podría haber hecho algo de todo eso?
No, no podría. La única forma posible de lograr acceder a tales lujos de datos, es viéndolos por sí mismos. Es teniendo las revistas en mano, abordándolas, viviéndolas.
Por eso, lo que si puedo hacer, y hago, es recomendar que se muevan, que salgan a conseguirlas. Las ZUMs 12, 13 y 14 ya están en las calles, circulando de a millares. Y les garantizo que darles caza realmente vale la pena.
¡¡¡DISFRÚTENLAS!!! (o, ya advertidos, piérdanselas bajo su propio riesgo)
Pd II: Como cereza del postre, les dejo algunas fotos sobre el evento. De forma que puedan recordar, contrastar, o quizás hasta entender, lo narrado con anterioridad.
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