“Algunas cosas no cambiarán nunca”, dice Javier Celaya en la nota “El libro del futuro ya está aquí, publicada hoy en “El País Semanal“. Y refiere directamente a las escenas vacacionales que, muchas veces, muchos de nosotros hemos vivido: primero, elegir diez de los veinte libros que nos quisiéramos llevar a la playa, pero que ya no entran en la valija. Y después, volver con uno leído, porque no tuvimos tiempo.
Aunque no harán magia con los momentos que dispongamos para la lectura, los e-books nos ahorrarán el primer dilema, porque nos podremos llevar en esos dispositivos todos los textos que queramos.
Algunas cosas no cambiarán. Los libros electrónicos no tienen el mismo olor, la misma sensación al tacto de un libro tradicional, pero los nuevos e-books ya presentan una apariencia ante la vista bastante similar a la que percibimos de libros y periódicos de papel. Inclusive, los nuevos modelos de libros electrónicos ya permiten “hacer notas al margen y subrayar o escuchar el texto leído”. Es decir, no solo nos dejan moverlos fácilmente, recostarnos en la mecedora para leer distendidos, si no, intervenirlos, dejarles nuestras marcas…
En el soporte que sea, ojalá que no cambie nuestra inquietud por la lectura, y el goce de recorrer las palabras, y de dejar que nos lleven a curiosear otros mundos, o a comprender mejor la realidad de este mundo en que vivimos.