JUSTICIA GLOBAL. Un caso a resolver en tribunales que involucra a tres países, sin precedentes en el mundo
México extraditó ayer al ex militar argentino a España, donde será juzgado por genocidio y terrorismo
México extraditó ayer a España al ex represor argentino Ricardo Miguel Cavallo, quien será juzgado en ese país por genocidio y terrorismo durante la última dictadura, en un hecho sin precedentes en el mundo. Esposado y con un chaleco antibalas, Cavallo abordó una aeronave de la fuerza aérea española en medio de un fuerte dispositivo de seguridad que implementó la Procuraduría General mexicana.
El ex militar deberá declarar hoy mismo en la Audiencia Nacional de Madrid ante el magistrado español Baltasar Garzón, quien reclamó su extradición por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar argentina. Es la primera vez que un acusado es extraditado desde un país (México) para ser juzgado en otro (España) por crímenes en un tercero (Argentina).
Funcionarios de la Procuraduría entregaron a Cavallo a oficiales y funcionarios judiciales españoles, quienes partieron a las 13.30 hora local (15.30 de Argentina) a bordo de un Boeing 707 con la insignia de la bandera española rumbo a Madrid.
El ex represor fue detenido el 26 de abril de 2000 en el aeropuerto de la turística Cancún, México, cuando intentaba huir de ese país con destino a la Argentina. Nacido el 29 de setiembre de 1951, con cédula de identidad 6.275.013, fue identificado definitivamente por medio de ese documento cuando negaba ser el capitán de corbeta Ricardo Cavallo, alias “Serpico” y “Marcelo”, acusado por varios ex detenidos-desaparecidos que habían sido víctimas de sus sesiones de tortura en la temible Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada (Esma).
Tras la dictadura y con la impunidad garantizada por las leyes de obediencia debida y punto final, Cavallo se dedicó al mundo de los negocios, donde se mostró tan eficiente como en la violación de los derechos humanos. Especializado en el área de la prestación de servicios de seguridad con base informática, había llegado a convertirse en el director del Registro Nacional de Vehículos de México, cargo que desempeñó durante un año hasta que su pasado fue descubierto por el diario “La Reforma” e intentó huir.
El 10 de junio pasado, la Suprema Corte de Justicia de México dijo que no podía ser juzgado por tortura al haber prescrito los cargos, pero que podría serlo por genocidio y terrorismo.
Antes de abordar el avión que lo llevó a Madrid, permaneció alrededor de tres horas en las oficinas del hangar de la Procuraduría, en donde se le realizó por segunda ocasión en el día un chequeo médico.
El secretario de gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas, contó que Cavallo fue entregado por las autoridades penitenciarias a la Procuraduría “en perfectas condiciones de salud, aunque mantiene un problema de gastritis ya notificado” la semana pasada.
“El propósito es entregarlo y demostrar que, hasta este momento, se encuentra en buen estado de salud, para que no haya ningún problema”, precisó, por su parte, el alcalde de ciudad de México, Andrés Manuel López.
La extradición –en la que no intervino la Argentina– es una de las primeras logradas por el juez Garzón, quien lo acusa de haber participado en la tortura y desaparición de opositores a la última dictadura que gobernó al país entre 1976 y 1983. El magistrado también pretendió extraditar desde Gran Bretaña al ex presidente chileno Augusto Pinochet, sin éxito. El caso es importante también porque la solicitud de extradición fue hecha bajo los lineamientos de un acuerdo binacional y no por uno de la Corte Internacional, como fue el fracasado esfuerzo por llevar a juicio a Pinochet en 1998.
La decisión mexicana “presta un indudable servicio a la justicia internacional, constituye un precedente histórico cuya importancia aumentará con los años, supone la culminación de una obra jurídica que con Augusto Pinochet quedó indebidamente inconclusa”, explicó en ese sentido Carlos Castresana, miembro de la fiscalía española.
Quejas por las fotos y los insultos
Ricardo Miguel Cavallo llegó al aeropuerto de la ciudad de México a bordo de un vehículo blindado que lo trasladó desde el penal en el que se encontraba detenido desde hace casi tres años, custodiado por unos 30 efectivos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) de México. En ese momento, exiliados y víctimas de la dictadura militar argentina que residen en México se lanzaron sobre el automóvil en el que viajaba en medio de gritos de “asesino” y “justicia”.
El ex represor manifestó su molestia por los insultos recibidos y también por la presencia de periodistas. De acuerdo con personal de la Procuraduría General de México, Cavallo expresó “que estaba muy enojado porque él había pedido discreción, y ésta no se cumplió por parte de las autoridades”. Sin embargo, siempre de acuerdo a la versión del organismo mexicano, miembros de la AFI que lo custodiaban le respondieron que a la autoridad sólo le correspondía velar por su seguridad, y no controlar a los medios de comunicación. Tras el comentario, Cavallo guardó silencio, afirmaron oficiales que participaron en el operativo.
http://elciudadano.net/29-06-2003/pais/cavallo.php
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http://www.clarin.com/diario/hoy/um/m-581855.htm
http://www.lanacion.com.ar/03/06/29/dp_507567.asp