La voluntad de los trabajadores del diario El Ciudadano no se quiebra

La justicia decretó la quiebra del diario EL Ciudadano Esto pone en peligro la continuidad de nuestra fuente de trabajo, a la vez espacio de información y expresión de la comunidad toda. La quiebra fue decretada el 23 de octubre pasado por un juzgado de la ciudad de Buenos Aires, y es inminente el vencimiento del plazo legal con que cuentan los propietarios del diario -el grupo Uno capitaneado por Daniel Vila y José Luis Manzano junto con sus socios locales Orlando Vignatti y Eduardo López- para transformar la quiebra en convocatoria de acreedores. Así se evitaría el cierre
inmediato del diario.


Los trabajadores exigimos que la presentación por parte de los
empresarios para transformar la quiebra en convocatoria se concrete con
urgencia. Y exigimos también que en el marco de la convocatoria se respeten
todos nuestros derechos laborales. Como ya lo hemos manifestado, nos mueve la convicción de que la continuidad del diario es posible y necesaria no sólo para
que se sostenga el medio de vida de 70 familias. También están en juego los
derechos a la información y la libertad de expresión de los habitantes de una
región como la de Rosario, sometidos a un cerco informativo escandaloso.
Los trabajadores ratificamos nuestra convicción de que la continuidad
de El Ciudadano es posible sí, de una vez, se lo concibe como una empresa que
cumpla con una ineludible responsabilidad social, imprescindible para superar
una etapa oscura, en la que los trabajadores resistimos tozudamente pero en
condiciones desventajosas el hecho de que el diario en el que trabajamos, como
tantos otros grandes medios de comunicación, sirva solamente a los intereses de sus dueños, ligados a los que por querer erigirse en dueños de una Nación fueron blanco del repudio de la enorme mayoría de un pueblo que no se resigna a la injusticia.
El Ciudadano es posible sí, de una vez, apuesta desde sus páginas a
reflejar la verdad y a brindar espacio a la pluralidad de voces que
componen la sociedad; y no a servir de plataforma de operaciones y
negocios de empresarios conocidos por sus prácticas constantes de eludir deberes fijados por normas y leyes, de evadir pagos de impuestos, aportes jubilatorios, de salud y responsabilidades sociales,valiéndose para ello de la difamación, la censura, la mentira, el ocultamiento.
A pesar de contar con una historia provista de datos suficientes como
para desconfiar de nuestros interlocutores, los trabajadores de El Ciudadano hemos insistido en el intento del diálogo con los empresarios para saldar cuentas del pasado y saber del futuro. Pero chocamos con la ambigüedad, las evasivas, la irresponsabilidad, la soberbia, el desprecio.
Chocamos con una declaración de quiebra que se concreta por la actitud patronal de no responder a los requerimientos de la Justicia. Y además, chocamos con una quiebra provocada por el reclamo de un abogado, Sergio De Dossi, que asesora legalmente a estos mismos patrones que permitieron que se llegue a este punto.
Desde las páginas del diario, los trabajadores hemos reflejado la lucha de
nuestros pares de empresas que provocaron sus propias quiebras con el único fin de salvar a sus propietarios del cumplimiento de sus obligaciones. Maniobras
como estas no nos sorprenden. Aprendimos de otros trabajadores que es posible revertirlas. Y en eso estamos empeñados. Por eso, convocamos otra vez a la comunidad toda, a sus organizaciones de todo tipo, a mantenerse, como nosotros, alerta. A defender, como nosotros, derechos fundamentales para poder vivir mejor. Y llamamos a las autoridades, ejecutivas, legislativas y judiciales, a prestar atención a la defección empresaria y a respaldar nuestra voluntad de trabajo para sumar un espacio periodístico a la confirmación de un nuevo rumbo, que sepulte definitivamente un pasado reciente de impunidades y desigualdades.
Los trabajadores creemos que el diario El Ciudadano es posible.
Nuestras convicciones no se quiebran.
Trabajadores de El Ciudadano
Sindicato de Prensa Rosario
Noviembre de 2003


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